El eje del Congreso fue llevar las luchas a la victoria
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El Congreso del Partido Obrero en el norte de Santa Cruz constituyó un hecho de gran relevancia política. La simple lectura de los titulares de los diarios locales reflejan su trascendencia. Del conjunto de las actividades que realizaron en la provincia los dirigentes nacionales del PO Jorge Altamira y Néstor Pitrola, y de las propias deliberaciones del Congreso, nacieron resoluciones que serán un aporte objetivo a las luchas que se desarrollan, y para que decenas de extraordinarios luchadores arriben a una conclusión política más profunda de estas luchas.
En Las Heras, el Partido Obrero realizó una extraordinaria reunión política donde estuvieron presentes los compañeros más representativos de esa gran lucha: delegados petroleros de varias empresas, delegados y trabajadores de Indus, los más representativos referentes de los desocupados, una calificada representación de las mujeres en lucha y jóvenes estudiantes; es decir, los mejores exponentes de la clase obrera del lugar.
Allí hubo un debate excepcional, con decenas de intervenciones, y se discutieron hasta muy altas horas de la noche problemas de índole estratégica para el propio futuro de esos luchadores. Se realizó un análisis detallado de la situación de la cuenca petrolífera, se apreció la depredación desenfrenada de Repsol, la increíble depredación del suelo y la brutal contaminación que está dejando a Las Heras como uno de los lugares más contaminados de la Argentina. Se discutió la ausencia total de inversión de Repsol para mejorar los factores de recuperación de las áreas petroleras e incorporar otras a través de las tareas exploratorias. También se destacó la semi-quiebra de Repsol a partir de su reconocimiento de una caída del 30% en sus reservas.
Se discutió la caída de la producción, e incluso la posibilidad del comienzo de la importación del petróleo en pocos años. En la propia reunión se arribó a una conclusión fundamental: sin una lucha por la nacionalización del petróleo bajo control de los propios trabajadores, en pocos años más Las Heras será tierra arrasada.
El informe que dieron los compañeros Altamira y Pitrola acerca de la actual lucha del subte, resaltó el profundo significado de la lucha por el reencuadramiento sindical de los trabajadores de la construcción en el convenio petrolero. La consideraron una lucha fundamental en la quiebra de los llamados contratos basura, y un golpe a las llamadas tercerizadas, que son verdaderos paraísos de la explotación laboral. Se destacó además como una cuestión fundamental la heroica lucha de las mujeres y los familiares de los detenidos, de los desocupados y los ocupados por la liberación de los presos obreros y por el juicio y castigo de los responsables de las detenciones y las torturas de compañeros y por la expulsión de la Gendarmería del lugar.
Si la reunión de Las Heras fue excepcional, las deliberaciones del Congreso confirmaron el porqué de la necesidad de realizarlo en el norte de Santa Cruz. En Caleta Olivia hubo una representación calificada de las luchas obreras de la provincia. Estuvieron presentes petroleros de Las Heras, Pico Truncado, Cañadón Seco y Caleta; municipales de Caleta, Río Gallegos y Los Antiguos; trabajadores de la pesca, marineros; una nutrida delegación de mineros de Río Turbio; desocupados, y docentes y estudiantes de todas las localidades de Santa Cruz.
El Congreso comenzó con la lectura de un petitorio que nos hicieron llegar los mineros de la mina San Julián, ocupada por sus trabajadores. Inmediatamente se resolvió una declaración de apoyo al conflicto y la salida de miles de volantes para difundir esa enorme lucha que se libra contra el gobierno y la propia dirección del sindicato. En las últimas horas de la deliberación del Congreso, los mineros nos confirmaron que estaba pegada en la cartelera gremial de la mina la declaración del Congreso del Partido Obrero.
Las resoluciones centrales del Congreso fueron un manifiesto y un plan de lucha del Partido Obrero que apuntale el reguero de luchas. Las dos resoluciones por la libertad de los presos, por la reincorporación de los cesantes, por el reencuadramiento sindical en convenios más favorables, para frenar la persecución de los delegados petroleros por parte de las empresas y la propia burocracia sindical del gremio. Servirán para que los mineros del Turbio se organicen mejor, porque, al igual que con el petróleo, se produce muy poco y no se abren áreas de exploración. Servirán para organizar a los obreros de la pesca, en su gran mayoría con contratos basura, en cooperativas truchas y sometidos a explotaciones esclavas como los compañeros bolivianos del Bajo Flores de Buenos Aires. Servirán a los municipales y los docentes en su lucha por la incorporación al básico del casi 80% de los salarios que en toda Santa Cruz se cobra en negro. Servirán para la organización de miles de trabajadores ex desocupados, hoy con contratos precarios en distintas áreas, y para organizar a miles que aún están desocupados.
Unos de los principales problemas políticos del gobierno de Kirchner es su propia provincia, corroída por una gran crisis política de la cual la caída del gobernador parece sólo un episodio. Kirchner en todo estos años hizo de Santa Cruz “la capital del trabajo en negro del país”. Gobierna para Repsol, y ha permitido una verdadera fiesta de explotación y flexibilización laboral en su provincia. Las consecuencias de esta política — donde la impunidad y el saqueo de las patronales y los funcionarios son los grandes protagonistas — ahora se están haciendo sentir. Han creado una situación donde la clase obrera tiene un enorme peso específico, y eso siempre es un paso adelante en cualquier lucha de clases.
La histórica lucha que han librado los desocupados durante estos años ha cambiado todas las relaciones laborales del período. Más de 2.000 puestos de trabajo se han logrado con cortes de ruta, tomas de municipios, de oficinas públicas, y tomas de las propias petroleras. Ahora la lucha de esos desocupados que entraron peleando como única forma de sobrevivir, está empeñada en mejorar sus condiciones laborales, en eliminar la precarizacion de sus contratos, y lo más importante, muchos de ellos empiezan a pelear ahora las propias direcciones de los gremios a la burocracia sindical. Se avecina en Santa Cruz una formidable insurrección antiburocrática y antipatronal y el reforzamiento de una conclusión política que va profundamente ligada a esto, la construcción de un partido de la clase obrera.