Desarrollemos el Frente de Izquierda y la unidad revolucionaria

Con copia a la dirección de Izquierda Socialista

Los planteos que Altamira desarrolló, por escrito, sobre el futuro del Frente de Izquierda, en una entrevista que le hiciera Página/12 dentro de una encuesta a todos los partidos integrantes del mismo, dieron lugar a una respuesta de la dirección del PTS, bajo la forma de una carta dirigida al Partido Obrero. Lo que sigue es la posición de la Comisión Ejecutiva del PO.


 


A la dirección del PTS Compañeros:


La lectura que hacen ustedes de la respuesta escrita de Jorge Altamira a una entrevista de Página/12, se destaca, primero, por su liviandad y, en segundo lugar, por la tergiversación del planteo de fondo. Allí donde Altamira, a requerimiento de la periodista -que describe un cuadro de división en el Frente de Izquierda-, defiende la necesidad de una acción sistemática del Frente de Izquierda y elabora una política de unidad de los revolucionarios sobre una base de principios, ustedes contraponen un método de discusionismo permanente, sin agenda de temas estratégicos, en función de ‘diferencias’ que no se mencionan ni muchos menos se relacionan con un debate sobre el programa (la respuesta integral a la periodista de Página/12 la hemos publicado en Prensa Obrera N° 1.211, del pasado 16 de febrero). Repiten un planteo autorreferencial que Altamira refutó en varios actos comunes en la campaña electoral, y parecen no entender que el progreso del Frente en las elecciones obedeció al método de unidad política y a una agitación dirigida a las preocupaciones más amplias de los trabajadores. El planteo de cortar un pelo en cuatro, en oposición a combatir la atomización de las fuerzas revolucionarias sobre una base de principios y un programa, no les ha dejado un centímetro de espacio para decir cómo desarrollamos el Frente de Izquierda, que es una oposición socialista de clase al Estado y al régimen capitalista, y la condición de una unidad revolucionaria ulterior. Nosotros, los del Partido Obrero, somos apasionados de la discusión política. Nos hemos servido de ella en nuestra larga historia política para clarificar posiciones estratégicas; en el camino hemos enterrado a nuestros rivales políticos de muchos años. Pero atamos siempre la discusión o el debate a la construcción política. Hoy queremos desarrollar el Frente de Izquierda mediante una fuerte unidad de acción; sin esto es difícil concebir una construcción política más profunda, un partido revolucionario.


Una nueva situación


Ustedes interpretan nuestro planteo como novedoso, cuando Altamira lo hizo explícito varias veces, por ejemplo en el acto del Frente en la ciudad de La Plata, precisamente para responder a los discursos autorreferenciales de los oradores del PTS, que de este modo perjudicaban la llegada del planteo del Frente de Izquierda a los trabajadores. Es novedoso, sí, pero solamente para quien decide adulterarlo en forma caprichosa como una propuesta discusionista que se consuma a si misma sin destino.


No hay ‘novedades en el frente': se trata de una posición largamente desarrollada desde el Congreso del PO ¡de 1997!, que fue profundizada en el Congreso de la CRCI, en 2004, con la presentación de una tesis programática, que ningún sector de la izquierda, incluidos los más discutidores, quiso nunca discutir. El planteo fue llevado también al Seminario de la Izquierda en 2006. El planteo responde a un momento histórico: la restauración capitalista en los ex estados obreros bajo el comando de la misma burocracia en alianza con el imperialismo, en el marco de una etapa inédita de crisis y bancarrotas del capitalismo mundial en declinación. Este giro histórico replantea todas las delimitaciones políticas desarrolladas en el pasado y obliga por sobre todo a una actualización del programa de la IV Internacional.


Lo hace la IV Internacional oficial, el ex secretariado unificado, cuando declara caduca la etapa histórica iniciada por la Revolución de Octubre y rechaza en forma definitiva la construcción de partidos obreros, para impulsar partidos de nuevo tipo integrados por infinitos sujetos sociales. En oposición a esto nuestro partido llama refundar la IV Internacional sobre la base de la discusión de un programa y de un congreso de unificación con el método del centralismo democrático. Encaramos en forma concreta la crisis de la izquierda revolucionaria por medio de una caracterización de la situación histórica abierta, la propuesta de un programa y la delimitación de posiciones en un partido revolucionario único.


La convocatoria tiene como base el rechazo a los frentes de colaboración de clases (frente popular); la reafirmación de la dictadura del proletariado y del carácter internacional de la revolución socialista; la vigencia del método de las reivindicaciones transitorias para fusionar a la izquierda revolucionaria con el movimiento obrero; la defensa de las guerras nacionales contra el imperialismo, con una política internacionalista; la refundación de la IV Internacional. Sobre esta base, desarrollamos un reagrupamiento internacional y un programa. Nuestro planteo está dirigido al conjunto del Frente de Izquierda y de las organizaciones que lo apoyan.


El Frente de Izquierda, primero


Ustedes, en cambio, no plantean un Congreso de unificación, sino un derrotero de discusiones permanentes y sin propósito definido, a través de blogs, "páginas permanentes" y otros recursos. Ni siquiera ponen el acento en el desarrollo de la acción del Frente de Izquierda, para que abarque planos cada vez mayores de la lucha de clases, incluso internacional. La polémica por la polémica misma, por parte del Frente de Izquierda, es liquidacionista. Las divergencias entre nuestros partidos sobre numerosos asuntos no solamente son conocidas: hemos escrito sobre ellas en forma concluyente. El debate que está proponiendo el Partido Obrero, interno y abierto, tiene como condición previa que se procese en el cuadro de la convocatoria a un Congreso que concrete un partido común. Pero el primer paso es un fuerte relanzamiento político del Frente de Izquierda. No proponemos ni queremos despellejar al oso antes de cazarlo. Las divergencias que emerjan en un congreso de partido serán procesadas con los métodos del centralismo democrático: unidad de acción monolítica, libre discusión, incluida la posibilidad de tendencias. El acuerdo en la realización de un Congreso y de un partido común debe presidir y enmarcar las discusiones. El debate interno lo concebimos en tomo a un programa, no a una colección de disputas previas, o sea a actualizar el programa de la IV Internacional a la luz de experiencias tan gigantescas como la restauración capitalista y una crisis del capital como no se veía desde los años 30. Ofrecemos nuestras tesis programáticas de 2004 como una base. Nuestro próximo Congreso estará centrado en esta cuestión. De este modo entendemos contribuir a la lucha por la unidad revolucionaria en un marco de claridad. Pero, repetimos, reclamamos lealtad y empeño para desarrollar el Frente de Izquierda.


La atomización de la izquierda revolucionaria ha desarrollado un sectarismo político y un método autorreferencial, que es uno de los mayores obstáculos para el desarrollo socialista del movimiento obrero. El sectarismo sustituye la defensa de los intereses históricos del proletariado por la defensa de capillas. Se desinteresa por las cuestiones de programa y exagera lo que es coyuntura!. Con el Frente de Izquierda damos un paso en la orientación inversa, pero hay que desarrollarlo. El golpe más fuerte sería armar una discusión, pero sobre el programa, en el marco de la construcción de un partido. La historia y las masas se encargarán de encontrar otras vías de desarrollo del partido si esta no prospera. Sería la perspectiva más rica. Llamamos a todos los participantes del Frente de Izquierda y a quienes lo apoyaron a que se involucren en nuestra propuesta.


 


27 de febrero 2012