Políticas

25/3/2019

El dilema de Stornelli

En su edición dominical, el diario La Nación ventiló que el fiscal a cargo de la causa de los cuadernos Carlos Stornelli estaría apremiado por cerrar su parte de la investigación y pedir la elevación a juicio. Tanto apuro, dice el diario, respondería a los avances de otra causa judicial pero que tiene a Stornelli como imputado: la que lleva adelante el juez federal de Dolores Alejo Ramos Padilla.


“El hecho de que esta sea elevada a juicio implicaría blindar el trabajo de Stornelli en el expediente, que se encuentra bajo cuestionamiento a partir de la causa por espionaje que lo involucra en Dolores, a cargo del juez Alejo Ramos Padilla. Es decir, permitiría evitar que una causa empañara la otra” (La Nación, 24/3). Pero más que “empañar” una causa a la otra, el avance de la investigación contra Stornelli podría derrumbarla y los pedidos de nulidad presentados por los abogados defensores tomarían otro cariz, en la medida que su origen está signado por la intervención de servicios de inteligencia locales y extranjeros y el recurso de la extorsión como método de “ablande” para conseguir los “arrepentimientos” que ampliaron la denuncia original como una mancha de aceite hasta involucrar a los principales grupos capitalistas del país, incluido el de la familia del actual presidente. Tras evadir dos llamados a indagatoria de Ramos Padilla, Stornelli se encontraría evaluando entre el costo de ser declarado en rebeldía o procesado, según La Nación.


La decisión unánime de la Corte y de la Cámara Federal de Mar del Plata de respaldar la investigación de Ramos Padilla terminó de sellar el fracaso de la “contraofensiva” lanzada por Stornelli-Bonadio con la confesión del contador Manzanares. La investigación en manos de Ramos Padilla podría escalar hasta figuras de primera línea del gobierno, empezando por Gustavo Arribas, el titular de la AFI, y Patricia Bullrich. Recientemente “Lilita” Carrió admitió haber tenido trato con Marcelo D´Alessandro para hacer “contrainteligencia”. Acto seguido su bloque propuso disolver la AFI como “la única medida eficaz para combatir el espionaje ilegal en Argentina”, del cual sin embargo la diputada de la Coalición Cívica también hacía usufructo.


Este quiebre en la saga de los cuadernos de Centeno es inseparable del cambio de frente que ensaya todo un sector de la burguesía, decepcionada con Macri y escéptica con respecto a su capacidad de reunir en las próximas elecciones los recursos políticos para llevar adelante el programa que esta reclama – incluso, o sobre todo, de sus mismas chances de ser reelecto. “La reflexión del ´Círculo Rojo´ empresarial es hoy simple: si el Presidente confesó, a pocos días del fallecimiento, que su padre aceptó hechos de corrupción, ¿qué queda para el resto de los integrantes de ese grupo que aún están vivos y que, a diferencia de Franco Macri, y pese a que confesaron ante la justicia el pago de sobornos, pueden pasar un tiempo importante en prisión? Lo que antes era sensación de desprotección, desde la declaración del domingo fue tomado, abiertamente, como una provocación. Y, para muchos, la sentencia de divorcio” (Ámbito, 19/3). El curso que sigue la investigación de Ramos Padilla es apreciado por los empresarios como el salvoconducto que podría zafarlos de la cárcel. Abre la puerta a que el asunto de los cuadernos termine con el pago de una multa y la inhibición a sus empresas de participar de licitaciones de obras públicas por algunos años, castigos menores en relación a las dimensiones de la olla que destapó. En cuanto a la suerte de Cristina Fernández y su camarilla, ninguno de estos empresarios derramará una sola lágrima. Está claro que las idas y vueltas en torno a su candidatura y su convocatoria a la “unidad del pejota”, la ex presidenta se encuentra negociando su propia impunidad.


El telón de fondo de todo esto es la creciente desorganización de la economía y sus efectos disolventes sobre la coalición Cambiemos.


Los trabajadores y la izquierda debemos enfrentar las tentativas de relevo de los corruptos K y M, oponiéndoles un programa de reorganización política y social del país sobre nuevas bases.