Políticas

22/4/2010|1125

De la ley de medios a la televisión digital

Viejos y nuevos monopolios

La “madre de todas las batallas” sigue empantanada. La Justicia mendocina suspendió la aplicación de la ley de medios y todavía resta saber cuántos meses se tomará la Corte Suprema para resolver la apelación presentada por Gabriel Mariotto. Para ganar aire, el gobierno apeló al “DNU”: anunció el lanzamiento del sistema gratuito de televisión digital terrestre con el que habilitará, hacia la conmemoración del bicentenario y el mes del mundial, cuatro canales, veinte a fin de año y cuarenta en 2011. Además, aseguró que las primeras antenas y los Set Top Box –decodificadores que permitirán recibir las señales– se distribuirán gratuitamente entre los destinatarios de los planes sociales de Capital y Gran Buenos Aires. Y hasta habrá subsidios para reducir el costo de los STB, que cuestan entre 50 y 100 dólares, a través de las grandes cadenas de electrodomésticos.

Tanta pasión nacional y popular por garantizar una “televisión para todos” (no hace falta señalarlo: sin salario igual a la canasta familiar ni jubilación móvil, ni vivienda… para todos) está lejos de expresar algún interés por la polífonía de voces. De hecho, ni siquiera acudieron al expediente de las consultas y las audiencias públicas, previstas por la suspendida ley, para determinar que las flamantes cuatro señales estén en manos del Estado.

Y habrá que prestar atención a cómo se irán repartiendo las próximas. Porque Julio de Vido, presentador de lujo del megaemprendimiento, señaló que se abre “una gran oportunidad para que las organizaciones sin fines de lucro, las universidades, la Iglesia Católica, otras instituciones religiosas y los canales provinciales, sumen sus voces” (Infoecos, 9/4). Y Tristán Bauer, a cargo de RTA Sociedad del Estado, confesó: “Estamos haciendo alianzas con algunas señales públicas internacionales y tenemos negociaciones con algunas señales privadas”. Algunos apuntan a Canal 11 (¡Telefónica, otra vez!).

La “gran oportunidad” que encuentra el gobierno es la de abrir la temporada –mundial mediante– del formidable negocio tecnológico de las telecomunicaciones que puede seguirse en la sigilosa peregrinación de representantes del gobierno y de los grandes pulpos japoneses por toda Latinoamérica para seguir conquistando mercados frente a las empresas yanquis y europeas que promueven otros modelos de televisión digital, todos incompatibles entre sí. Capitales japoneses y brasileños. Porque Brasil fue el primer país en asociarse con los japoneses para promover este sistema digital.

En Perú ya se transmite con esta norma y la prensa anuncia el desembarco de Toshiba en la zona franca de Tacna (Perú21, 9/4). El presidente paraguayo Fernando Lugo “recibió a los promotores del sistema digital japonés brasileño” (Paraguay.com, 9/4) y apura la firma del acuerdo. Lo mismo Rafael Correa en Ecuador. En Uruguay, si bien Tabaré Vázquez había cerrado el negocio con los europeos en 2007, José Mujica estaría dispuesto a revisar todo ante la presión de Lula. Y en Argentina, en la misma semana, funcionarios y técnicos japoneses vinieron a presentar un STB de la empresa japonesa Smart Network y a destacar que “hay empresas ya interesadas en fabricar estos equipos y que están radicadas en Tierra del Fuego” (Télam, 6/4). New San, Radio Victoria, BGH, entre otras.

“La tevé digital no puede quedar en manos de monopolios” (Infoecos), se anticipó Mariotto. Pero quedar, queda.