El clan mussista, precarización y parate en la obra pública


Con 370 mil habitantes,Berazategui es gobernada desde hace tres décadas por el mismo clan, del histórico barón del conurbano Juan José Mussi, y el ahora intendente, su hijo Patricio. Junto a CFK en las listas de la Unidad Ciudadana, se preparan para continuar con la precarización laboral de la mitad de su plantel municipal, sin contar a los más de 3 mil cooperativistas que limpian las calles de la ciudad con los magros sueldos que paga Nación a través del Argentina Trabaja.


 


Berazategui es un distrito con fábricas emblemáticas como la del vidrio Rigolleau, el parque industrial de Plátanos (con decenas de empresas dentro) y empresas como Argul, Siderar, papeleras, gráficas, alimentación, en distintos puntos de la ciudad. La precarización no es sólo cosa del Estado: en las empresas citadas hay contratos basura, con sus respectivos despidos por doquier. Hay una masa enorme de jóvenes de entre 21 y 30 y pico de años con salarios que se encuentran lejísimo de una canasta familiar. El clan Mussi ha sabido brindarle a las grandes patronales enormes exenciones de tasas municipales y dúctiles habilitaciones.


 


Los Mussi “blindan el distrito para frenar el avance de Cambiemos”, tituló el diario El Día. Resulta que Juan José es uno de los más acérrimos defensores de Cristina, en una tercera sección electoral, la más populosa de la provincia de Buenos Aires, con amplia hegemonía K.


 


Berazategui se ha distinguido en estos tiempos por el agua contaminada que paralizó las escuelas en 2016 por diez días, por los basurales sin control y el famoso “barrio de las ratas”, donde los roedores han copado directamente las viviendas de los vecinos. La falta de recursos por ser opositores a Vidal es una mera excusa mussista, pues se trata de un distrito que tiene la obra pública paralizada desde mucho más que el año y medio de mandato PRO en la provincia.


 


La visita de Néstor


 


Una extendida actividad con Pitrola en la peatonal permitió hablar con innumerables trabajadores que en medio de la ofensiva contra la izquierda por el caso De Vido, mostraron otras preocupaciones: el trabajo, la jubilación, la inflación. Sólo dos casos, en más de 40 que se detuvieron a conversar, plantearon el tema y comprendieron nuestros fundamentos.


 


Más tarde, Néstor se reunió con trabajadores municipales, que nos contaron el escalofriante régimen laboral de 12 horas por día por salarios de 8.500 pesos, trabajadores de las cooperativas que ganan la mitad de eso, también para la municipalidad; jóvenes fabriles que piden el fin de los turnos rotativos, docentes y jóvenes. Todos nuevos sectores que se acercan al PO en el FIT, en búsqueda de una salida.


 


Lógicamente, la problemática local no es el eje de la campaña en Berazategui por parte del oficialismo. Los Mussi apuntan sus cañones en el rumbo económico del gobierno nacional y Cambiemos, quienes, por otro lado, llevan a peronistas y burócratas sindicales del sindicato del vidrio en sus listas.


 


La intensa campaña del PO en Berazategui ha puesto en la palestra los derechos de la mujer trabajadora, con la realización de jornadas por los jardines maternales en todos los lugares de trabajo junto al Plenario de Trabajadoras, la lucha por el pase a planta permanente de todos los precarizados, la lucha contra la inseguridad de los choferes en las líneas del transporte público, la reducción del turno noche en las fábricas y el salario igual a la canasta familiar. Sergio Salgado y Claudia Molina, históricos luchadores del municipio, van por la defensa de los trabajadores para que gobierne un día la clase obrera.