Políticas

27/4/2020

Despidos masivos en Open 25: mucho más que un kiosquito detrás

La cadena de kioscos Open 25 acaba de despedir entre 150 y 200 trabajadores que atendían algunos de los 500 kioscos que tiene la cadena en el conurbano y en la ciudad de Buenos Aires, dejándolos así sin su fuente de ingresos en plena pandemia mundial. Los despidos se efectúan durante la vigencia del decreto de prohibición de despidos, y a pesar de haber facturado millones durante años, a costa de la salud de los trabajadores, pagándoles salarios de miseria que permitieron a la cadena expandirse rápidamente. 


 Es necesario hacer un racconto de las condiciones de semiesclavitud en las cuales los trabajadores de Open 25 desempeñan sus labores para explicar que estos despidos son solo una página más en la política de miseria e inhumanidad que tiene la empresa. 


Los kioscos de Open 25 suelen tener un solo trabajador por kiosco que labura durante 12 horas diarias, 6 días a la semana con un franco semanal. No hace falta ni explicar los daños físicos que implican en la salud trabajar una jornada de este tipo. Pero su tortura no termina ahí: la empresa no les entrega UNA SILLA, porque considera que todo el tiempo tienen que estar parados, sea reponiendo mercadería o vender de manera proactiva a los clientes que se acerquen al kiosco. 


La ley de la silla en Argentina fue una conquista histórica, producto de la lucha las masas trabajadoras de principios del siglo XX, que consiguió que en 1935 se promulgue, en una ley, la obligatoriedad por parte de la empresa de proveer a sus empleados de una silla, por el obvio daño físico que implica para los trabajadores estar constantemente de pie. Open 25 pretende llevar las relaciones laborales a principios del siglo XX. 


Este régimen trae como consecuencia la imposibilidad de tomarse la hora para el almuerzo ni de ir al baño con asiduidad, so pena de ser apercibidos por “estar descuidando la mercadería del kiosco”. Se suma a la duración de la jornada el tiempo de viaje que promedia las dos horas dado que la mayoría de sus empleados en los locales de CABA vienen del conurbano. No hay tiempo de esparcimiento ni familiar solo queda comer y dormir.


El salario: por convenio colectivo y con una jornada de 72 horas semanales estamos hablando de un salario neto que rondaría los 60 mil pesos. ¿Cuánto cobran los kiosqueros de Open 25 por su trabajo? 25 mil pesos… y un tercio en negro.


A los trabajadores les pagan un 40% del salario que les corresponde por ser trabajadores de Comercio: un robo liso y llano que le permitió a Open 25 ser el monstruo de 500 kioscos que es hoy, con hasta dos kioscos con una cuadra de diferencia en algunos lugares de Capital. Pero el robo a los trabajadores no termina ahí, es peor aún, los acusan de “ladrones”: bajo la premisa de que falta mercadería se los obliga a firmar “vales” que luego son descontados a fin de mes.        


Un capítulo aparte merece el área de Recursos Humanos de la empresa: su política general es amedrentar y vigilar constantemente a su trabajador y recurren para ello a toda una serie de métodos cuidadosamente planificados. Durante los primeros meses de la relación laboral, suelen enviar un superior del kiosquero para preguntarle que podría ofrecerle la empresa para que él trabaje de manera más cómoda: si el trabajador no objeta nada y manifiesta que se encuentra bien, la empresa no le hará nada; si el trabajador manifiesta alguna disconformidad, la empresa, por medio de sus supervisores, los hostigara, mandándolos a un kiosco diferente todos los días, por diferentes barrios de capital y padecerá gritos y maltratos constantes, se lo hostigará para que sea sumiso y acepte las condiciones esclavizantes de la empresa o, en todo caso, renuncie, para que la empresa no tenga que indemnizarlo. 


Otra política: mandar clientes falsos, que, en realidad, son parte del área de RRHH para “probar” a los trabajadores, para ver cómo reaccionan, y terminar diciéndole que, en realidad, son de la empresa: el terror tiene que ser constante, y deben sentirse vigilados aun cuando nadie lo esté haciendo. No son suficientes las cámaras de seguridad y el maltrato de supervisores delante de clientes. Supervisor que se niega, supervisor que sufre cambio de jornada o zona.


Por otro lado, hay que mencionar la multiplicidad de tareas que debe atender un kiosquero de Open 25: el trabajador está a cargo de atender el kiosco, controlar la caja, limpiar el local y reponer mercadería. Designar pocos trabajadores a cargo de una multiplicidad de tareas, que no están en condiciones de abarcar, es una práctica abusiva que hoy los empresarios llevan adelante en todos los rubros, pero especialmente en el área de comercio: lo vemos en Open 25, pero también pasa en los supermercados, los comercios de ventas, etc. 

Las condiciones de seguridad e higiene son paupérrimas: muchas veces, las ratas, las cucarachas serán una presencia habitual dentro del kiosco, ni hablar de que no brindaron un solo alcohol en gel durante la pandemia.  


El rol de la dirección del sindicato de Comercio ha sido de total complicidad con los dueños de Open 25. A pesar de conocerse los numerosos abusos que cometen con sus empleados, hasta ahora no se ha manifestado públicamente ni el SEC ni Cavalieri por la reincorporación de los compañeros despedidos y jamás han tomado cartas en el asunto todos estos años de abusos contra la cadena de Kioscos más importantes del país.


¿Quiénes son los dueños de OPEN 25?: los empresarios Juan Manuel Damiani y Jorge Claudio Damiani, presidente y vicepresidente de dicha sociedad comercial. No son unos nenes de pecho: son la cabeza de un grupo económico diversificado: Alcanzo (un call center tercerizado de Telecom), Sulprom (una cadena de locales de insumos / agentes oficial de Telecom), además de diferentes empresas de otros rubros. Jorge Damiani ostenta el importante cargo de ser secretario deportivo del Club Atlético Independiente, con vínculos con el diputado y ex ministro de seguridad bonaerense Cristian Ritondo y la familia Moyano, con los que comparte la comisión directiva del Club. 


En conclusión, los Damiani son unos empresarios con suficientes ingresos para que se desmienta cualquier tipo de justificación de los despidos en una dificultad financiera. ¡Que ningún trabajador quede en la calle! ¡Reclamamos la inmediata reincorporación de todos los trabajadores despedidos de Open 25 en sus puestos de trabajo!