Políticas

24/6/2025

Dos estrategias frente al gobierno de Milei

Editorial de Gabriel Solano en 14 Toneladas T2E22.

Javier Milei.

Es evidente que desde que la Corte Suprema de Justicia sacó su fallo, en el cual deja firme la condena de seis años de prisión contra Cristina Fernández de Kirchner y a la vez una inhabilitación para que ocupe cargos públicos, se ha abierto un debate en la Argentina sobre cómo enfrentar al gobierno de Milei. Se hizo una marcha a Plaza de Mayo, de la cual el Partido Obrero participó para repudiar el fallo, pero como dijimos, claramente, no para apoyar a Cristina, sino para rechazar el fallo, dos cosas que son absolutamente distintas, pero luego el kirchnerismo realizó otro tipo de actividades: un banderazo en Parque Lezama el último sábado -el día de la Bandera-; y en el medio, Cristina Kirchner, mediante llamados telefónicos o mediante grabaciones, mandó un mensaje a la militancia del peronismo y, más en general, a la militancia popular argentina. ¿Cuál es el contenido de este mensaje? Es que el peronismo va a volver o que este gobierno va a fracasar y se va a caer solo y los van a ir a buscar a Cristina Fernández de Kirchner en particular y al peronismo en general para que vuelvan al gobierno a encarrilar y superar la crisis que abrió el gobierno de Milei.

Ese punto es importante, ese análisis, porque es un análisis de que el gobierno va a fracasar, que el plan económico va a terminar colapsando y que por lo tanto, en un futuro que no está claro cuándo va a ser, va a volver el peronismo a reparar los daños que hizo Milei. Y Cristina Kirchner en varias ocasiones utilizó este tipo de razonamiento diciendo que pasó lo mismo con la Alianza en el año 2001, que hubo una gran crisis y fueron a buscar al peronismo. Y el peronismo siempre sería esa fuerza que repara las crisis que arma la derecha y en este caso la ultraderecha de Javier Milei.

¿Dónde está el problema para nosotros con este tipo de razonamiento? En varias cuestiones. La primera este tema de que el gobierno va a caer solo. Es una especie de fatalismo que busca dejar tranquilos a los trabajadores diciendo que no tiene que haber una acción de lucha decidida para terminar con este gobierno antiobrero, sino que hay que dejar que la crisis y la inviabilidad de la política económica haga su trabajo, porque va a caer como una especie de fruta madura del árbol, que en un momento cae sola sin necesidad incluso de que se mueva la rama. Ese tipo de llamado de Cristina Kirchner es un llamado a la pasividad, no es un llamado a luchar contra el gobierno ahora. Y entonces ese razonamiento nosotros no lo compartimos de ningún modo. Y después tiene otro problema este razonamiento que es el siguiente: si la economía de Milei colapsa, y es probable que termine colapsando cuando uno ve el nivel de deuda que está tomando Caputo, o uno ve también cómo las exportaciones están cayendo -este mes cayeron las exportaciones en relación al mes pasado-, cuando va directamente desapareciendo el superávit comercial y por lo tanto el tipo de cambio pisado que el gobierno tiene mediante la deuda parece una cosa muy de corto plazo que le puede permitir afrontar con mejores chances las elecciones, pero difícilmente habría un curso de desarrollo para el país: puede llegar a colapsar.

¿Pero qué pasa cuando colapsa un plan económico capitalista inviable como este? Lo que pasa es que lo pagan los trabajadores. No es gratis el colapso de un plan económico capitalista como este. La carga la tienen los trabajadores: pasó en el año 2001 con la crisis del plan de convertibilidad y tuvimos en el año 2002, el año inmediatamente posterior a la caída de la convertibilidad, la mayor pobreza que registra la historia argentina en décadas.

Entonces, esta idea de dejar que caiga solo tiene dos problemas uno que puede no caer porque un gobierno que lleva adelante una ofensiva contra los trabajadores, también se fortalece. Y segundo que si finalmente cae -como pronostica Cristina Fernández de Kirchner-, esa caída no es una caída que van a pagar de igual manera los capitalistas y los trabajadores, sino que la carga de esa crisis va a caer especialmente sobre las espaldas del pueblo.

Entonces, ese llamado a la pasividad es un llamado que de ninguna manera nosotros compartimos. Nosotros pensamos que la lucha es ahora, hay que pelear ahora contra el gobierno y ahora se está viendo en este contexto no solamente la inviabilidad o la tendencia de colapso de la economía, sino que se está viendo de una manera muy nítida las características profundamente capitalistas y antiobreras de su plan económico.

Hay algunos datos que se conocieron en estos días que son importantes tener en cuenta. Un dato importante tiene que ver con el aumento de la desocupación. Este es un dato importante, hasta cierto punto novedoso, de los últimos meses, porque nosotros veníamos en el pasado con una caída del salario, veníamos con una mayor precarización laboral, pero en general siempre decían los especialistas que las fuentes fuente de trabajo no se ajustaban por números y no había más desocupados, sino que se ajustaba por salario, es decir, salario más bajo, o sea, se ajustaba por calidad: había más precarización que trabajo registrado. En esta ocasión aparecen los tres temas a la vez. Tenemos una caída del salario, tenemos una caída de la calidad, hay más precarización, pero también tenemos más desocupación y el problema de la desocupación pasa a estar en el centro hoy día la política de Milei. La desocupación llegó a 7,9% en el último trimestre y en algunos centros urbanos, especialmente el conurbano bonaerense, que es el centro más importante popular de la Argentina, ya supera el 9%.

¿Y por qué es importante tener en cuenta esto? Porque cuando uno ve para atrás una política económica bastante parecida a la de Javier Milei, que es la que llevó adelante el menemismo con Cavallo, la desocupación había llegado al 20% y hoy ya estamos teniendo, a partir de la apertura de importaciones, un cierre de empresas cada vez más progresivo. Todo el tiempo escuchamos que cerró una empresa acá, que cerró una empresa allá, despidos del sector privado, a lo cual se suma el despidos en el sector público, entonces hay una destrucción de fuentes de trabajo permanente. Dentro del trabajo registrado, cuando uno mira las estadísticas y compara cuando asumió Milei a lo que tenemos ahora, es decir, un año y medio de gobierno aproximadamente, a una pérdida de 200.000 puestos de trabajo registrados. A eso desde ya hay que sumar el trabajo no registrado, que es más difícil de cuantificar pero muchos estiman que la pérdida de fuentes de trabajo puede estar cerca de medio millón. Es decir, una destrucción de empleo muy, pero muy importante. A lo cual se agrega, como decíamos recién, una caída de la calidad del empleo, porque dentro, por más que hay más desocupación, dentro de los que están ocupados crece el sector que está en la informalidad y decrece un 2,5% los trabajadores registrados. ¿Cómo se mide esto? Porque se ve entre trabajadores la cantidad de gente que tiene aportes jubilatorios, si cayó, si es constante o subió y ahora permite ver que cayó un 2,5%, se destruye trabajo registrado. Y también tenemos un aumento de la informalidad, es decir que tenemos un combo de crisis de empleo muy importante y esto es importante tenerlo en cuenta en un contexto de crecimiento económico, porque el gobierno habla de un crecimiento del 6,1% de la economía y cuando la economía creció un 6,1%, tenemos una destrucción de empleo, una destrucción de la calidad del empleo y una caída del salario.

Por lo tanto, tenemos que problematizar este concepto de crecimiento económico, que no necesariamente redunda en un bienestar de los trabajadores sino que puede describir que detrás del crecimiento económico lo que hay es una mayor ofensiva capitalista contra la clase obrera, que es lo que estamos viendo en la actualidad. A la vez tenemos, y es importante ver esto, hay un gran problema con el consumo. El gobierno habla también de que hay un crecimiento del consumo importante. ¿Qué es lo que el gobierno no dice detrás de ese título pomposo? Lo que no dice que el crecimiento de consumo que se dio a principios de año estuvo muy apalancado por el crédito. Nosotros de entrada dijimos “ojo con el crédito”, porque uno saca un bien durable en cuotas y después tiene que pagarlo. Y cuando uno empieza a pagar lo que ocurre es que cae la capacidad adquisitiva del trabajador de ese mes. Lo que cualquiera sabe, uno ve la tarjeta, la tiene explotada, no puede seguir tomando ni siquiera crédito nuevo para mantener el consumo anterior, pero empieza a caer el consumo de uno de ese mes porque tiene que pagar un consumo que ya realizó. Ese es un tema importante y estamos en una situación. Hubo un endeudamiento de las familias por el crédito para comprar bienes durables y ya empieza a crecer la morosidad en las tarjetas de crédito y empieza a crecer la morosidad de los créditos personales y empieza a crecer y mucho el rechazo de cheques sin fondo, un dato de la economía actual. Y tenemos que incluso dentro de este crecimiento del consumo, mientras crecieron los bienes durables, muchos importados que con un dólar planchado aparece con un precio más accesible, detrás tenemos una caída en lo que se compra en supermercados. Y detrás de estas estadísticas lo que hay es un proceso social muy desigual porque está consumiendo más el sector que tiene mayores recursos económicos y está consumiendo bastante menos el sector laburante. Es decir, que esto no afecta a todas las clases sociales por igual. Hay una redistribución negativa del ingreso de los sectores populares a la burguesía y a la pequeña burguesía acomodada que puede viajar al extranjero, que puede acceder a los productos importados. Este sector está mejor, la masa de la población está peor. A lo cual se agrega, y este es un dato importante, la caída de salario, porque el motor de crecimiento de consumo no puede ser el salario porque el salario está pisado por paritarias del 1%, y aunque las paritarias sean de 1%, la inflación sigue siendo más; la última inflación que el gobierno festejó como muy baja era 1,5%, es 0,5% más que el aumento del salario que se está estableciendo en todas las paritarias. Por eso el crecimiento del consumo parece crecer en relación al 2024, que es una base muy baja pero, por ejemplo, mayo cayó frente a abril, cuando se mide contra mes ya hay una caída de este año, medición digamos de un mes contra el otro y no en relación a una medida interanual. Esto también es importante tenerlo en cuenta.

Entonces, lo que hay acá es más allá de la inviabilidad general del plan económico, de una deuda que no deja de crecer, de un riesgo país que está arriba de los 700 puntos, es decir, que no le permite al gobierno tener un acceso a los mercados de crédito, digamos, voluntarios, frente a una guerra en Medio Oriente que agrava la cuestión de la Argentina. Este fin de semana, es noticia que se incrementó el precio de los combustibles un 5% y eso impacta no solamente de manera directa a quien carga nafta, impacta en toda la cadena de valor, porque todo lo que es logística luego termina recargándose en todos los bienes de consumo general, también de los supermercados y muchos estiman que esto podría crecer todavía más en un corto plazo, es decir, que la inflación va a volver a crecer con el aumento de los combustibles.

Tenemos un plan profundamente antipopular que es de reforma laboral, que es de reforma previsional, que es de confiscación del salario, de destrucción de puestos de trabajo y eso requiere enfrentarlo ahora, no pasar ese tema a una futura elección en el año 2027, donde eventualmente pudiese ganar una fuerza política distinta a la actual, y en el cálculo del kirchnerismo, una fuerza política del peronismo que termine indultando a Cristina Fernández de Kirchner. Es decir, que ya no solamente no se lucha para derrotar al gobierno y su plan económico de la actualidad, sino que tampoco se lucha en la actualidad para lograr la libertad de Cristina Fernández de Kirchner. La libertad de Cristina Fernández de Kirchner quedaría postergada al triunfo de un gobierno peronista en el año 2027, que eventualmente saque un indulto, con los problemas que eso plantea, porque hay todo un litigio de características legales si el delito de corrupción puede ser beneficiado o no por el indulto.

Entonces es una estrategia que a nuestro entender es de derrota, lleva a que los trabajadores bajen la cabeza, que no se haga la pelea de ahora, que no hagan lo que hace el trabajador de Garrahan que está luchando ahora por el aumento de salario; que no haga lo que hace el trabajador de Rioplatense, que enfrenta la ofensiva sanguinaria, la clase capitalista que lleva al asesinato de trabajadores dentro de los puestos de trabajo; que no hace lo que hacen los trabajadores de Georgalos que defienden al cuerpo de activistas, porque sabe que sin ese cuerpo de activistas va a pasar la reforma laboral; que no hace lo que hacen los trabajadores del Sutna que van de paro contra la paritaria trucha de la patronal; que no hace lo que va a hacer ahora el Hospital de Clínicas de la UBA que sale a reclamar ahora el presupuesto para los trabajadores y para su funcionamiento. Es la gran pelea. Y si eso no se hace ahora es porque el peronismo tiene muchísimos compromisos con Javier Milei, compromisos de tipo social, económico, de intereses parecidos, en los cuales indudablemente actúan como una inhibición a cualquier tipo de acción. Cuando Kicillof decía vamos a tocar una nueva música, en relación al viejo kirchnerismo, hablaba de terminar con los controles y las regulaciones estatales, pero después Cristina Kirchner dice pará que quiero tocar yo esa nueva música: termino con el Estado presente, me allano a una modernización laboral y lo que hemos visto estos días, y es gravísimo y hay que seguirlo con mucha atención, es la CGT, que no estuvo en la Plaza de Mayo el otro día repudiando el fallo de la Corte Suprema de Justicia, pero que es convocada a la Casa Rosada a discutir los términos de una reforma laboral amparada en esos Acuerdos de Mayo que nadie se acordaba que existían y ahora lo sacan del cajón del escritorio, los ponen sobre la mesa para que vaya a discutir con el gobierno una reforma laboral.

Entonces el gran debate es ¿luchamos ahora o pasa al 2027? ¿Luchamos solo para derrotar el gobierno o dejamos que esta política antiobrera avance y lleve adelante sus objetivos? Porque, cuidado, si gobierno de Milei derrota a los trabajadores y pone la reforma laboral y pone la reforma previsional, más allá de las tendencias de estallido financiero, es un gobierno que se va a fortalecer y uno se pregunta incluso si en esas condiciones volviese el peronismo el año 2027 ¿les va a devolver a los trabajadores los convenios colectivos de trabajo que perdieron, les va a devolver a los trabajadores lo que perdieron en materia previsional? Seguramente no. Entonces la lucha tiene que ser ahora y el Partido Obrero ha resuelto una gran agitación en ese sentido y estamos muy entusiasmados en avanzar con un encuentro de todas las fuerzas combativas, clasistas, de lucha que están en este momento peleando en la Argentina con esta estrategia, no solamente de palabra sino en los hechos, como acaba de ocurrir en la provincia de Córdoba donde hubo un gran encuentro sindical de pelea y hemos propuesto a todo el mundo, y ya hay sindicatos que lo están discutiendo y es muy probable que en el mes de agosto o los últimos días de julio tengamos un Encuentro nacional de lucha para poder llevar adelante esta estrategia política que es fundamental. Al gobierno de Milei hay que derrotarlo ahora.

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