Políticas

25/9/2003|818

Del fracaso del trueque al de la “subeconomía paralela”

En Palermo Viejo, en el mercado recuperado en octubre del año pasado de Bonpland 1660, el fin de semana del 20 y 21 se desarrolló La Trama 2 -segunda versión de la jomada político-cultural que organiza el sector divisionista pro-gubernamental que ya no merece el nombre de asamblea. El evento fue organizado para presentar el proyecto de “Mercado Social Solidario” que cuenta con el apoyo de una cantidad de organizaciones -Cta, Mtd La Matanza, Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas, Flacso, etc.-, cuyo planteamiento común es instalar una suerte de “subeconomía paralela” con “criterios solidarios”, para “sobrevivir” (textual) Es una especie de feria artesanal en donde cada cual vende (o no) su propia producción. Vendría el “consumidor responsable” (el que no compra en supermercados) y pagaría “un precio justo” (aunque sea más caro que el del súper, pero que le permita sobrevivir al “micro emprendedor”).


La promoción de los microemprendimientos es la alternativa del gobierno a la reapertura (expropiación) de las fábricas bajo gestión obrera (el Mtd Matanza se vanagloria de no pedirle un centavo al “Estado genocida”, aunque recibe subsidios de, por ejemplo, la embajada suiza). El proyecto del mercado de Bonpland no es un proyecto de una asamblea sino del gobierno y de los “asambleístas” oficialistas. En el mercado Dorrego, a pocas cuadras de allí, en tierras públicas, el gobierno de Ibarra, a escondidas de la mayoría del vecindario, está por inaugurar un “feriódromo de diseño” con el mismo criterio.


Los que están ahora con los microemprendimientos estuvieron en su mayoría con el trueque, que terminó con el fracaso de aquellos que sobrevivían por medio de él y con los bolsillos más llenos de los que “gestionaban” el trabajo de otros.


Por todo esto, La Trama 2 generó muy poco interés, aunque tuvo mucha prensa. Estaban mayoritariamente los burócratas de las organizaciones en cuestión y un público cautivo de los microemprendedores. Los “paneles de debate” incluyeron a todo el arco de “solidarios” truchos, inclusive el Gobierno de la Ciudad.


En el mismo momento en que se desarrollaba la jornada, hubo mil y una provocaciones contra la Asamblea. Para dar una imagen de toda la cuestión: a pesar de que dicen que “no hay puertas porque somos abiertos y democráticos”, nos afanaron la puerta de nuestro local, que sólo devolvieron cuando hicimos frente con la denuncia pública a este vergonzoso hecho. Los microemprendedores pudieron veren escasos minutos el significado de todo este palabrerío: no hay puertas… de las que yo no tenga llave, cuando la llave la tiene otro que amenaza con dejarme sin mi negocio, le afano la puerta. La Asamblea de Palermo Viejo se mantiene allí, en el mercado, apostando a los grandes propósitos que la animaron desde sus comienzos. No queremos sobrevivir en una subeconomía. Debemos debatir la integración a las Asambleas Nacionales de Trabajadores Ocupados y Desocupados. El camino del Argentinazo es aquel que propone la lucha por arrancar las fábricas a las patronales, bajo gestión obrera; por arrancar la gestión de los grandes problemas de la ciudad por parte de las asambleas; por expulsar a la burocracia sindical aliada del gobierno por parte de los sindicatos combativos.