Políticas
22/5/2024
Devaluación: un conflicto con final incierto
¿Por qué se disparan las cotizaciones paralelas del dólar?
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Crece la brecha cambiaria.
Si bien el gobierno pretende evitar una nueva devaluación que desate una escalada inflacionaria, han pegado un salto los dólares paralelos, avivando las tensiones sobre el tipo de cambio oficial. El rumbo económico de Milei está cada vez más empantanado.
Por un lado, la suba de las cotizaciones paralelas obedece a la disminución de la tasa de referencia del Banco Central. El gobierno adoptó esa política para ir desarmando el stock de Leliqs del BCRA para trasladar esa deuda al Tesoro. No obstante, eso lleva a que pierdan rentabilidad los plazos fijos y los depositantes se vuelquen a la compra de dólares financieros o blue.
Sobre todo los exportadores, que, luego de liquidar sus ventas al exterior tras la devaluación de diciembre, con esa enorme masa de pesos procedieron a dolarizarse. Como vemos, Milei impulsó un ajuste feroz sobre jubilaciones y gasto social con el argumento de reducir la emisión inflacionaria, sin embargo, la base monetaria creció 51,4% en dos meses por la compra de divisas fundamentalmente al capital agrario, generando presión sobre los tipos de cambio paralelos.
A su vez, se ensanchó la brecha cambiaria porque el agro, a partir de abril, comenzó a retener la cosecha para presionar por una nueva devaluación, dado que el tipo de cambio multilateral (competitividad) se redujo debido al alza inflacionaria. Sucede que el sector cuenta con el beneficio del dólar blend, que lo habilita a liquidar el 20% de sus exportaciones al Contado con Liquidación; por lo tanto, sus prácticas de acopio llevan a que la oferta de CCL disminuya y aumente la cotización del mismo.
Lo primero que hay que decir es que el crecimiento de la brecha cambiaria impactará sobre la inflación, ya que, al alimentar las expectativas devaluatorias, las patronales se lanzan a remarcar los precios. Además, coloca en una encerrona al gobierno: si accede a devaluar nuevamente desencadenaría una inflación galopante y pondría la rojo vivo la cuestión de las tarifas energéticas cuyo precio de generación está dolarizado. De hecho, el oficialismo postergó los tarifazos que se desprendían de la devaluación anterior porque hubiesen sido impagables para el bolsillo popular. Otro efecto del ensanche de la brecha es que estimula las importaciones, como forma de aprovechar un “dólar barato” y dolarizarse, lo cual tensiona más sobre las reservas y obliga al gobierno a reforzar las restricciones cambiarias contra su propio libreto (como la suba del Impuesto País).
Ahora bien, sino devalúa, debería extender el porcentaje CCL del dólar blend como incentivo para que el agro liquide la cosecha gruesa. Esa perspectiva atenta contra la meta de acumulación de reservas del FMI, razón por la cual el plan original del gobierno era eliminar el dólar blend en junio para que el conjunto de los dólares provenientes de las ventas al exterior ingresen al Banco Central.
Con todo, el panorama de las reservas es sombrío: el agro retiene la cosecha, la deuda por importaciones desde que asumió Milei acumuló U$S 11.096 millones y los préstamos internacionales no llegan. Esto aleja la posibilidad de levantar el cepo cambiario, una de las principales promesas del gobierno a los capitalistas. A su vez, liberar el acceso al mercado de cambios oficial resulta una bomba de tiempo cuando el stock de puts (seguros de liquidez de los bonos del Tesoro que comprometen al Banco Central) asciende a $20,5 billones. De activarse, darían lugar una emisión monetaria descomunal, desatando una corrida de alcance impredecible.
En definitiva, el plan de acumular divisas para el rescate de la deuda usuraria sobre la base de otorgarle concesiones al capital conduce indefectiblemente a un callejón sin salida. Es necesario que los trabajadores centralicen y tomen las riendas de los recursos estratégicos del país (comercio exterior, sistema financiero, campo, etc.) para subsanar la quiebra del Estado y destinar el ahorro nacional al desarrollo de Argentina y a la satisfacción de las necesidades sociales.