El ayuno de Castells
Acuerdo para que el MIJD se integre a la coordinadora piquetera
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Luego de sesenta días de huelga de hambre y varias advertencias de su médico, el elenco ocasional de la política argentina decidió darse una vuelta por la clínica donde se encuentra internado Castells o dejarle alguna carta de recomendaciones. Pero no lo hizo para apoyarlo en su reclamo y en su determinación, sino para pedirle que levante el ayuno. El disparo de partida lo había dado Zaffaroni, que con su visita a Castells advirtió a la rama política del Estado que no comulgaba con la arbitrariedad de su detención, y a sus colegas de la Cámara de Casación que activen su excarcelación. Algunos ‘hombres de Estado’ dedican parte de su tiempo a reflexionar sobre las consecuencias que podría tener un agravamiento del estado de salud del ayunante o incluso su muerte.
El gobierno insiste, sin embargo, en que Castells no respeta la huelga de hambre y que lo que ocurre no pasa de una escenificación. No les importa la arbitrariedad que se comete con su prolongada detención, a lo sumo que se muera. En la cabeza de los Kirchner y Fernández lo que domina es la necesidad de proteger el recurso a la detención indefinida de los luchadores, para perseverar en los encarcelamientos de Santa Cruz y de la Legislatura, y de los que desearía hacer en el Garrahan. Por una vía u otra, al Estado capitalista le interesa mantener efectiva la figura del ‘preso por disposición del Poder Ejecutivo”, que la Constitución le otorga bajo el estado de sitio. En cierto modo, en Argentina rige en la actualidad un estado de excepción, en especial para los trabajadores que luchan.
En la visita a Castells, Pitrola y Altamira manifestaron su apoyo a los reclamos y a la lucha del compañero, y arribaron con él a un acuerdo para que el Mijd se integre vigorosamente al plan de lucha piquetero que se encuentra en desarrollo. De esta manera, la causa de su libertad tendrá el punto de apoyo necesario para triunfar.