Políticas

30/10/2003|823

El Alca “capitaliza” la amistad entre Kirchner y Bush

“Se viene el Alca”, planteamos en Prensa Obrera después que Kirchner y Lula firmaron el Consenso de Buenos Aires, calificado por toda la centroizquierda como una alianza antiimperialista. La semana pasada, en efecto, “la Argentina y Brasil ofrecieron a EE.UU. abrir distintas ramas de los sectores de servicios, en un gesto destinado a destrabar las negociaciones del Alca” (Clarín, 22/10).


Aunque se interpretó que la oferta era mínima y que el grado de apertura hacia EE.UU. era menor que el ofrecido al resto de los países del continente, lo real es que, según O Estado de Sao Paulo (24/10), comprende áreas como la construcción, la hotelería, la distribución (“que alcanza desde el correo expreso, como Federal Express, hasta concesionarias de autos y bienes del mercado mayorista, como la red de hipermercados Wal Mart”). Por su parte, el representante comercial de EE.UU., Peter Allgeier, quien recibió la oferta argentino-brasileña, dijo “que su país ha recibido la misma propuesta que los otros aspirantes y no una más acotada” (La Nación, 25/10), desmintiendo que a las empresas de los países latinoamericanos se les haya ofrecido mejores condiciones que a los pulpos yanquis.


La oferta argentino-brasileña incluye 26 sectores y “no comprende”, sin embargo, “al sector financiero, medios de comunicación, servicios médicos y telecomunicaciones… que son precisamente los que le interesan a EE.UU.” (Clarín, 25/10). A partir de este hecho, Clarín sostiene que la propuesta argentino-brasileña “rechaza” abrir los sectores “sensibles” y de mayor interés norteamericano, sin entender el tema o tratando de confundir a los lectores. El objetivo de la manipulación periodística es restarle importancia a la “apertura” ofrecida sin ninguna negociación: la “entrega total” se hace en la primera oferta.


La prensa brasileña, en cambio, destacó que con esta propuesta “Brasil cambió de posición en relación a las ofertas sobre servicios, inversiones y compras gubernamentales en el Alca” (O Estado de Sao Paulo, 24/10). Este cambio de posición sobrevino después que la gran burguesía brasileña le reclamara a Lula que dejara de lado la retórica y se inclinara a destrabar el Alca, posición que quedó plasmada en el Consenso de Buenos Aires.


Pero, paralelamente a las negociaciones por el Alca, el kirchnerismo siguió con su propio avance en la apertura al capital norteamericano. Después de reunirse con el secretario de Comercio, adjunto de Bush, William Lash, el ministro Julio De Vido, llamado también “el cajero de Kirchner”, anunció la creación de comités conjuntos integrados “por las empresas energéticas y de servicios públicos”. “Energéticas como AES, CMS, Duke Energy y Sempra Energy, así como las telefónicas ATT y Bellsouth, podrían recibir un tratamiento especial al conseguir un nivel de diálogo con el gobierno y un espacio para plantear sus problemáticas a la cartera de Planificación vedado para los inversores de otro origen” (Infobae, 20/10). Tras el anuncio, Lash dijo que “queremos capitalizar la amistad que existe entre los presidentes Kirchner y Bush”, y “en particular estamos interesados en el sector energético y de telecomunicaciones” (El Cronista, 20/10).


Por último, un hecho que los diarios no han destacado es que mientras Lula y Kirchner dicen que negociarán el Alca desde un Mercosur unido, la oferta que se efectuó en materia de servicios no incluye a Paraguay y Uruguay, que tendrían las propias. Por otro lado, De Vido se comprometió con aperturas al capital yanqui, al margen de Brasil, todo lo cual revela que la “competencia” de las burguesías latinoamericanas por entregarse al imperialismo norteamericano no tiene límites.