Políticas

2/5/1996|492

Duhalde y Rousselot siguen golpeando

Han pasado más de 20 días desde que se ‘cerrara’ el conflicto del hospital de Morón y Rousselot-Duhalde siguen imponiendo su política.


Los 130 compañeros reincorporados no han cobrado un peso y ni siquiera han sido repuestas sus tarjetas para fichar. El pago de enero y febrero  cada vez es más incierto. La Corte Suprema de la provincia votó en contra del fallo de la jueza Ragonese que planteaba la reincorporación, y el decreto de reincorporación firmado por Rousselot no dice una palabra sobre el pago de ese período. Además, para el intendente, los despedidos reincorporados ya cobraron sus sueldos del fondo solidario. Con respecto al pago de marzo y abril hay muchos rumores y nada de efectivo. Como ocurrió durante todo el conflicto, cuando muchos compañeros ‘abandonaron’ la lucha en busca de trabajos alternativos para sostener a sus familias, ahora esa situación se repite con aquellos que fueron reincorporados y que a pesar de cumplir tareas diariamente, no han visto un peso. Si la situación se extiende, vamos a ver cómo los compañeros reincorporados se van a ir sumando `voluntariamente’ a la lista de los 120 despedidos.


Como era de esperar, la reducción de personal se traduce en la superexplotación de los que quedaron y en la merma de servicios para la comunidad.


La situación vuelve a replantear la lucha, en primer término por el pago de todo lo adeudado.


Pero esto no es todo. Los 120 despedidos del hospital y los cientos de despedidos municipales del 30/12 aún no han cobrado su indemnización, y en algunos casos existen deudas salariales. Un sector de ellos se moviliza diariamente frente a la municipalidad reclamando el pago, y hasta ahora sólo se ha conseguido una promesa verbal de que se abonaría el 3/5 y en cuotas.


Está claro que el plan de guerra de Rousselot-Duhalde contra los trabajadores sigue su curso. Habiendo impuesto una parte  importante de su plan de reducción de personal, es obvio que el intendente Rousselot volverá a la carga contra los trabajadores. Ya se ha anunciado públicamente que hacen falta 1.500 despidos para ‘ordenar’ las cuentas. Ante esta perspectiva, el PO plantea que hay que organizarse y unir la lucha de todos. Los compañeros del hospital de Morón, los recolectores despedidos y ahora contratados (¿hasta cuándo?) por la empresa Orange, los despedidos y los próximos despedidos del conjunto de las dependencias municipales, todos juntos, deben poner en pie un frente de lucha y resistencia para quebrar la política de Rousselot-Duhalde e impedir que sigan descargando nuevos golpes sobre los trabajadores.