El comunicado del Partido Obrero
Hebe de Bonafini debe desmarcarse de los corruptos
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El caso de las viviendas de “Sueños Compartidos” es la consecuencia más lacerante de la cooptación política que llevó adelante el kirchnerismo con una parte de los organismos de derechos humanos. Esa cooptación no sólo sirvió para encubrir violaciones a las libertades, detenciones y persecuciones a luchadores, durante la década que tuvo al frente del Estado a los Aníbal Fernández y Milani. Fue, además, la pantalla de una operación económica, donde el pañuelo de las Madres fue usado para encubrir a empresarios de la construcción y a una camarilla de funcionarios que sobrefacturaron obras, precarizaron obreros y frustraron el acceso al techo de miles de familias trabajadoras.
Naturalmente, este pantano de “Sueños Compartidos” le está prestando un servicio invalorable al gobierno ajustador del macrismo, para disimular, no sólo su impasse económica y la crisis social, sino también las propias fechorías de los Calcaterra y Caputo con la obra pública. El mismo mecanismo corrupto que involucra a los López-Schocklender vale para los Grindetti o los “empresarios PRO”.
Pero de toda esta mugre deberían delimitarse sin vacilación los luchadores de derechos humanos, e incluso la propia Hebe de Bonafini. Su mayor servicio a la historia y a la lucha de las Madres sería la ruptura y la demarcación absoluta de la camarilla empresarial y política que usó a “los pañuelos” en beneficio propio. Por el contrario, el encubrimiento de la corrupción, una vez más detrás de las banderas de derechos humanos, no sólo implicaría un golpe feroz a la lucha de las Madres. Sería un servicio invalorable al macrismo, y a su labor ajustadora y represiva.
Hebe de Bonafini debe contribuir a esclarecer todos los desfalcos de “Sueños Compartidos”. A partir de allí, las Madres y sus seguidores recobrarán autoridad para luchar contra los atropellos represivos del macrismo y de todos los gobiernos. El Partido Obrero hace este planteo con toda la autoridad que implica haber defendido a Hebe y a las Madres cuando todos los partidos del régimen -e incluso los que hoy se esconden detrás de sus pañuelos para disimular sus tropelías- sostenían, a lo largo de varias décadas, el punto final, la obediencia debida, el indulto, los crímenes de patotas, los de Kosteki, Santillán y Mariano Ferreyra.