El martes 5 de septiembre por la noche, la Legislatura de Neuquén aprobó la ley 3.389 que habilita al gobierno a tomar deuda por 150 millones de dólares. Votaron a favor el bloque de diputados del MPN y sus aliados, los bloques que forman parte de la alianza que encabeza el gobernador electo, Rolando Figueroa (Juntos por el Cambio, evangélicos, massismo, etc.) y la mitad del bloque del Frente de Todos. Es decir, todo el abanico patronal. Por supuesto, las bancas del Frente de Izquierda Unidad votaron en contra. Figueroa dio su explícito apoyo al nuevo endeudamiento.

El proyecto original, que tuvo tratamiento exprés, planteaba endeudarse por 100 millones de dólares, pero la comisión que trató el proyecto aumentó un 50% el monto solicitado por el gobernador. Esto en la misma semana en que el bloque piquetero ha debido movilizarse para reclamar que lleguen los alimentos a comedores y merenderos y por el pago de las cuadrillas que realizan tareas de construcción y mantenimiento. Y en el mismo día en que el pago de salarios a docentes no incluyó la actualización por IPC pactada en el acuerdo salarial con Aten. Y también cuando el propio gobierno anuncia un nuevo récord de exportación de petróleo.

Este nuevo endeudamiento en dólares, se argumenta, estará en reserva para destinarlo a garantizar el pago de los vencimientos de la deuda dolarizada en los próximos cuatro años del mandato de Figueroa. A todas luces, una burda excusa para montar un nuevo negocio financiero a bancos y fondos buitres con tasas usurarias y comisiones suculentas.

Del acuerdo “histórico” a la nueva deuda

En noviembre del año 2020 el gobernador Omar Gutiérrez (MPN) anunciaba que había llegado a un acuerdo “histórico” con los bonistas acreedores de la provincia, para postergar pagos de deuda en dólares. Hoy vuelve a endeudarse a una tasa de interés mayor que la pagada por la deuda que negoció hace tres años atrás.

Ya al año siguiente del acuerdo “histórico” (para los buitres) el gobierno tomó nueva deuda por 61 millones de dólares y otras en pesos por el equivalente a más de U$S 116 millones, colocando a la provincia como rehén de los bancos y fondos especulativos internacionales, que impulsan el ajuste presupuestario en la obra pública (falta trabajo), en educación y salud (con escuelas que explotan y hospitales donde se llueven los quirófanos o carecen de guantes de latex). También el ajuste en las partidas de refrigerio en las escuelas y para comedores y merenderos de las organizaciones piqueteras en las barriadas, donde la miseria aumenta y el hambre no espera.

Los fundamentos son excusas

Que el nuevo endeudamiento es en previsión para el pago de la deuda que vence a partir del año entrante y por los próximos cuatro años es una burda mentira. Porque toda la deuda emitida por la provincia con bancos y fondos especulativos, está garantizada por los ingresos de regalías y coparticipación. Es decir, los buitres ya tienen garantizado el cobro.

¿Entonces para qué se endeuda? Por dos razones. Los bancos intermediarios (Macro, Galicia, etc.) y diversas agencias intermediarias necesitan que esta bicicleta de deuda se mantenga para sostener su parasitismo de cobros multimillonarios en comisiones y demás. Pero es evidente que, además, la suspensión de pagos a importantes proveedores de insumos para el Estado provincial (hospitales, empresas del Estado, equipamiento, etc.) ha generado un agujero negro.

El propio gobernador que asumirá el 10 de diciembre y hoy cogobierna dijo apenas hace unos meses que la carga de vencimientos en dólares del 2024 en adelante “no complica porque Neuquén tiene un flujo de fondos importantes” (Río Negro, 30/4). Pero a medida que se acerca su asunción no quiere un terreno minado y pretende tener la espalda cubierta para abrir el ciclo de sus propios negociados con los fondos públicos. Es que el propio ministro de Economía informó a los diputados que el año que viene hay vencimientos por 302 millones de dólares, y así hacia adelante.

Tal como quedó registrado en Prensa Obrera del 27/11/2020, cuando caracterizamos el acuerdo “histórico” con los bonistas: el alivio solo es para tomar más deuda. Por la apertura de todos los libros y cuentas (oficiales y en negro) del Estado neuquino al control de las organizaciones sindicales y populares.

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