“De movida, mejor que lo que había antes” Policía Federal
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La sanción de un ‘código de convivencia’ en la Ciudad de Buenos Aires no hace ninguna mella en el arsenal represivo del Estado contra los ciudadanos.
Aunque deroga los edictos policiales, el Estado sigue disponiendo de un arsenal represivo legal y físico cuidadosamente ‘afinado’ que permite cubrir con creces la derogación parcial y temporaria de aquéllos. La Federal puede seguir deteniendo por “averiguación de antecedentes” o por “actitud sospechosa”, pues están comprendidas en el Código Procesal en lo Penal y en la propia ley orgánica de la Federal. Se dice que ahora la Federal ya ‘no puede’ detener por prostitución, pero “no hay que escandalizar, el artículo 129 del Código Penal sanciona el exhibicionismo y él acto sexual en la calle, por lo tanto no va a haber vía libre”, explica el ex juez y legislador del Frepaso, Raúl Zaffaroni (La Nación, 11/3).
En el primer día en que rigió la derogación de los edictos se detectó un número “inusual” de detenciones por “averiguación de antecedentes” en la
Capital Federal (Clarín, 11/3).
Los edictos siguen
Han sido derogados solamente algunos edictos policiales, pero han quedado en pie otras ‘contravenciones’ que penan la conducta en reuniones deportivas, a menores que no hayan cumplido 18 años, el patoterismo y la portación de armas (la policía lleva siempre un arma no reglamentaria consigo para incriminar a cualquier detenido). En todos estos casos “la autoridad competente para la aplicación y juzgamiento… es el jefe de la Policía Federal” (Romero, defensor de la nación, en Ambito, 13/3).
Por todas estas razones, el Jefe de la Superintendencia de Seguridad Metropolitana de la Federal, un hombre que abogaba abiertamente por el mantenimiento de los edictos hace sólo dos años, plantea ahora que “ha habido más humo que fuego” y que “no veo que este Código tenga baches. Es un código de convivencia urbana que de movida se ve mejor que el nuestro… han incluido el patoterismo, que en el nuestro (por los edictos) no estaba, la pelea, la tenencia de armas. Y tiene una escala de penas muy amplias… hasta disponer un arresto de 10 días”, en tanto que hasta ahora “por un hurto, una persona recupera(ba) su libertad en cuatro días”. El mismo funcionario, ante la pregunta si la policía se siente limitada al haberse eliminado la figura del “merodeo”, responde: “No. Tendremos que usar otra figura… ya no podremos arrestarlo por esa razón, pero buscaremos algún otro tipo” {Página 12,14/3).
Prostitución
Según Aníbal Ibarra (Frepaso) “algunos sectores de la Policía Federal quieren crear una sensación de inseguridad con la cuestión de la caída de los edictos (porque) tocamos la caja chica de estos sectores”, en particular en el caso de prostitutas y travestís, sometidos en las comisarías a vejaciones de todo tipo y a la coima rigurosa para dejarlos salir.
¿Se ha quebrado un circuito de corrupción o se ha creado una legislación que se adapta a algo más grande, como lo es el negocio capitalista de la prostitución.
Hasta ahora, como explica Zaffaroni “la ley nacional opta por el sistema abolicionista, es decir que pena el proxenetismo pero no el ejercicio individual de la prostitución” (ídem). Según “fuentes consultadas” de la Federal, “el peligro es que empiecen a venir mujeres de países donde la actividad está más controlada y donde, por el nivel de ingresos, ganan mucho menos de lo que pueden ganar acá” (Clarín, 11/3). Esto significa el acceso de las grandes corporaciones volcadas al negocio internacional de la prostitución y la pornografía, que han tomado para sí la creación de empresas de ‘servicios’ que pasan a ocupar la función del ‘viejo’ proxeneta (persona que se beneficia de la prostitución de otras personas). Según el jefe policial que reivindica el ‘código’ (frepasista) de “convivencia”: “la prostitución invirtió mucho dinero, por ejemplo, cuando el sindicato de meretrices se presentó con una batería de abogados con todos los medios de comunicación en el Departamento de Policía” (Página 12, 14/3). El diputado Caram (UCR) “propone que en cada barrio los vecinos determinen los lugares en los que permitirían la oferta de sexo”, una propuesta “compartida a medias” por el frepasista Zaffaroni, y que cuenta con el apoyo de la Asociación de Meretrices Argentinas. El propio De la Rúa admitió la posibilidad de “zonas rojas” pero a partir “de una norma que prohíba la oferte callejera del sexo” es decir que “reglamente” la prostitución a gran escala (Clarín, 14/3).
Pacto represivo
La tranquilidad con que los altos mandos de la policía han tomado la derogación de los edictos se basa en la seguridad de que éstos serán reimplanta- dos con más fuerza que antes. A partir de la campaña alimentada desde la UCR y el PJ sóbrela “inseguridad pública”, ha comenzado a trabajar “una comisión de seguimiento que en un plazo de 180 días deberá rever las nuevas normas”. El proyecto oficial de la Intendencia “tiene al arresto como pena para casi todas las contravenciones. Penaliza la prostitución callejera, el merodeo y es apoyado por la Policía Federal”, es decir refuerza los edictor (Clarin, 14/3)