Desde marzo del año pasado los alcahuetes del gobierno han estado proclamando, día por día, la superación del ‘efecto tequila’. Aun hoy, sin embargo, la crisis industrial y fiscal son una contundente prueba en contrario. Cavallo y compañía se encuentran empeñados en revertir esta crisis mediante un endeudamiento internacional que no tiene precedentes, lo que sólo servirá, finalmente, para hacer más catastrófico el derrumbe.

Más en detalle, sin embargo, recientes declaraciones del presidente del Banco Central (Página 12, 14/1) ponen en evidencia hasta qué extremo el llamado ‘efecto tequila’ sigue vigente. De acuerdo a Roque Fernández, “continúan ‘pisados’ (es decir retenidos por los bancos) de 1.200 a 1.500 millones de pesos”, en tanto que “rescatamos hasta ahora 350 de los 1.700 millones que otorgamos durante la crisis”, los que sólo piensa “recuperar en el largo plazo”. Las consecuencias ‘etílicas’, como se puede ver, están lejos de haberse disipado.

Otra cosa interesante es que el grueso de los préstamos no fue a los bancos liquidados, que sólo recibieron 300 millones de pesos. El llamado sector ‘sano’ de la banca no se encuentra aún en condiciones de devolver los 1.400 millones restantes, esto a pesar de que, según Fernández, “les cobramos tasas altas de hasta el 18 por ciento anual”.

Los datos expuestos desnudan el carácter ficticio de la llamada recuperación bancaria.