Políticas

29/11/2001|731

De la Rúa-Cavallo destruyen el Pami

Una manifestación de niños enfermos graves del interior se mantiene frente al ministerio de Economía. La muerte de uno de ellos, a los que se les ha suspendido la prestación, demuestra la situación del Pami ha tocado fondo. Se trata de 42 chicos que con sus acompañantes familiares, esperan en la Capital tratamiento de enfermedades de alta complejidad. Denuncian que el Instituto no paga los hoteles, comida ni medicamentos y que están viviendo de la caridad pública.


La atención médica de la mayoría de los jubilados del país está suspendida desde hace casi un mes. Los centros de diálisis contratados acaban de anunciar la suspensión forzada de tratamientos a 6.500 pacientes, por la deuda impaga de 30 millones de pesos. Lo mismo pasa con los geriátricos, con la provisión de drogas y con las prestaciones sociales para los más carenciados. Los salarios de noviembre de los empleados y el aguinaldo no están garantizados. Los gerentes se borran y no existe ningún tipo de directivas.


Esta catástrofe ha sido totalmente provocada por Cavallo y las intervenciones, tanto menemistas como aliancistas. La caída en picada de la recaudación del Instituto ha conducido a una deuda de 850 millones con los prestadores y 680 con los bancos. El gobierno no pone un peso ni mueve un dedo porque quiere crear las condiciones para la tercerización total de los servicios y la desaparición de la obra social. Forma parte del acuerdo con el FMI.


Ante este cuadro, hay disposición de los trabajadores a la lucha, como lo demostró la movilización de más de 2.000 trabajadores, convocada por ATE-Pami (MTA) y UPCN. La marcha de Moyano contó con unos mil trabajadores tras las banderas de ATE-Pami (UPCN carnereó siguiendo la línea de los “gordos”). Ante el retraso de los sueldos, a fines del mes pasado, las dos terceras partes del Pami paró en todo el país, casi espontáneamente.


La propuesta del Polo Obrero, difundida masivamente en las movilizaciones, es convocar a la asamblea general de los trabajadores de Pami, para lanzar un plan de paros progresivos hacia la huelga general con permanencia en todos los edificios. Hasta que aparezca el financiamiento para todas las prestaciones, se retome toda la atención médica y social, se paguen en fecha los sueldos y no se produzca ningún despido.