Después del pacto con Chevron: movilización popular y crisis política

Luego de la represión y la votación del acuerdo entreguista, una contundente respuesta recorrió la provincia. Un paro general de CTA, impulsado por Aten, volcó a las calles a más de trece mil personas en repudio a la represión, exigiendo el juicio y castigo a todos los responsables y el rechazo al acuerdo con Chevron.


El mismo día de la represión y con posteridad a la misma, el gobierno sacudió la versión de que el disparo con munición de plomo contra un docente partió de los mismos manifestantes. La acusación ya ha sido desmentida por los propios compañeros del docente herido, que se encontraban cerca de él. A su vez, el gobierno y algunos medios de comunicación han lanzado un ataque feroz contra las organizaciones populares que denuncian el pacto. Entre ellas, al Frente de Izquierda, a la Confederación Mapuche y a Aten. La escalada represiva tuvo un nuevo pico con la quema de la ruca mapuche ubicada en el área Loma Campana. Aten denunció penalmente al gobierno por los heridos y por el operativo paraestatal de sus patotas, que irrumpieron custodiadas por la policía al recinto.


El papel del sindicato recuperado


El sindicato docente ha actuado como el principal factor de impulso de la lucha contra el acuerdo. La dirección de Aten tomó la iniciativa de convocar al paro del 28. Luego, una CTA poco entusiasta se acopló a la medida, que crecía al correr de los días. La destacada presencia de los jóvenes estudiantes secundarios en la movilización del 28 y el 29, anticipada por los cortes y concentraciones que protagonizaron en los días y semanas previas, fue fruto también del papel de la docencia, a través de charlas y videos en los propios colegios. La semana previa al tratamiento del acuerdo en la sesión plenaria, Aten logró ingresar a la Comisión de Asuntos Constitucionales, dando cátedra a los legisladores sobre el propio acuerdo y denunciando sus implicancias. El hecho ganó una gran repercusión pública.


La fractura del MPN


En este cuadro, la votación del acuerdo con YPF ha profundizado la crisis política del partido de gobierno. El gobernador Sapag retiró a sus candidatos de la lista del MPN encabezada por Pereyra para las elecciones generales de octubre. Pereyra había ganado la interna abierta contra el gobernador. Ahora, Sapag le reclamaba un apoyo explícito para hacer pasar el acuerdo entreguista, como moneda de cambio para volcar el aparato del Estado provincial y del MPN al servicio de la campaña del sindicalista. Pereyra no pudo llegar tan lejos, después de haber posado de opositor al acuerdo con Chevron durante la campaña de las Paso. Ahora, en medio de la crisis, jugó a "hacer la plancha", desapareciendo del escenario provincial durante las últimas dos semanas. El gremio petrolero estuvo ausente del paro y la movilización del 28 y el 29. Pero bajo la presión popular, el diputado de Pereyra en la Legislatura votó en contra del acuerdo, lo que terminó de escindir al MPN.


Al día siguiente de la represión, Sapag firmó en la Casa Rosada un plan de obras de infraestructura junto a Oscar Parrilli, enviado por la Presidenta. Sapag negocia ahora el apoyo por abajo a la lista del FpV. La campaña hacia octubre comienza surcada por esta crisis de fondo en el aparato oficial.


El desafío planteado


El acuerdo con Chevron ha despertado una enorme inquietud y movilización popular. La tarea del Frente de Izquierda es clarificar ante todo el movimiento popular que Chevron no es más que la punta de un iceberg. El acuerdo anticipa una orientación de fondo para toda la economía nacional, como lo expresa la tendencia devaluatoria y el nuevo canje de deuda que impulsa el gobierno.


Partiendo de esta caracterización, la lucha contra Chevron tendrá su capítulo principal en el terreno electoral. El frente único creado en el marco de la lucha contra el acuerdo, encierra naturalmente, fuerzas contradictorias. Es que parte de las fuerzas del centroizquierda e incluso de la izquierda que integran este movimiento de lucha mantienen frentes electorales o son parte de bloques políticos con partidos contaminantes y privatizadores, como es el caso de Binner o Prat Gay. Después de las grandes jornadas del 28 y del 29, el voto al Frente de Izquierda debe ser un gran pronunciamiento de los explotados de Neuquén contra el acuerdo entreguista. Contra "los candidatos de Chevron", el Frente de Izquierda es la única expresión políticamente consecuente con la lucha contra la entrega nacional, la depredación ambiental y laboral.