Políticas

4/5/2006|944

Defendamos a Bolivia


¿A quién fue a ver, antes que a nadie, el presidente del pulpo Repsol, Antonio Brufau, luego que Evo Morales anunciara la nacionalización de los hidrocarburos de Bolivia?


 


Ahí estaba, en la Casa Rosada, a las 9 de la mañana del miércoles 3, el jefe de la compañía que hoy está sobre-explotando hasta el agotamiento los pozos que descubrió YPF y llevando a Argentina a la importación de combustibles.


 


Repsol, recordemos, se había quedado por chaucha y palito con YPF, gracias a los ‘servicios’ de gente como Menem y Kirchner.


 


Kirchner tiene 1.100 millones de dólares fuera del país por esa privatización y por las regalías que comenzó a cobrar a partir de ella.


 


Entre Bolivia, que busca muy limitadamente emanciparse, y Repsol (y los otros pulpos), que quieren ajustarle aún más a Bolivia el yugo histórico, Kirchner tiene partido tomado.


 


Por eso corre a reunirse con Lula, preocupado por los intereses de Petrobrás, una curiosa petrolera brasileña cuyo capital está controlado por los fondos financieros de Estados Unidos.


 


Lula tiene para defender también en Bolivia a los latifundistas brasileños, que controlan el 20% del comercio de soja de ese país.


 


El partido tomado de Kirchner no es solamente por Repsol sino también por Techint, a la que prometió subsidiar la construcción del gasoducto del norte (o sea con gas boliviano) con más de doscientos millones de pesos.


 


Pero con los Techint, Petrobrás y Repsol están todos los otros pulpos del mundo: Total, British Gas, Chevron, Pan American..., o sea los que lucran con las guerras de Bush.


 


Lula y Kirchner son la rueda de transmisión en la que confían los Bush, los Blair, los Zapatero para ‘contener’ a Bolivia en sus aspiraciones nacionales.


 


Para esta ocasión han convocado incluso a Chávez, cuyo protagonismo no se cansan de rechazar toda vez que pueden.


 


Esperan que el ‘demagogo’ los saque de esta crisis con un acto de magia; América Latina tendrá la ocasión de ver de qué lado se pone.


 


Pero el Presidente que se coaliga contra Bolivia, ¿puede ser el reaseguro contra la contaminación de las papeleras en Gualeguaychú?


 


Ilusos los que lo creen: La Haya es el tribunal de las Botnia del mundo, no el foro de justicia de los pueblos.


 


Para colmar la impostura, el enemigo de los intereses de emancipación de Bolivia convoca a celebrar la victoria nacional de Argentina el próximo 25 de mayo, junto a la edificante compañía de los punteros bonaerenses, de toda la laya que entregó el país con Menem, de los Barrionuevo, los Moyano, los Cavalieri.


 


Nosotros tomamos partido.


 


Sabemos muy bien que Evo Morales no está nacionalizando los hidrocarburos sino que intenta obtener para el Estado boliviano un pedazo menor de la gigantesca renta del gas y el petróleo, que están cotizando a los precios más altos de la historia.


 


Defendemos a Bolivia, con todo, porque sólo luchando contra los enemigos de esos limitados intentos nacionalistas podremos ensanchar el espacio de la movilización popular y de la emancipación nacional.


 


Pero defender a Bolivia significa, antes que nada, combatir la conspiración anti-nacional de los Lula y los Kirchner — de los ‘progresistas’ que se apresuraron a pagar de un sola vez al Fondo Monetario Internacional.