Según el Indec, la inflación mayorista de diciembre fue de 54% (42 puntos por encima de la de noviembre), en línea con la devaluación del peso aplicada por Caputo. A diferencia del IPC, este indicador solo incluye bienes transables, lo que deja por fuera a los servicios regulados, por eso puede mostrar de una manera mucho más fiel cómo impactó el encarecimiento del dólar en los precios y, consecuentemente, en los bolsillos de la población.

El informe destaca que esta variación es consecuencia de la suba de 51,1% en los “productos nacionales” y de 80,6% en los “productos importados”, e indicó que tanto en la medición interanual como en el acumulado del año la suba fue de 276,4%, mientras la minorista fue de 211,4%.

Esta dinámica a su vez se ve reforzada por la liberalización de los precios que impulsa el gobierno, lo cual hizo saltar exponencialmente, por ejemplo, el precio de las naftas, lo que se traslada a toda la cadena productiva. Lo mismo sucederá si se le quita la regulación a los servicios como el gas o la electricidad, un costo que las patronales trasladaran al precio final de cada producto, lo cual a su vez dejará de anclar el índice minorista.

Esto también tiene su expresión en los alimentos con la quita de retenciones a ciertos sectores agrarios, lo que facilita que las patronales empalmen los precios del mercado interno con los precios internacionales, por lo que trabajadores y jubilados, que gastan la mayor parte de sus ingresos en consumo básico, terminarán pagando la comida a precio de exportación.

Muchos economistas afirman que es muy probable que haya traslado de esta suba de los mayoristas a los productos minoristas, por lo cual podría ser una consecuencia de que la inflación siga batiendo récords en lugar de bajar. Enero ya anticipa el derrumbe del consumo de productos de comercialización masiva y en la primera quincena del año se registran aumentos que incluso superan el 60%. Esto explica por qué Caputo dijo en Davos que la inflación alta persistirá hasta fin de año.

Así, a las promesas de Milei se las lleva el viento y quienes continúan perdiendo son aquellos que ya no dan más y para los que no hay ningún anuncio: quienes viven de su salario. Recordemos que el Ejecutivo, que había dejado trascender que convocaría al Consejo del Salario, canceló la convocatoria, por lo que no habrá actualización en lo inmediato para el Salario Mínimo, el cual se ubica en $156.000, mientras la canasta básica lo hace en $495.000. Se ríen en la cara de los laburantes.

Los bolsillos de los laburantes, de los jubilados y de los beneficiarios de asistencia social se licúan día a día, en el marco de una política oficial orientada a ofrecerle mano de obra barata a las patronales y avanzar en un brutal ajuste fiscal en beneficio de los capitalistas.

Hay que defender nuestros ingresos y luchar por salario mínimo, jubilaciones y planes sociales iguales a la canasta básica e indexados por inflación. Para eso es fundamental tomar en nuestras manos el paro del 24 de enero convocado por la CGT y garantizar una movilización histórica, de manera de quebrar este plan de ofensiva del gobierno contra nuestros ingresos y nuestras condiciones de vida.

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