Duhalde tiró la toalla
Votemos al Partido Obrero
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El lunes 4, Duhalde declaró, a quien quisiera oírlo, que sentiría como un alivio perder las elecciones. Que así podría dejar “la carga” que representa la función pública y dedicarse a “estudiar”.
¿Por qué el hombre tiró de semejante manera la toalla, cuando faltaban aún tres semanas para las elecciones? ¿Acaso porque los trabajadores preferirían el “ajuste” que promete De la Rúa?
No. La respuesta es más simple y también más vulgar. La razón es que en los diez días anteriores, David Mulford, del Bank Boston, William Rhodes, del Citibank, Javier Tizado, de Teehint, Carlos Vicente, de Perez Companc, y Rafael Cortina, de Repsol, todos estos mandamases de la Argentina de la deuda, del hambre y de la desocupación, proclamaron a los cuatro vientos su completo y total apoyo al plan de ‘ajuste’ de De la Rúa que está siendo cerrado con el FMI. A los petroleros, el aliancista les prometió que sancionaría la ley de hidrocarburos que reclaman, para quedarse con la mayor parte de las regalías que hoy reciben las provincias.
El planteo de Duhalde de bajar impuestos y de reactivar la economía con subsidios fue rechazado en forma casi unánime por los pulpos capitalistas, tanto del país como del exterior. El caballo del comisario, o sea del imperialismo y de los hambreadores, es el “Chupete” de la Alianza.
“Nadie está obligado a elegir un camino de derrota. La política de los Menem, de los Angeloz, de los De la Rúa, de los Duhalde, ha fracasado.
Tenemos 4 millones de desocupados y una deuda externa de más de 200.000 millones de dólares. Ellos quieren seguir con lo mismo. Nosotros, no.”
Duhalde había “peronizado” su programa para atraer votos del pueblo, aunque después fuera a estafarlo como hacen todos los políticos del sistema. El pueblo no se tragó el anzuelo y Duhalde siguió bajando en las encuestas. Para hacer su acto en River, los punteros de Duhalde forzaron la concurrencia de los compañeros del “plan Trabajar” o “Barrios” y a las manzaneras, con la amenaza de que perderían el empleo o las bolsas de comida.
Pero, ahora, en lugar de profundizar la “peronización”, Duhalde decidió colgar los guantes, por la simple razón de que quienes lo bancan le dijeron basta.
Por esta misma razón, los Reutemann, los De la Sota, los Miranda, le han hecho el vacío. En Tucumán, el duhaldista Miranda acaba de firmar un Pacto del Parque con la Alianza, para aprobar el ‘ajuste’ por ley y poder despedir así a miles de trabajadores.
¿Están, entonces, los trabajadores condenados a votar al hambreador De la Rúa, al hombre que quiere ‘flexibilizar’ a los docentes de la Ciudad de Buenos Aires y echar a sus trabajadores municipales? ¿No les queda otra que votar al Chacho Alvarez, quien acaba de ser denunciado en Página 12 por recibir aportes de las empresas licitatarias de la Capital Federal?
Si no quieren cambiar de camiseta: ¿están obligados a seguir a Duhalde, aun cuando éste renunció definitivamente a la lucha electoral y prefiere dejar el camino abierto al ‘ajuste’ radical?
No, nadie está obligado a elegir un camino de derrota. La política de los Menem, de los Angeloz, de los De la Rúa, de los Duhalde, ha fracasado. Tenemos 4 millones de desocupados y una deuda externa de más de 200.000 millones de dólares. Ellos quieren seguir con lo mismo. Nosotros, no.
Hay una salida.
Votar al Partido Obrero y comenzar a superar al peronismo de los Menem y de los Duhalde construyendo una organización propia de los trabajadores.
Por la prohibición de despidos y el reparto de las horas de trabajo entre todos los trabajadores.
Por un salario mínimo igual al costo de la canasta familiar.
Por la abolición de los impuestos al consumo. Que paguen los que tienen ganancias, fortunas y latifundios.
Por una jubilación mínima de 450 pesos. Que se restablezcan los aportes patronales y el 82% móvil.
Por la apertura ele los libros y de las cuentas de los bancos y empresas. La plata está. Que la crisis la paguen ellos.
Por la unidad política de los trabajadores de América Latina. Por la unidad socialista de nuestras naciones.