Políticas

1/7/2004|857

El capital se potencia a costa de la clase obrera

¿por que la "recuperación" acentúa la desigualdad?

“La industria manufacturera, en promedio, se acerca a los niveles de producción previos a la recesión de 1998, pero con un 25% menos de obreros ocupados y un costo laboral un 30% más bajo. Además, la productividad por hora trabajada es un 20% superior a la que existía en 1997” (Clarín, 27/6).


¿Cómo puede sorprender entonces que haya tres millones de desocupados?


¿O que el salario de los nuevos trabajadores ocupados sea, en promedio, de 394 pesos por mes?


¿O que ahora “la Argentina tiene la peor distribución de la riqueza desde que el Indec comenzó a hacer esa medición”, superando la marca de la dictadura militar, de Menem y de Duhalde? (Clarín, 28/6).


El proceso de recomposición capitalista es un proceso de superexplotación. Se basa en mayores horas trabajadas, menos obreros ocupados, en salarios más bajos y “en negro” y en jubilaciones congeladas. Ese proceso ya está mostrando sus límites como lo comprueba el estancamiento de la producción industrial, la desaceleración de las ventas en supermercados y shoppings, la tendencia a un nuevo default de la mayoría de las provincias y el colosal endeudamiento con que quedaría la Argentina aún después de renegociar la deuda.


Por eso es que bajo, Kirchner-Lavagna, “el reparto de los ingresos está en su peor nivel”. Lo que sucede es que el ‘incentivo’ de cualquier recomposición capitalista es una tasa de explotación más alta que la del período anterior al colapso.


El aumento de la producción engrosó las ganancias de los grandes pulpos capitalistas, lo cual significa automáticamente, una peor distribución del ingreso. Solamente la lucha de clases, no el proceso económico como tal, podría producir un ‘derrame’ imponiendo una reducción de la tasa de beneficios.


Los que se la pasan criticando a los “neoliberales” y a la “fiesta para pocos” están batiendo todos los récords de polarización social. Ahora el 10% más rico gana 50 veces más que el 10% más pobre, informó (Clarín 28/6).


“El desempleo podría caer un digito a mediados del 2009”, pronostica la Lavaghista Fundación Mediterraneo, condicionándolo a un proceso sostenido de recuperación capitalista. Esta sería, para dentro de 5 años y con un millón y medio de desocupados, la versión “optimista” de la burguesía. Pero es una previsión falsa, porque eso depende de que las masas asesten golpes decisivos al patrón de explotación prevaleciente.


Por eso el reparto de las horas de trabajo, el aumento de los salarios, el control obrero sobre los ritmos de producción, el aumento de los subsidios a los desocupados son reivindicaciones claves.