Políticas

6/6/1996|497

Derrotan a José Rodríguez en Ciadea-Renault y en Thompson-Ramco

Según los diarios de la capital, José Rodríguez, el secretario general de Smata, fue reelecto por enésima vez con cuarenta mil y pico de votos.


Claro que no le costó mucho, porque iba en ‘lista única’. Las persecuciones, los despidos, la delación y otros métodos ‘sindicales’  semejantes, son los que permiten a los burócratas perpetuarse sin oposición, a la cabeza de los sindicatos. Con el control de las urnas y de los padrones, el burócrata Rodríguez metió los votos que quiso y pudo disfrazar el inmenso repudio de los trabajadores hacia toda su camarilla.


En Córdoba, en cambio, se presentaron tres listas, a pesar de las suspensiones, de los despidos y del clima de intimidación que reina en las fábricas. También ganó Rodríguez, con 2.335 votos, el 44.33%, contra 1.675 de la lista Bordó, un 31,94%, y contra 1.203 de la lista Blanca, un 22,79%.


La suma de las listas opositoras, que se oponen al convenio Fiat-Smata, derrotó, sin embargo, a la oficial por un 55% contra un 44%.


Pero en las grandes empresas Rodríguez perdió. Perdió en Ciadea, perdió en Thompson-Ramco y perdió en Transax. Es decir que Rodríguez sólo pudo ganar relativamente en Córdoba gracias al ‘padrón’ de jubilados, vitalicios, desocupados y suspendidos, o sea el fraude. En una palabra, Rodríguez perdió en Córdoba en toda la línea —fue aplastado.


En Ciadea-Renault, la lista rodriguista obtuvo poco más del 25% de los votos,  565 sufragios, a pesar de la ‘ventaja’ que representa para Rodríguez el amedrentamiento que existe en toda la industria. La Bordó obutvo el 35% de los votos, 754; la Blanca, con 811 votos, llegó al 40%.


Las listas que plantearon la oposición al convenio Fiat-Smata obtuvieron el 75% de los votos. Un plebiscito abrumador. Una masacre.


En condiciones de elecciones libres, Rodríguez no sería directivo del gremio. Esto significa que debe renunciar, es decir, que hay que echarlo.


Significa que no puede firmar convenios. Significa que no tiene autoridad. Los trabajadores del Smata deben tomar conciencia de este hecho fundamental: el gremio no quiere ni el convenio Fiat ni a la burocracia de Rodríguez. En la base del gremio no hay divergencias; hay opinión formada.


Pero hay más, porque en Ciadea ganó una lista antiburocrática, la Blanca, una lista con posiciones combativas; ganó incluso frente a la Bordó, que es un desprendimiento anti-Fiat del oficialismo.


Las lecciones de la votación en el Smata son excepcionales para todo el movimiento obrero, pero por sobre todo para los choferes de UTA y los metalúrgicos de la UOM. La clase obrera tiene opinión formada contra el ‘plan Cavallo’, contra la política de las patronales, contra la burocracia.


Es posible emprender entonces una lucha de gran amplitud. Lo dijimos desde estas páginas desde el comienzo de  nuestra campaña contra el convenio Fiat-Smata.


Hay que difundir estos resultados entre todos los trabajadores. Las fábricas de Córdoba ocupan un lugar especial entre los trabajadores, porque son de gran concentración y porque tienen una gran tradición —la del Cordobazo.


Ahora que se movilizan los desocupados. Ahora que se movilizan los estudiantes. Ahora que Bussi tiembla ante el Tucumanazo. Ahora que los docentes enfrentan, diseminada pero unánimemente, la reforma educativa.


Ahora, los resultados en las fábricas automotrices de Córdoba dicen que es la hora.


Por un plan de lucha nacional, de conjunto.


Plenarios abiertos, congresos de delegados, interfabriles, intersindicales. Fuera la burocracia.


Abajo el convenio Fiat-Smata. Paritarias libres y convenios por industria para aumentar los salarios y defender la jornada de ocho horas.


Abajo Menem-Cavallo.