Quienes formamos parte de Tribuna Docente estamos afiliados a UTE y a Ademys, en la Ciudad de Buenos Aires. En ambos sindicatos desarrollamos una misma orientación: la unidad de la docencia para hacer de las organizaciones sindicales verdaderas herramientas de organización y lucha, que deben ser democráticas e independientes de todos los gobiernos. Este planteo implica enfrentar a las burocracias sindicales que han copado la mayoría de los sindicatos y expresan dentro de nuestras organizaciones los intereses del Estado o de algún sector de las patronales, muy claro en el caso de la CGT, pero también sucede lo propio en UTE-Ctera y CTA.

Como parte de esta estrategia hemos desarrollado una política de frente único con todas las agrupaciones y la docencia combativa, creando la Multicolor, tanto en Ademys como en UTE-Ctera. En Ademys, hemos conquistado la mayoría dentro del Consejo Directivo, y en UTE y Ctera somos la oposición antiburocrática.

Por esto, en las elecciones de Ctera votamos y defendemos los votos de la Multicolor.

Ademys y la Ctera, en perspectiva histórica

Ademys, como sindicato de docentes de nivel medio y superior, nace en el año 1983. A partir de ese año de ese año se lleva adelante un proceso de normalización de los sindicatos docentes en varias jurisdicciones y a nivel nacional, luego del accionar represivo de la dictadura militar.

Hasta su expulsión, Ademys formó parte de la Ctera y tuvo como objetivo la creación de un sindicato docente único en la Capital Federal junto a la Unión de Maestros Primarios (organización de base que luego fuera reconvertido en la UTE).

Los estatutos orgánicos de la Ctera no excluían a ninguna entidad sindical de las distintas jurisdicciones. En sus Congresos participaban los delegados de los distintos sindicatos según la cantidad de afiliados que tuvieran.

En octubre de 1988, la lista Celeste, entonces mayoría en la Ctera, lleva adelante la modificación del estatuto. Los principales ejes de la reforma pasan por decretar que la Ctera estaría constituida de ahí en adelante por sindicatos únicos por cada jurisdicción; la sustitución del sistema D’Hondt de mayorías y minorías para conformar la Junta Ejecutiva por el de lista completa; y la sustitución del Consejo Confederal por el de Secretarios Generales como órgano de gobierno de la Ctera. Es decir, el nuevo estatuto de la Celeste consagraba el “unicato” peronista.

A los sindicatos como Ademys se los intimaba a “fusionarse” con los sindicatos que la propia dirección celeste escogía como “seccional oficial” de la Ctera o seguir existiendo por fuera de la confederación.

A fines del ’88, la UMP dirigida hasta entonces por la izquierda -entre otros, Tribuna Docente- pasa a ser dirigida por la Celeste. Al interior de la propia UMP se produce un “golpe de Estado” por parte de la Celeste, impidiendo que la comisión directiva sea integrada por la minoría tal como lo establecía el sistema D’Hondt de su Estatuto.

Al año siguiente, la Celeste en la conducción de la UMP modifica el estatuto del sindicato consagrando la lista completa para los cargos de comisión directiva a la lista ganadora; eliminando las asambleas como órgano deliberativo del sindicato; y estableciéndose como “sindicato único” base de Ctera Capital.

En octubre de 1990 se les prohíbe la entrada al congreso de Ctera a los delegados de Ademys. La Celeste desconoce a sus afiliados y los intima a reafiliarse al Suten (sindicato de docentes de escuelas nacionales, previo a la transferencia), o a fusionarse con la UMP (que en marzo de 1992 pasaría a ser UTE).

La conducción de Ademys de ese momento optó por continuar siendo una entidad sindical por fuera de la Ctera.

La actualidad de este debate estratégico

Un sector importante de la conducción de Ademys a partir de esos años -en particular, la lista Violeta y la actual lista de Maestros y Profesores- han cristalizado el aislamiento de Ademys respecto de la Ctera, sin reabrir un debate real entre los afiliados.

Permanecer afuera de Ctera es una de las opciones que la propia burocracia Celeste les “ofrecía” a las entidades sindicales que el peronismo no dirigía. Permanecer fuera de la Ctera constituye una adaptación pasiva a los estatutos proscriptivos y burocráticos de la Celeste.

Bajo esta caracterización, Tribuna Docente plantea la necesidad de abrir un debate, sentando posición por el reingreso de Ademys a la Ctera.

Este planteo programático de carácter estratégico no es un “pedido” a la conducción Celeste, sino un planteamiento que permite exigir lo que corresponde desde el punto de vista histórico y articular con todos los sectores del sindicalismo docente combativo y antiburocrático de todo el país una lucha tenaz contra la burocracia Celeste.

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