El Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) informó que la Canasta Crianza para niños de entre uno y tres años se disparó a $294.000 (subió 18,5% respecto a enero), y de 6 a 12 años, que suele estar por debajo de las escalas más bajas, se ubicó en $313.672 (17,81% arriba de la del mes de enero).

Así, las familias trabajadoras deben dispensar cada vez una mayor parte de su salario para llevar adelante la crianza de un niño, cuando este no se incrementa en la misma medida. Sin ir más lejos, el salario mínimo hoy se ubica en $202.000, lo que no solo que ni por asomo llega a cubrir la canasta básica familiar, sino que ni siquiera se acerca a la canasta de crianza más baja. A su vez, desde el oficialismo impulsan topes salariales en medio de tarifazos y disparada de precios, licuando los ingresos de la población que se ve cada vez más sumergida en la pobreza.

Cabe destacar además que la crianza recae en mayor medida sobre las mujeres trabajadoras, las cuales acceden a los trabajos más precarizados y perciben los salarios más bajos, siendo las principales afectadas por el ataque del gobierno. Recordemos que el presidente viene de afirmar públicamente que “ser ama de casa es una elección personal” y que las jubilaciones tendrían que ser diferenciadas entre “mamá que fue ama de casa y papá que trabajó”, intentando justificar el retiro de la moratoria para las amas de casa, un ataque brutal contra todas aquellas que trabajaron toda su vida parando las ollas en sus hogares 24/7, sin derechos laborales ni salario.

En paralelo, luego de haber llevado al país a un cuadro donde 7 de cada 10 niños son pobres (una pobreza infantil sin precedentes), según el último informe de Unicef, el gobierno ajusta los principales programas sociales, lo cual incluye el recorte de la entrega de alimentos a los comedores, afectando justamente a los más vulnerables. Esto, a su vez, incluye los programas de atención a la niñez en situación de vulnerabilidad social (Programa 1.000 días y Plan Nacional de Apoyo a la Primera Infancia), los cuales percibieron una ejecución presupuestaria cercana a $0, y las partidas asignadas a la niñez -que corresponden al presupuesto 2023 prorrogado- muestran una caída real del 75% respecto al año pasado.

Al mismo tiempo, algunas fuentes denuncian que el gobierno jamás pagó los miserables $70.000 de canasta escolar a los beneficiarios de dicha asistencia, cuando dicha canasta tuvo un incremento de 450% promedio en un año, según un relevamiento de la Defensoría del Pueblo. Como vemos, la motosierra de Milei destruye el porvenir de las infancias.

Mientras consolida este cuadro de barbarie, Milei, de manera hipócrita, culpa a los docentes, que hacen huelga por presupuesto para que funcionen los comedores en las escuelas y haya aulas en condiciones, del deterioro del sistema educativo; ataca al movimiento de mujeres y diversidades que combate el abuso sexual en las infancias, se moviliza para que aparezcan las pibas secuestradas por las redes de trata y promueve que las nuevas generaciones forjen vínculos más amorosos y libres de opresión, esgrimiendo una supuesta defensa de la vida de lxs niñxs atacando el derecho al aborto legal y montando numerosas provocaciones; y estigmatiza a las mujeres piqueteras que llevan a sus hijxs a las marchas, siendo las que están al frente de los comedores comunitarios garantizando el plato de comida de lxs niñxs que habitan los barrios pobres del país. Utiliza como chivo expiatorio justamente a aquellos colectivos que están cotidianamente preocupados por el bienestar de esas niñeces que el gobierno hunde en miseria para dividir a las mayorías populares.

Que en Argentina haya más pibes pobres que pibes con sus necesidades básicas cubiertas debería ser motivo suficiente para que las centrales sindicales paren el país hasta que caigan los planes antiobreros de Milei y los gobernadores. No sucede debido a la naturaleza entreguista de sus direcciones burocráticas, por eso, debemos construir la huelga general desde abajo. A ese objetivo se subordinan la jornada de piquetes del lunes 18 y la convocatoria a una asamblea nacional de trabajadores ocupados, desocupados y sectores en lucha. Solo a través de la lucha podemos cimentar un futuro deseable para nuestras infancias.

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