El aniversario del Santiagueñazo, un síntoma político

A veinte años del levantamiento popular en la provincia, el 16 de diciembre se concretó una convocatoria realizada por los partidos de izquierda y acompañada por los gremios de Cisadems, CTA y sectores de los trabajadores de la salud.

La concentración contó con una gran participación popular. En su inicio éramos sólo unas 350 personas. Cuando las columnas comenzaron a marchar, la gente de las calles aplaudía y se sumaba a la movilización. Llegados a la proximidad de Casa de Gobierno, la manifestación se extendía por más de dos cuadras con gente que marchaba bajo la bandera: No al ajuste, aumento salarial Ya!
Esta manifestación y el reguero de reclamos que están surcando la provincia son la contracara del “relato” oficial, que intenta mostrar una provincia próspera y a un gobierno con apoyo popular.

La realidad es otra

Santiago bate récords en materia de precarización y bajos salarios. El problema del agua se ha transformado en una cuestión crítica y explosiva. A la escasez se han agregado los medidores, con las multas y juicios que llegan hasta el embargo de la vivienda cuando hay falta de pago. El campo es un infierno de atropellos sobre los pequeños campesinos.

La gobernación coacciona a la población más explotada con el asistencialismo. Pero, además, monopoliza el 90% de los medios de comunicación. A ello, se agrega la política puramente testimonial de las oposiciones de los partidos tradicionales, además de la colaboración de las viejas y nuevas burocracias de los sindicales y las organizaciones campesinas, que se han postrado a una política de colaboración con el gobierno.

La repercusión de la elección del Frente de Izquierda y la conquista de la bancada dan cuenta de este vacío político.
El calor va a continuar, la calentura de la gente también. Apoyados en esto, el Partido Obrero y el Frente de Izquierda se preparan para dar un gran salto como canal político de los trabajadores.

Nicolás Basualdo