Mientras los dirigentes de la CGT y del PJ presentan a Duhalde como defensor de los trabajadores y de la Nación, el hombre es un privatista y el peor negrero. No sólo se ha sumado a la destrucción de la jubilación y de la ley de accidentes de trabajo a través de su propia AFJP Orígenes y su propia ART, sino que se ha lanzado a flexibilizar a fondo al personal de la provincia. Salario familiar: mientras en todo el país se cobra 40 pesos, en la provincia se cobra 10 pesos; nos robó 360 pesos por hijo por año.

Ahora, una nueva reglamentación liquidó, de un saque, importantísimas conquistas como las vacaciones, que antes eran días hábiles y ahora son días corridos (una quita del 33%).

Se elimina el ‘stress’  para el personal hospitalario (que era un porcentaje de días equivalente al 40% de vacaciones). La antigüedad anual, que era del 3%, se redujo al 1%. La licencia por maternidad, que era de 135 días, se reduce a 95 días.

Para no ir con ‘pequeñeces’, los salarios están congelados desde hace cuatro años, las vacantes son cubiertas mínimamente con becas y contratos en condiciones miserables. Aumentaron las diferencias de sueldos entre trabajadores de distintos hospitales (todos dentro de la misma provincia). Ni hablar de las diferencias con la Capital.

A todo esto, los gremios de la provincia (Sanidad, ATE, UPCN) han fracasado miserablemente en poner freno a esta política. Hoy se impone que los trabajadores tomemos en nuestras manos el problema, fijando un programa por nuestras reivindicaciones.

* Aumento de salario (equiparación con sueldos más altos).

* Derogación de las leyes negreras.

* Nombramiento de becarios y contratados.

* Descongelamiento de vacantes.

* Salario familiar igual al resto del país.

Hay que impulsar Asambleas, elección de delegados y marchas, apuntando a un plenario de todos los gremios estatales hacia un Congreso de Bases, que vayan elaborando un plan de lucha conjunto, comenzando con un paro de 48 hs. El Congreso del Partido Obrero del 30 de noviembre debe ser una referencia para todos los trabajadores del PAMI, del INTI, de los hospitales, para organizar la lucha contra esta superexplotación.