Políticas

31/1/2017

El diputado salteño Alfredo Olmedo y su muro infame contra la población boliviana

El legislador adhiere a los objetivos de la reforma antiinmigratoria oficial


 


"Yo conozco la frontera y muy bien, hay que hacer un muro". Con esta frase, el diputado Alfredo Olmedo se refirió a su propuesta de bloquear la inmigración extranjera, en particular la proveniente de Bolivia. "Hay que tener un control, y si entra un delincuente, hay que volverlo a su país, ¡mire si encima le vamos a tener que pagar la comida en la cárcel", agregó. Con pequeños matices, Olmedo acuerda en términos generales con el decreto del oficialismo que limita la entrada de extranjeros al país, un muro legal para impedir el ingreso inmigratorio. 


 


La medida firmada por Mauricio Macri asocia inmigración a delincuencia, en un remedo de las antiguas leyes de residencia de la vieja burguesía argentina. Hoy el pretexto de la asociación de la inmigración -en particular la limítrofe- con el delito busca estigmatizar a los extranjeros y atribuirles las causas de la inseguridad, cuando el principal resorte de la actividad delictiva es el Estado mismo y su institución policial. Según el Centro de Estudios Legales y Sociales sólo el 6 por ciento de la población carcelaria local es extranjera. 


 


Olmedo avanza un paso más con su propuesta a la Trump de construir un muro en la frontera que limita con Bolivia con el fin de mostrarse como el representante más consecuente de esa misma postura.


 


Mientras tanto, Olmedo -perteneciente a una de las familias terratenientes con propiedad sobre las mayores extensiones de tierra sembrada con la soja- es premiado por el gobierno de Urtubey mediante la entrega de 77 mil hectáreas de tierras en el departamento de Anta por 45 años, indultándolo por la anterior concesión de 66 mil hectáreas en las que no cumplió el acuerdo contractual con la provincia en términos de desarrollar la producción. Se trata de un parásito sojero que, en acuerdo con el peronista Urtubey, usufructúa tierras del Estado. Todo esto ha sido rigurosamente denunciado por el diputado provincial del PO salteño, Claudio del Plá.


 



Olmedo revela con su postura "trumpista" una faceta reaccionaria que ha mostrado varias veces (el último episodio es el anuncio de su proyecto para que se reconozca "a los pobres soldaditos que lucharon contra la subversión"). Sin embargo, llama la atención que confluya con las expresiones xenófobas del jefe de la bancada kirchnerista durante los gobierno K Miguel Ángel Pichetto y referentes periodísticos como Jorge Lanata. No por nada el ministro de Justicia Germán Garavano señaló que el decreto antiinmigratorio había sido consensuado con la oposición. Olmedo abreva en esas aguas de la oposición que coincide con el decreto reaccionario.


 


En definitiva, no asistimos simplemente al exabrupto de un político "marginal".El oficialismo y la oposición confluyen en una política xenófoba y estigmatizante de la inmigración limítrofe, pero no señalan ningún inconveniente a la entrega de tierras y negocios a empresarios extranjeros como Odebrecht, Lewis o los Benetton. La pleitesía con los empresarios extranjeros y el rechazo xenófobo y estigmatizante para con los inmigrantes latinoamericanos de la clase trabajadora atraviesa al oficialismo y la oposición, incluso a través de sus alas más reaccionarias, una de cuyas expresiones es el diputado salteño Olmedo.


 


Opongámosle a estos ataques la unidad de los trabajadores sin distinción de nacionalidades.