El 26, todos contra la impunidad y el ajuste
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TUCUMAN
La Comisión de Familiares Victimas de la Impunidad ha realizado la convocatoria a un gran acto el próximo 26 de febrero, al cumplirse el octavo aniversario del crimen de Paulina Lebbos.
La investigación del crimen y del proceso de encubrimiento ha avanzado, y todos los caminos conducen al corazón del poder político provincial. En medio de estas investigaciones, el estallido de la revuelta policial puso de manifiesto la aguda descomposición y fractura del aparato represivo y las camarillas gobernantes, completamente entrelazados.
Luego de la revuelta policial, el anuncio de Alperovich de que no habrá reforma de la constitución para habilitarle un nuevo periodo de gobierno desató la interna oficial. Quien hizo punta fue Amaya, actual intendente K de la Capital. Recientemente, Amaya había declarado sus simpatías por Scioli, y contaba con el apoyo de Unidos y Organizados. Ahora, sus voceros lo presentan como un referente “de toda la ciudadanía”. Detrás de este eufemismo, se justifican las negociaciones que ha iniciado con la UCR, el Acuerdo Cívico y con Massa, con vistas a una coalición electoral para 2015. Alperovich no ha objetado estas negociaciones, e incluso el propio massista De Mendiguren declaró que Alperovich no estaba en la lista negra de gobernadores, abriendo las puertas para un posible trasvasamiento al Frente Renovador.
A Alperovich se le ha licuado su capacidad de arbitraje, su estrategia es sobrevivir hasta el final de su mandato y ser electo senador, para obtener fueros que bloqueen futuros procesos judiciales.
En este cuadro, Alperovich ha saludado la devaluación del peso porque favorece al gran capital agroindustrial radicado en la provincia (azúcar, citrus). Pero mientras los grandes capitalistas celebran, se multiplican las razones de la inquietud popular. El plan “Procrear” está paralizado por la falta de terrenos fiscales y la negativa del gobierno a avanzar sobre los terrenos urbanos privados y la especulación inmobiliaria.
También se agrava la falta de agua potable y la crisis de las cloacas, donde zonas enteras de la capital están desbordadas de inmundicias sin que nadie se haga cargo.
Los apagones se han transformado en una constante.
El gobierno viene de aumentar los impuestos inmobiliarios y la tarifa del agua. Ahora comenzó la discusión para aumentar el precio del boleto.
La indignación popular crece en todos lados y también los reclamos. En el sur de la provincia, una rebelión de los pequeños tabacaleros sacó a la luz el cuadro de opresión y despojo que sufren.
La docencia, a su vez, por medio de autoconvocatorias masivas, ha hecho punta para enfrentar la política de ajuste salarial.
En numerosos pueblos y ciudades se multiplican las movilizaciones frente a crímenes y delitos que son cometidos o cuentan con la complicidad de las fuerzas policiales.
En este cuadro convulsivo, y como ocurrió en años anteriores, el 26 tiene y puede transformarse en caja de resonancia de toda esta crisis e indignación popular, y por lo tanto en una gran jornada de lucha contra la impunidad y contra el ajuste al pueblo trabajador.