Políticas

5/11/2022

El Banco Central, un colador

Informa reservas por 39.697 millones de dólares, pero no hay dólares para importar insumos básicos.

Sede del Banco Central

A los dólares “oficial”, “blue”, “soja”, “bolsa”, etc… se agregó el “dólar amparo”. Este dólar surge de los reclamos judiciales donde recurren los importadores a los que el BCRA les niega por la vía administrativa ordinaria. El Banco Central informó que vendió 1.847 millones de dólares por amparos judiciales. Un procedimiento en crecimiento de 500 solicitudes mensuales el año pasado ya alcanzan las 1.000 mensuales este año (clarin.com, 22/6).

También se ha conocido una maniobra con los dólares obtenidos por el amparo judicial: se alquilan” entre empresas. Hay estudios de abogados expertos en obtener los amparos judiciales y alquilar los dólares obtenidos (lanacion.com.ar, 18/7).

Estas son las vías que vacían los dólares que recauda el BCRA, están comprometidos antes que ingresen. Es como tratar de llenar de agua un colador. Sergio Massa denunció que con el “dólar amparo” se compró una Maserati, como si fuera ajeno al gobierno que lo facilitó.

El resultado es que las reservas no aumentan, aunque los precios de la soja, el maíz, se encuentran entre los más altos desde hace 50 años. Lo que ha permitido que las exportaciones alcancen niveles superiores a los años anteriores. La soja hoy cotiza en los mercados internacionales a tres veces el precio que tenía en el año 2000.

Massa junta dólares para las reservas aumentando la deuda del Banco Central

Cuando asumió como ministro Sergio Massa mencionó entre sus prioridades el “fortalecimiento de las reservas”, varios comentarios de prensa decían que se estaban usando los encajes de los depósitos bancarios. El titular del Banco Central, Miguel Pesce, salió al cruce y afirmó que “se está utilizando el swap chino”, descartando el uso de los encajes: “El swap es por u$s 20.000 millones, es el límite que tenemos” (clarin.com, 9/8).

Para el FMI las únicas reservas son las “netas” o sea de las que se dispone, de las que no forman parte el swap, que es un acuerdo de intercambio de divisas entre China y Argentina que establece un monto máximo y una vigencia en el tiempo. Aunque en el balance del BCRA figuran como “reservas en divisas” son un certificado de divisas, pero en la bóveda del BCRA no hay un solo yuan chino.

La historia del “swap” con China

El “swap” es un intercambio de monedas, cuando se decide usar un tramo de ese contrato, se convierten en un pasivo por el que hay que pagar intereses (aproximadamente el 7% anual) hasta que se devuelvan los yuanes. Es una forma de aumentar reservas, pero no es un activo que ha sido comprado. Es solo una anotación contable que inicialmente fue firmado por China con la finalidad de facilitar divisas para la construcción de las represas en Santa Cruz.

El primer swap con China fue negociado en 2009 por el entonces presidente del BCRA Martín Redrado y renovado luego por Juan Carlos Fábrega, en 2013, y por Federico Sturzenegger, en 2017, actualmente está vigente hasta 2023. El actual oficialismo y la oposición aceptan que son “reservas”, ambos aceptan el dibujo contable.

Es así que el FMI solo considera las reservas netas, que son las que están disponibles y que pueden usarse en el mercado de cambios o para pagar importaciones y que en realidad son para pagarles a ellos. Durante 2021 (luego de asumido Alberto Fernandez) se realizaron tres pagos al FMI.

Por eso el “aumento de las reservas” prometido por Massa se convierten en una deuda con China.

Los números del BCRA revelan una enorme deuda, varias veces superior a las “reservas”

El Banco Central informa reservas por 39.697 millones de dólares, solo una pequeña fracción está “disponible”, son las que el FMI llama “reservas netas”. Estas reservas llegaron a ser nulas. Ahora se engrosaron con el ingreso del dólar soja. Pero ya se “evaporaron” entre los pagos al FMI y las importaciones (cronista.com, 28/8).

El interés del FMI de aumentar las “reservas netas” está vinculado a que el BCRA tenga liquidez para pagar los vencimientos de sus acreencias no para hacer funcionar la economía.

Todo este mecanismo tiene un propósito: salvaguardar la “vigencia” del acuerdo con el FMI permitiendo cumplir los compromisos asumidos. Y seguir facilitando los excepcionales beneficios a la burguesía agroexportadora (dólar soja, contrabando, etc) y a los bancos (Letes, Leliq, etc.) y acusar a los subsidios “planeros” del déficit de las cuentas fiscales. Esto cumple una importante función para justificar el “ajuste” del presupuesto que se votó hace una semana.

https://prensaobrera.com/politicas/incertidumbre-con-la-deuda-en-pesos-cuando-en-2023-vencen-126-billones