El “clan” Caputo, dueño de la Ciudad
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La histórica, y conocida, relación entre Mauricio Macri y Nicolás Caputo ha estado precedida por innumerables y jugosas contrataciones y adjudicaciones de licitaciones públicas. Los hermanos Caputo cuentan con una larga trayectoria de “prestadores” de servicios de todas sus empresas en la mayoría de las áreas de la Ciudad: en Alumbrado Público y Espacios Verdes con Mantelectric SA, que factura por todo tipo de trabajos, desde pintar una plaza hasta colocar una reja; en Ambiente y Espacio Público cuentan con Cliba, que en lo que va de 2015 lleva facturados 7 mil millones de pesos. Cliba, se sabe, precariza a su personal con la complicidad de Hugo Moyano.
El Ministerio de Salud pondera los contratos de limpieza de los hospitales Ramos Mejía, Dueñas, Moyano, Tornú y Ameghino, que le reportaron a SES SA -empresa de Caputo- 414 millones de pesos. El Ministerio de Educación, por su parte, le adjudicó 142,5 millones de pesos para mantener escuelas, hacer obras menores y adecuaciones edilicias. La última es bien fresquita: en septiembre, el ministro del área, Esteban Bullrich, le adjudicó en forma directa 4,5 millones de pesos para “el servicio de mantenimiento a prestarse en diversas escuelas de la Ciudad de Buenos Aires”, que no especifica.
Desde que la Ciudad es gobernada por el PRO se desembolsaron 1.200 millones de pesos sólo para la empresa SES. El Ministerio de Desarrollo Urbano le concedió 150 millones por el traslado y mudanza del inmueble de todas las delegaciones que pasarán a la ex fábrica Canale, en Barracas. Sin embargo, el alquiler también está en manos del grupo accionario Caputo Hermanos y la mudanza se hace con el explícito objetivo de valorizar el precio de los terrenos que están en los alrededores de la zona sur de la Ciudad; toda una política direccionada a desarrollar la especulación inmobiliaria de la que Caputo tampoco es ajeno.
La empresa Reconstrucción Caños, de la cual es propietario Emilio Caputo, ha obtenido desde 2007 a la fecha más de 50 mil millones de pesos por diferentes prestaciones, todo un síntoma de vaciamiento presupuestario. Además de funcionar como una financiera que otorga créditos por fuera del sistema bancario, brinda servicios inmobiliarios, cultiva soja, comercia gases licuados y comprimidos, imprime diarios y revistas, y ofrece servicios contables, entre otros.
El episodio Niembro no fue más que un “vuelto”, si tenemos en cuenta el monto de esas facturaciones que otorga la gestión PRO. Asistimos a una colonización de la Ciudad por parte del clan Caputo, convalidado por un espacio político cada vez más corrupto y corrompido, que dice querer gobernar la Argentina para acabar con la “pobreza”.