Políticas

6/9/2024

Dejan sin atención médica a 2.500.000 afiliados de Ioma

Qué hay detrás del lock out sanitario de Femeba en la provincia de Buenos Aires.

Ioma.

La Federación Médica de la provincia de Buenos Aires (Femeba) escaló el conflicto con Ioma, decretando un paro por 48 horas que afecta las prestaciones a los afiliados a la obra social de los trabajadores del estado provincial. El lock out se extiende a todo el territorio bonaerense, cortando el servicio los días 5 y 6 de septiembre. 

Extorsión

Las extorsiones de Femeba no son nuevas y han terminado siempre con una adaptación de su presidente, Homero Giles, a las exigencias de la prestadora. La Federación Médica agrupa a las asociaciones de la Provincia de Buenos Aires y actúa como intermediaria quedándose con una jugosa tajada. Según el directorio de la Obra Social bonaerense, Femeba obtiene una rentabilidad exagerada que va del 20%, 30% al 40%. 

Su Consejo Ejecutivo está dominado por los propietarios y accionistas de las grandes clínicas y sanatorios privados. La “intermediación” con Femeba y otras prestadoras ha sido la mecánica privatista de todos los gobiernos bonaerenses, incluido el de Kicillof.

Ioma bajo fuego

La medida de fuerza por 48 horas fue anunciada como una respuesta a la ruptura de Ioma con los prestadores de Femeba, correspondientes al municipio de Junín y a más de una decena de otros distritos del noroeste bonaerense. La corporación justificó el corte de la atención sanitaria en nombre de los 1.000 médicos afectados por la “prescindencia del servicio” y los 80.000 afiliados de esa región que quedan sin cobertura. 

Este chantaje volvió a poner de manifiesto la crisis del “modelo” que el camporista Homero Giles anunció en marzo de este año, cuando instrumentó el sistema de copagos. Entonces, Giles habló de una “reestructuración de la obra social” para afrontar los altos costos derivados de la devaluación y el impacto  inflacionario. El camporista se refirió a Ioma como un “sistema solidario” de cobertura de las  prestaciones básicas, que debería funcionar como una prepaga con aranceles diferenciados. Fue el funcionario de Kicillof quien le abrió la puerta a los copagos en una negociación con las corporaciones de la salud privada. 

Mientras Femeba responsabiliza a Ioma por el conflicto, Homero Giles y Mariano Cardelli, presidente y vicepresidente respectivamente de la obra social de la provincia, denuncian que dieron de baja a los prestadores de Femeba por el “proceder oscuro” que incluiría cobros indebidos a los afiliados, atención de mala calidad y la negativa a presentar la documentación necesaria a los auditores de Ioma. Giles denuncia también que Femeba retiene los fondos girados para el pago de honorarios médicos, apropiándose de un negocio millonario. A pesar de estos desfalcos reiterados, el directorio de Ioma no reniega de los privados. 

Mariano Cardelli relativizó la crisis con Femeba, presentándola como circunscripta a Junín y los distritos vecinos. A la par, declaró “no estamos en contra de la intermediación”. La corporación Femeba amenza, sin embargo, con profundizar el conflicto si Ioma avanza con la apertura de un padrón directo para que los médicos inscriptos puedan tarifar sus servicios sin pasar por la Federación Médica.  El “padrón” de Homero Giles suena más a fuego de artificio que a una decisión tomada.

Una crisis que supura 

Según Femeba, la sustitución del servicio por contratos con “sociedades comerciales y prestatarios improvisados” sumaría sobrecostos y vía libre a una mayor explotación laboral de los médicos. Explícitamente, el comunicado de Femeba denuncia como antecedente la explotación de los médicos que trabajan en los policonsultorios de Ioma. Ioma acusa a Femeba de monopolio y cartelización de prestadores.

La Obra Social de la Provincia de Buenos Aires ha sido la caja negra de todos los gobiernos bonaerenses. El desfinanciamiento es el resultado de los acuerdos lescivos con los prestadores privados, entre éstos Femeba que opera desde hace décadas en 121 municipios, la caída de los salarios estatales, y del funcionamiento de la Obra Social, cuya recaudación pasa por el Ministerio de Economía (Rentas Generales).

Esto le permite al gobierno financiarse con los aportes del Ioma, subsidiar a capitales privados y pagar la  fraudulenta deuda externa. El sistema de copagos es parte del ajuste de Kicillof, pero no es el único instrumento. La Obra Social recortó la cobertura de medicamentos en una provincia con un 53% de pobres, y un porcentaje mayor en el conurbano.

Kicillof, el ministro de Salud, Nicolás Kreplak y la presidencia del Ioma se jactan del aumento de los aportes que hace la obra social a los municipios, pero estos llegan después de meses de demoras, y no compensan el crecimiento de los pacientes que se atienden en los hospitales públicos como resultado de los despidos, los trabajos precarios, la desocupación y la miseria social. Por lo pronto, los sanatorios privados reclaman que Ioma los subsidie ” en igualdad de condiciones” con los estatales. Otro apriete.

El ajuste lo pagan los trabajadores

El ajuste a la obra social se mide también por los turnos de atención postergados, el calvario para acceder a ciertas prestaciones complejas, y por la reprogramación de cirugías. Las prótesis siguen siendo un gran negocio de los privados que sobrefacturan los costos. La crisis de Ioma ha llevado en el pasado reciente a la paralización del servicio en Tandil y Mar del Plata. Es a caballo de esta crisis que la derecha agita una profundización de la privatización de la salud y actúa como lobista de las grandes corporaciones. 

La campaña de macristas, radicales y mileístas para declarar a Ioma en emergencia va claramente en ese sentido, lo mismo que el apoyo al lock out de Femeba. Kicillof no reniega de los privados y los incluye en el “sistema integrado de salud bonaerense”. Lo mismo hizo en la pandemia cuando financió a los sanatorios y grandes clínicas de la provincia de Buenos Aires con fondos del Ioma a tasa cero. 

La ” empresa de emergencias médicas bonaerense ” -que tiene media sanción en la Legislatura- tiene la forma de una sociedad anónima con mayoría estatal e injerencia del capital privado. El “estado presente” es el vehículo para nuevos negocios con los capitalistas.

Crisis sanitaria

La medida extorsiva de Femeba solo ha merecido un comunicado de las direcciones sindicales kicillofistas -entre éstas la Cicop que nuclea a los profesionales de la salud pública- pero ninguna acción efectiva. La estrategia de la burocracia la define Axel Kicillof y está encuadrada por la “multisectorial” de sindicatos, organizaciones sociales y empresarias “en defensa de la provincia ante la asfixia financiera de Milei”. 

El ultimo párrafo del comunicado burocrático, pidiendo que se resuelva el conflicto en el marco de las regiones alcanzadas para “asegurar la continuidad de la atención” adelanta que el gobierno de Kicillof  está buscando un acuerdo con Femeba, cuyo costo terminará descargándose sobre los afiliados de Ioma.

Las amenazas de nuevos lock outs tiene como telón de fondo el peligro de una catástrofe sanitaria, sobre todo si se produce la epidemia de dengue que advirtió el ministerio de Salud provincial. Kicillof y Kreplak denuncian la responsabiidad de Milei y su motosierra sobre la salud pública. Diferenciándose de los “libertarios”, el gobierno de Unión por la Patria anunció la aplicación de 80.000 vacunas contra el dengue de las 500.000 dosis que estarían disponibles. 

Si bien no se avanzó en los detalles, Ioma cubriría una parte del costo de la vacuna que en el “mercado” vale 90.000 pesos. Es decir que no serán gratuitas, pese a la gravedad de la situación.

Un programa para defender al Ioma

La burocracia sindical, que integra el directorio de Ioma como veedora, ha dejado correr el vaciamiento y  no tiene reacción frente al lock out, a pesar de que este tiene a cientos de miles de estatales, docentes, trabajadores de la salud y municipales como rehenes.

Para cortar la sangría de la obra social y terminar con las extorsiones de los grandes prestadores privados, Ioma debe ser dirigida y controlada por los trabajadores afiliados. Abajo el lock out.  La “reestructuración” de Ioma no la deben pagar los afiliados. Por un impuesto extraordinario al gran capital para financiar un aumento inmediato del presupuesto sanitario estatal, reorganizando un sistema único de salud bajo el control de los trabajadores. No al “Ioma modelo prepaga”.

Pegarle al abuelo para pagarle al banquero
La doctrina de gobierno de Javier Milei. –
prensaobrera.com