Políticas

29/6/2006|951

Debate de la Izquierda: Más sobre un “Seminario sin programa…”


En el reciente “Seminario para el Reagrupamiento de la Izquierda y las Fuerzas Populares” los dirigentes del MST-AS se opusieron a discutir… una “alternativa socialista”, es decir, un programa a la crisis capitalista. Dijeron que podía ser un obstáculo para un acuerdo sobre “iniciativas concretas” (¡que luego rechazaron!). El planteo era formalmente ridículo, porque el propio Seminario fue convocado para discutir un programa. Pero más sorprendente resulto ser el argumento de que la excepcional agudeza de la crisis mundial no debía ser desperdiciada perdiendo el tiempo en discusiones programáticas. Entre los factores revolucionarios de la situación mundial, el MST incluía la disolución de la URSS, que disimulaba bajo el eufemismo de la caída de la burocracia stalinista. Como todo el mundo sabe, la vieja ‘nomenklatura’ no ‘cayó’, porque no hubo una victoria de la revolución política de los trabajadores, e incluso hoy es el actor decisivo de la restauración capitalista. El representante del MST-AS precisó que “en nuestro continente tenemos que ocupar el lugar que queda vacío con la disgregación del 'foro de Porto Alegre'"; pero no dijo si como sucedáneo o como alternativa. Si no se establece un programa socialista sería un sucedáneo.


 


El grupo llamado Praxis se sumó al mismo planteo, como vocero de la línea del MST-AS, luego de haber escrito centenares de páginas para justificar enrevesadamente la caducidad del leninismo y la necesidad del movimientismo. (¿Para qué escribir si se trata de no discutir?) Pero en el caso de Praxis la cosa es al revés, porque la vigencia de la revolución socialista estaría desmentida por la disolución de la URSS; es decir que el stalinismo, cuya caída saluda el MST, es para Praxis la expresión del socialismo. Así, para unos, porque el proceso revolucionario avanza impetuoso y, para otros, porque la revolución no va a ningún lado, la discusión de un programa no debe tener lugar. Sobre esta base podrida el grupo Praxis y el MST-AS se unieron en un acuerdo de principios, que saldaron con la partida súbita del Seminario.


 


Programa y partido


 


Los sectores que abandonaron el escenario que habían armado con segundas intenciones maniobreras, tiran a la basura aquello de que “sin teoría revolucionaria no hay movimiento revolucionario”, sin por eso dejar de escribir algunas cosas sobre la inutilidad de la teoría, que sólo es tal cuando es revolucionaria y está al servicio de la acción revolucionaria. Porque la otra paradoja es que los opositores al programa en nombre de la acción, también se oponen a un partido de acción, en favor de un movimiento de discutidores. Sostener, como lo hicieron los susodichos, que la discusión de un programa implica abortar la pretensión de un partido común de la izquierda, es un contrasentido, porque no hay otra manera de proceder. Un partido sin programa tiene el programa de la fracción dominante, que lo impone por su peso y no por medio de la democracia. Ahí está el ejemplo de la Rifondazione italiana, que acabar de meter a toda la izquierda movimientista, aliada del MST y de Praxis en el proyecto de izquierda anticapitalista internacional, en el gobierno imperialista de Prodi —un gobierno de la Otan. El MST no se olvidó de proponer lo dicho en el capítulo ’reservado’ al internacionalismo.


 


El planteo de sortear una discusión de programa nos hace recordar a aquel personaje de “Alicia en el país de las maravillas” que interroga a la protagonista sobre cuál camino tomar mientras que declara al mismo tiempo no saber adónde quiere ir: en ese caso podés elegir cualquier camino, le dirá Alicia. En otros términos: sin programa se puede ir… a ninguna parte no se precisa ningún programa.


 


Un partido proclama abiertamente sus métodos y objetivos; eso es al menos de lo que se jactaba Marx cuando decía que los comunistas no tenemos nada que esconder. ¿Qué tienen que esconder, por el contrario, nuestros seminaristas autoexiliados? No tiene nada de condenable que querramos construir el socialismo como enanos que avanzan sobre hombros de gigantes, según la famosa frase que le atribuyen al físico inglés Isaac Newton.


 


Todo al revés


 


Pretender sacarse de encima la discusión de un programa, a partir de adjudicarle significado revolucionario a la caída nunca producida de la burocracia stalinista (que en realidad se ha transformado en burocracia del capitalismo sin perder en ningún momento las riendas del viejo Esado), ¡esto sí que es un programa, pero contrarrevolucionario, porque se confunde la salida del capital (la restauración capitalista) con la salida del proletariado a la explotación del capital!


 


Es cierto que la propia restauración del capital es un proceso inacabado, que se desenvuelve en el marco de la decadencia histórica del capitalismo, no en su época vigorosa y juvenil. Por eso ha engendrado contradicciones aun más explosivas que las que intenta resolver por la vía de la restauración. No habría existido jamás la inmensa explotación a la que se ha abierto China si antes no se hubiera disuelto la URSS, pero China es presa de una gigantesca explosión social. A partir de esta consideración, el Partido Obrero aportó al Seminario la Tesis Programática de la Coordinadora por la Refundación de la IV Internacional. Propusimos una discusión sin dejar por un instante, de promover cualquier oportunidad o asunto para emprender una acción práctica común.


 


El MST-AS y su pequeno colega Praxis quieren llenar el vacío dejado por el “foro de Porto Alegre”, con el mismo método con el que el Foro de Porto Alegre pretendió llenar los vacíos que le precedieron. Es lo que se llama el método de tapar agujeros. ¿Adónde quieren ir nuestros queridos adversarios del Seminario con esta política de saneamiento municipal?