"Economistas de Izquierda", se derrumbaron más que los bancos
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Es tiempo de regresar a la cuestión de reformar la arquitectura financiera global, como decía Bill Clinton." La frase es del ex presidente brasileño, el neoliberal Fernando Henrique Cardoso, en un editorial de Clarín (15/10). Lo mismo dice una "declaración" proveniente de una reunión internacional de "economistas de izquierda" (EDI), celebrada en Caracas. Textualmente: "Es hoy ineludible la necesidad de reconformar la arquitectura económica y financiera internacional". Firman los EDI argentinos Claudio Katz y Jorge Marchini, y el jefe ‘antiglobalización' del Instituto de la Cooperación y dirigente del PC argentino, Julio Gambina. Los autores se colocan francamente en el terreno del capitalismo.
Para los EDI, "ante el colapso... los Estados deben hacerse cargo del sistema bancario bajo la forma de control, intervención o nacionalización sin indemnización". Es un menú a la carta. Obviamente, "los Estados" harán eso con métodos y condiciones capitalistas, o sea para rescatar la propiedad privada. A renglón seguido piden que "se prohíba estatizar las deudas privadas", pero esto significa la expropiación de los acreedores de los bancos que se controlen, intervengan o nacionalicen, algo que los EDI evitan plantear a toda costa. Así queda demostrado cuando reclaman, como lo ha hecho el mismísimo Paulson, "que el Estado recupere el costo del salvataje con el patrimonio de los bancos". No haría falta esta prevención si se prevé el desconocimiento de las deudas de los bancos que ‘colapsen'. Por otro lado, será muy difícil que se recupere lo que el Estado invierta en el rescate (¿qué hay que invertir si no hay que pagar la deuda?), pues el capital de los bancos es apenas la 60 ava parte de sus deudas.
De todos modos, la finalidad de esta cláusula es devolver al Estado el dinero invertido, o sea la reprivatización de la banca intervenida, controlada o nacionalizada. Los EDI reclaman lo mismo que míster Paulson: el pueblo norteamericano no debe preocuparse por los billones de dólares de sus impuestos que van a rescatar a los bancos porque están invirtiendo en un negocio por el cual serán recompensados. La intervención del Estado para evitar el derrumbe de la "finanza mundial" se ha transformado en una reivindicación común de neoliberales y "progresistas", como se puede ver especialmente en la prensa progresista norteamericana (la revista The Nation).
La ambición de los "economistas de izquierda" es convertirse en consejeros de la corte, o sea en cortesanos. Por eso, esta reciente "declaración de Caracas" incluye un capítulo de "recomendaciones de acción", como acostumbra a decirse en los protocolos de los documentos diplomáticos de tipo oficial. "Acciones", por supuesto, de los Estados y de los Estados que salvan bancos. Los EDI "recomiendan" como prioridad "considerar la realización inmediata de una Cumbre Extraordinaria de Presidentes de América Latina y Caribe".
Y concluyen: "Dentro de esta perspectiva (la de reconformar la arquitectura económica y financiera internacional) se inscribe la necesidad de una salida post-capitalista, denominada por Venezuela como Socialismo del Siglo XXI". Hacia allí marcharíamos entonces de la mano de Uribe, Calderón, Lula, Kirchner, Tabaré, Bachelet... un frente de fascistoides, izquierdistas y "nac & pops" consagrado a sacar del pozo al capital bancario mundial.
Chávez debería cuidarse de estos amigos "chavistas", cuyo derrumbe político es mayor que el de los mercados bursátiles. Los procesos de autonomía nacional en América Latina no pueden ser defendidos con las escuálidas burguesías latinoamericanas sino con la movilización obrera y campesina. No con el rescate de los bancos en nombre de un supuesto mal menor sino con la expropiación del capital financiero, la nacionalización sin pago de los recursos energéticos y mineros y un plan de industrialización de América Latina sobre nuevas bases sociales.
Los EDI nada dicen de esto, por supuesto. Brecht, el dramaturgo alemán, dijo alguna vez que si había algo peor que fundir un banco... era fundarlo. Nuestros "economistas de izquierda" se proponen justamente re-fundar el sistema bancario. El documento de los EDI revela la ausencia de un planteo político independiente frente al derrumbe capitalista.
Si tenemos en cuenta la "propuesta" de los EDI, Jorge Altamira no exageró cuando en el número anterior de Prensa Obrera sostuvo que Paulson estaba echando cría en la izquierda latinoamericana. Cuando en 2002 caracterizamos las propuestas del recién nacido EDI, los intelectuales bien pensantes fingieron horror por nuestra crítica. Y también la izquierda. Aún hoy Izquierda Socialista integra las filas del EDI. Hasta los "ortodoxos" del PTS consideraron necesario evitar toda delimitación al respecto y celebraron las posiciones "anticatastrofistas" de los economistas "de izquierda"1. No sólo las leyes de la economía y de la historia son implacables: las de la descomposición política también.