Políticas
15/5/2020
El arzobispo “Tucho” Fernández, hombre del Papa y del gobierno, con la ofensiva patronal
“Reactivar la economía aunque haya contagios”, pidió el titular de la Arquidiócesis de La Plata y denominado “padrino” del Astillero Río Santiago.
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Ensenada
Sin ruborizarse siquiera, el arzobispo de La Plata Víctor Manuel “Tucho” Fernández salió a declarar que “es inevitable reactivar la economía aunque haya contagios”, acompañando así el planteo de las patronales de levantar la cuarentena sin importar la vida y la salud del pueblo trabajador. Esto en momentos en que la expansión del virus ha comenzado a dar un salto.
Fernández sostiene que “con lo que se ha logrado no vamos a llegar a un desborde del sistema sanitario y va a ser controlable”, fingiendo ignorar las noticias que se multiplican día a día sobre la incapacidad de un sistema de salud vaciado por los sucesivos gobiernos para dar respuesta a la pandemia (que en muchas regiones se combina con el dengue). Algo sobre lo cual no “se ha logrado” ninguna modificación sustancial durante los más de 50 días de cuarentena, ya que el gobierno nacional –al cual está estrechamente ligado este monseñor- prácticamente no aumentó en este período las camas de terapia ni los respiradores a disposición, ni destinó para el particular más que una ínfima porción de lo que entrega al capital financiera que especula con la deuda.
Mientras el monseñor, ligado estrechamente al papa Jorge Bergoglio, realiza estas feroces declaraciones, las familias trabajadoras bonaerenses vienen llevando a cabo una dura cuarentena. A la crisis sanitaria, que han denunciado con sus reclamos los trabajadores de hospitales públicos y privados, se suma una tremenda pérdida del poder adquisitivo de los salarios por la suba de los precios de los alimentos, así como los ataques de las patronales con suspensiones, despidos y recortes salariales -como vienen enfrentando lxs trabajadores en la Dirección General de Cultura y Educación, de la empresa de limpieza Distribon en la Torre Administrativa 2 de La Plata, del frigorífico Penta y tantas otras fábricas en la provincia.
Queda al descubierto la doble vara del funcionario eclesiástico, que por un lado se postula como defensor de las “dos vidas” contra el derecho al aborto legal, seguro y gratuito, pero deja “la vida” en segundo plano cuando se trata de defender la ganancia empresarial. Un promotor antiderechos obreros por excelencia.
“Tucho” Fernández jugando para las patronales es una figurita repetida. En 2018, en pleno conflicto de los trabajadores del Astillero Río Santiago, el clérigo que se presenta como “padrino” del mismo sirvió de gestor de la “paz social” para cambiar el rumbo de la lucha que venían sosteniendo los trabajadores de la planta naval ensenadense contra la gobernadora María Eugenia Vidal. Esta paz social trajo consigo la pérdida de numerosos derechos laborales, cuyas consecuencias se sienten aún hoy.
Las declaraciones de Fernández van a contramano de los reclamos de todo un sector de los trabajadores navales, que exigen mantener la cuarentena como primer medida de defensa de la vida y la salud, así como medidas de seguridad, comités de control y cuidados sanitarios para no enfermarse en caso de que se los requiera para realizar tareas esenciales.
La conducción de ATE Ensenada y el cuerpo de delegados deben rechazar estas declaraciones que refuerzan la amenaza contra la salud tanto de los trabajadores del Astillero como de auxiliares de escuela, trabajadores del patronato, personal de salud y municipales, entre otros.
El de Fernández es un ataque a los derechos de los trabajadores, que vuelve a reforzar la urgencia de que se separe a la Iglesia del Estado