Desde su despacho en el Senado, la vice Cristina Fernández de Kirchner realizó en la mañana del martes 23 un descargo ante el reciente pedido de condena en su contra por parte del fiscal Diego Luciani, en la llamada Causa Vialidad, que investiga la corrupción en la obra pública en la provincia de Santa Cruz.

La vicepresidenta apuntó contra empresarios y referentes del macrismo. Así, por ejemplo, detalló conversaciones telefónicas entre el exsecretario de Obras Públicas bajo el kirchnerismo, José López, y Nicolás Caputo, hombre de negocios próximo al expresidente Mauricio Macri que se vio favorecido con varios contratos en los últimos años.

Según la vice, la justicia evitó profundizar en la investigación de los bolsos de López, quien fue hallado con 9 millones de dólares encima, porque el dinero provendría de empresarios ligados a la oposición. “Pararon de tirar el ovillo cuando aparecieron ellos, cuando aparecieron los macristas”, puntualizó.

Analizado sin prejuicios, esto es tanto una incriminación como una autoincriminación. CFK pone de relieve un esquema generalizado de sobornos en la obra pública, mucho más amplio que Vialidad, que involucra al gobierno macrista y sus camarillas empresarias, pero también a su administración. En definitiva, a todo un régimen político y económico.

CFK aludió también a las conexiones entre López y los empresarios Eduardo Gutiérrez (del grupo Farallón) y Juan Chediack (de la Cámara Argentina de la Construcción). Y no se olvidó de Angelo Calcaterra, otro empresario amigo de Macri que participó del soterramiento del Ferrocarril Sarmiento, una obra investigada por el pago de sobornos… a los propios funcionarios kirchneristas.

Desafiada por la justicia, la vice prende el ventilador.

La dirigente del Frente de Todos llegó a señalar, en respuesta a las referencias de Luciani a las visitas del empresario Eskenazi a Olivos bajo el kirchnerismo, que también Héctor Magnetto, del Grupo Clarín, frecuentaba la residencia presidencial bajo el mandato de Néstor Kirchner. Y, por entonces, dijo, consiguió que se aprobara la fusión Cablevisión-Multicanal, “el negocio más importante, mucho más que cualquier obra pública”. Con ironía o no, la vice se preguntó si algún fiscal intervendría para investigar el tema.

La disputa política en la que se enmarca la causa judicial de Vialidad está derivando en una batalla en la cual ambos bandos sacan los trapos al sol.

El carácter sesgado de la investigación judicial contra la vice, y su intencionalidad proscriptiva, que se da en paralelo a la absolución de Macri en las causas por espionaje bajo su gobierno, no invalida el hecho de que el kirchnerismo se encuentra efectivamente involucrado en los negociados con la obra pública.

Como suele decirse, lo uno no quita lo otro. Los trabajadores no deben dejarse confundir.