Políticas

13/9/2016

División de La Matanza, con los vecinos de botín

La gobernadora Vidal se pronunció en apoyo a un proyecto presentado por el GEN que promueve la división de La Matanza en cuatro distritos. La excusa es mejorar la “cercanía del Estado a la gente”, dada la gran extensión del distrito.


Se trata de un distrito capaz de torcer el resultado de una elección provincial o incluso nacional. El aparato punteril matancero se autodenominó el “corazón del peronismo”, ya que tras el derrumbe de los “barones del conurbano”, el municipio de La Matanza pasó a ser el último reducto de “resistencia” del pejotismo. Vidal ve  en la división, la posibilidad de disputar el aparato clientelar montado por los punteros del PJ en La Matanza, apoyada en la situación de enormes necesidades sociales irresueltas luego de la década kirchnerista.


La presidencia formal del PJ bonaerense está radicada allí, a cargo del ex intendente matancero Fernando Espinoza, quien todavía digita el municipio. La gobernadora Vidal pretende desguazar y cooptar al menos parte de ese aparato. Para hacer aprobar el proyecto en la legislatura, Vidal necesitará del apoyo de los diputados del Frente Renovador, con el que mantiene un pacto parlamentario. Sin embargo, Massa también pretende intervenir en el loteo de “caciques” del PJ.


Situación social explosiva


Con la división, el macrismo pretende armar una nueva burocracia estatal a su medida, que sirva a los fines de regimentar a la mayor cantidad de trabajadores de este distrito. El agravamiento de la crisis y la fragmentación de los aparatos tradicionales, coloca como prioridad para la burguesía el establecimiento de un nuevo régimen de contención social. La Matanza concentra carencias sociales y de infraestructura explosivas que la división en distritos más pequeños no resolverá. La división hace veinte años de Morón y General Sarmiento, por ejemplo, no ha significado progreso social alguno, sobre todo para las zonas más postergadas de Hurlingham y José C. Paz.


La demagogia oficial se apoya en la pequeña y mediana burguesía de las localidades más acomodadas, como San Justo y Ramos Mejía, que pretende beneficiarse de una eventual alza inmobiliaria. Las zonas de mayor concentración obrera, en cambio, tendrán municipios e infraestructura pobres.


Que el pueblo matancero decida


El Partido Obrero rechaza la división del distrito promovida por las mismas camarillas que llevan adelante un ajuste al pueblo trabajador en todo el país y propone la convocatoria de una asamblea constituyente en el municipio, precedida por una amplia deliberación popular en barrios, lugares de estudio y trabajo, sindicatos, sociedades de fomento, detallando todas las reivindicaciones y necesidades postergadas de la población.


La única reorganización del distrito que vale es la que se proponga resolver los problemas estructurales históricos: falta de vivienda, desocupación y trabajo precario, crisis sanitaria y educativa, infraestructura. Deben asignarse partidas presupuestarias extraordinarias de la provincia y la Nación para enfrentar problemas estructurales como la contaminación originada por el Ceamse (enterrando basura de la capital y de medio conurbano) o la contaminación por industrias y falta de cloacas en el Río Matanza sobre la base de impuestos progresivos sobre el gran capital industrial y comercial del distrito; que discuta cómo terminar con el trabajo precario y esclavo, urbanizar las decenas de asentamientos y cómo realizar un plan de obras que termine con las inundaciones.


La Matanza es un botín disputado entre bandos electorales de la política patronal. Reclamamos una asamblea constituyente para reorganizar al distrito sobre nuevas bases políticas, sociales y económicas.