El ‘Chacho’ también fabrica su ‘golpe’
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De la Rúa reconoce una crisis en la Alianza; Mestre señala la constitución de la Alianza como un error del radicalismo; el "Cavallo" Alvarez denuncia un supuesto pacto entre De la Rúa y Menem; Aníbal Ibarra impulsa la votación con el PJ en la Legislatura porteña contra De la Rúa.
¿La Alianza se rompe?
Solamente en apariencia, porque la Alianza es un instrumento altamente apreciado por el Departamento de Estado norteamericano y por las cámaras empresarias. Al final, tiene que haber una ‘oposición’ que oficie de bombero frente a la lucha popular y esto no podría hacerlo de modo alguno la UCR por su exclusiva cuenta.
La ‘crisis’ está sirviendo en realidad para ablandar a la opinión pública para prepararla a aceptar la candidatura de De la Rúa.
Aun cuando Alvarez haya pretendido negar que acepta bajar la candidatura de la Meijide, al ser consultado en la revista Noticias sobre este punto, dijo: "Yo se lo expliqué a Graciela, le comenté que lo mejor en las coaliciones es el consenso". " El mejor va a la cabeza y el otro debe ocupar el lugar que más convenga a la Alianza", "la ventaja del radicalismo... está en sus cien años". Para no dejar dudas recalcó: "Hoy las encuestas favorecen a Graciela muy por encima de De la Rúa, pero nosotros no hacemos de eso una regla rígida".
El destino de Graciela parece sellado por el estratega de la Alianza. De la Rúa es el candidato con mayor ‘pedigree’ capitalista, o sea el más menemista de los aliancistas.
¿Contra el bipartidismo?
De la Rúa es Menem en la Capital, encubriéndole los chanchullos; es Menem en la aplicación de los planes del FMI en la Universidad; también es Menem en los negociados de la Capital. Cuando se planteó el tema de los 820 despidos de los ex empleados del Concejo Deliberante, no vaciló en decir: "No estoy para acciones demagógicas. Esto pone en peligro importantes créditos internacionales" (Crónica, 7/3).
En la misma línea, Fernández Meijide anunció que su futuro ministro de economía sería Machinea, un hombre de Techint, para negociarlo con De la Rúa a cambio de que éste se desprenda de su ‘pollo’, Rodríguez Giavarini; más ligado a los pulpos financieros y comerciales
La consagración de la candidatura de De la Rúa culminaría el periplo de la corriente que se postulaba para acabar con el bipartidismo. Del Frente del Sur al Frente Grande, de éste al Frepaso, de ahí a la Alianza y de ésta a la UCR.
Del Frente del Sur a la disolución
El surgimiento del Frente del Sur, tempranamente caracterizado por nuestro partido como un engendro reaccionario, ha cumplido la tarea de demoler las ilusiones en las posibilidades transformadoras de la pequeña burguesía ‘ilustrada’ democratizante. Desde el Fujimori de izquierda, Solanas, pasando por el Chacho, Bordón y la postración ante el "centenario" partido patronal que lo coloca al borde de la disolución, el progresismo pequeñoburgués se ha esfumado a la velocidad de la luz.
Pero el ‘viaje’ no ha concluido. Alfonsín ha dicho abiertamente que un gobierno de la Alianza debería ser un gobierno de coalición, es decir con el PJ. Algo similar propone el ‘Cavallo’ Alvarez cuando se refiere a la "pata peronista", aunque en Salta va en yunta con los ‘procesistas’ y en Córdoba negocia con la Ucede. Es decir, que la estación terminal del ‘progresismo’ es un menemismo sin Menem. O sea, un ‘progresismo’ con el Citibank.