Políticas

17/4/2003|797

De la cuasideuda a otra deuda mayor

El plan para “rescatar” las cuasimonedas (como Lecop, Patacones, Lecor) constituye un fraude y un nuevo ajuste para las provincias.


El “rescate” consiste en lo siguiente: el gobierno emite un nuevo bono (Boden 2011), por unos 7.000 millones de pesos, que coloca obligatoriamente en el Banco Central a cambio de los pesos correspondientes. Con esos pesos, el Tesoro sustituye las cuasimonedas. Luego, a partir de 2004 y hasta el 2011, las provincias tienen que devolver esa suma, más los intereses, con la futura coparticipación federal.


Con esto el gobierno aumenta la deuda pública, las provincias se endeudan con la Nación y el Banco Central se llena de otro bono desvalorizado.


El operativo implica una fabulosa emisión de moneda, que equivale al 25% de la circulación total. Los economistas oficiales dicen que no es así porque esos pesos sustituyen cuasimonedas que están ya circulando. Lo que no dicen, sin embargo, es que las cuasimonedas no son directamente aceptadas para la compra de divisas. En definitiva, ahora habrá más pesos circulando por la misma cantidad de dólares, lo cual amplifica cualquier corrida que pudiera producirse sobre el dólar.


A su vez, como los bonos del gobierno (Boden 2011) valen la mitad y el Banco Central queda autorizado a contabilizarlos al 100%, el quebranto de las provincias queda repasado hacia el Banco Central.


En la mayoría de los casos, ni la Nación por los Lecop ni las provincias por el resto, pagan intereses por las cuasimonedas, mientras que sí lo harán por la deuda que ahora contraerán con la Nación.


Las provincias ya tienen hipotecado el 15% de la coparticipación federal por el pago de un bono nacional que canjeó sus deudas con bancos y acreedores. Ahora queda hipotecado otro porcentaje. Todo esto anuncia un nuevo apretón fiscal a las provincias. Por eso, “la intención del gobierno es que las provincias asuman la deuda tras haber cerrado un acuerdo con el Banco Mundial, similar al que llegó Córdoba” (Ambito, 11/4).


En lo inmediato, los trabajadores provinciales recuperan sus salarios porque los cobrarán en pesos y no en bonos desvalorizados. Pero seguirán con sus salarios y jubilaciones congelados porque se agrava la asfixia de los presupuestos públicos.


El rescate de cuasimonedas es una bomba de tiempo sobre el dólar, el endeudamiento público, el endeudamiento de las provincias y el patrimonio del Banco Central, y una amenaza sobre los trabajadores y jubilados provinciales.