El 82% móvil es un derecho inalienable
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El kirchnerismo no impulsó la eliminación de las AFJP para beneficiar a los jubilados o a los futuros jubilados. Así lo demuestra la ley aprobada, que no contiene siquiera un aumento para 2008, a pesar de que sólo en un año las jubilaciones perdieron 10 puntos (hubo dos aumentos de 7,5% contra una inflación del 25%), ni tampoco contempla un aguinaldo extra, ni recomposición de los haberes de acuerdo con el fallo Badaro. Queda claro, como dijimos desde un primer momento en Prensa Obrera, que Kirchner pretende concentrar los recursos acumulados de las AFJP y los futuros aportes de los trabajadores para evitar la cesación de pagos de la deuda pública, y financiar y socorrer a distintos grupos económicos golpeados por al crisis interna e internacional.
El titular de la Anses, Amado Boudou, se deshizo en declaraciones para “vender” la teoría de que ahora la Anses va a tener un Fondo de Garantía mayor, que eso le daría mayor sustentabilidad al régimen público y que va a garantizar que las inversiones no se desvaloricen. Lo que quiso decir, en realidad, es que la Anses no saldrá a vender los bonos y las acciones de las empresas que recibirá de las AFJP, porque si lo hiciera deprimiría aún más los precios y malvendería esos activos, por los cuales sólo recibiría migajas. Como nada va a cambiar, la Anses está siguiendo la misma “lógica inversora” que las AFJP: la ley le fija, precisamente, el mismo menú de inversiones que tenían las AFJP, salvo la prohibición de invertir en el exterior.
El gobierno asegura que la Anses desarrollará el “mercado de capitales” que no impulsaron las AFJP, las cuales beneficiaron a los especuladores inmobiliarios, industriales y comerciales. Por eso, la Unión Industrial no condenó la “estatización” y Osvaldo Cornide, de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (Came), la apoyó, debido a la promesa oficial de que les prestaría el dinero que ingrese por la nacionalización a tasas de interés subsidiadas. Muchos grupos financieros (por ejemplo, el Banco Macro) están a la espera de que los préstamos de la Anses se canalicen a través de los bancos privados. Si esto se confirma, la burguesía habrá dado por superada la estatización de los fondos de las AFJP.
La discusión sobre el control de los fondos y de las inversiones de la Anses (donde los centroizquierdistas quieren centrar la discusión) no apunta a beneficiar a los jubilados sino a los capitalistas. De acuerdo a las leyes previsionales y a la Constitución Nacional, las jubilaciones no dependen de las inversiones de la Anses porque son “prestaciones definidas”, que el Estado debe honrar tenga o no tenga la Anses los recursos para pagarlas. Las jubilaciones son un salario, que los trabajadores cobran al margen de los negocios y las ganancias de sus patrones. El 82% móvil por el que bregan los jubilados es incondicional, con independencia de cómo la Anses preste los fondos. Por eso los jueces rechazan los argumentos de falta de fondos de la Anses cuando un jubilado reclama que se le pague el ‘beneficio definido’, al cual tiene derecho.
En tanto, para los trabajadores y los jubilados las cosas siguen igual o peor. Ya dijimos que sólo en 2008, las jubilaciones perdieron 10 puntos. Que la fórmula de movilidad es un engaño porque determina los aumentos por debajo de la suba que registren los salarios. El gobierno sigue sin reconocer la retroactividad y el reajuste de los haberes al millón de jubilados a los que no se les otorgó la fórmula Badaro. Las jubilaciones siguen siendo del 40% del sueldo medio, muy lejos del 82% móvil.
Por todo esto, el PO plantea:
• Aumento general de las jubilaciones y pensiones para alcanzar el 82% móvil.