Políticas

14/9/1988|241

El enorme significado del paro del 12

El paro del lunes 12 contra la brutal represión policial al acto de Plaza Mayo, fue un éxito de la clase obrera contra la burguesía y sus lacayos.

El paro se cumplió masivamente por la clase obrera a pesar de la envenenada propaganda del oficialismo y enfrentando la acción rompehuelga de los Grosso, los Rousselot y el 80% de los dirigentes peronistas y contra el carnereaje abierto del 80% de la burocracia sindical.

Disparen contra los trabajadores

De todos los paros de la CGT, éste fue el más duramente peleado, torpedeado y difamado por la burguesía y sus lacayos, porque enfrentaba a un operativo político, de características represivas y provocadoras, destinado a quebrar la posibilidad de paros y huelgas sindicales hasta diciembre del 89, un deseo públicamente expresado por el gobierno, el menemismo y la burocracia sindical.

El gobierno fondomonetarista lanzó desde la TV, las radios y los diarios, una verdadera campaña de “terrorismo ideológico” contra el paro. El “demócrata" Grosso y el “autoritario" Rousselot se lanzaron a presionar públicamente a la CGT para que levantara el paro, en nombre de las alas respectivas del menemismo y el cafierismo. Sus ‘jefes* Menem y Cafiero tuvieron que actuar más solapadamente.

Sectores enteros de la burocracia sindical fueron la avanzada de las presiones patronales contra el paro. Los “15” y el “referente sindical” de Menem, el gastronómico Luis Barrionuevo, se pronunciaron públicamente por el levantamiento del paro. Más prudentes, “los “25” se borraron todo el fin de semana de la CGT” (El Cronista Comercial, 13/9)

Un paro excepcional

En estas condiciones políticas de ataque sostenido contra el paro, las muy elevadas cifras de paro en todos los cinturones industriales del país (arriba del 80%), la paralización total de los servicios ferroviarios, la prácticamente total ausencia de docentes y alumnos en las escuelas y el masivo acatamiento de los empleados públicos en casi todos los distritos del país revelan, sin lugar a dudas, el completo fracaso de la maniobra patronal-burocrática por quebrar el paro.

Una gran parte de los huelguistas paró desafiando la resolución explícita de la burocracia de sus sindicatos de carnerear. Tal fue el caso de las grandes terminales automotrices y las fábricas plásticas del Gran Buenos Aires. En algunos sectores fundamentales del movimiento obrero, como la UOCRA de Neuquén, el lunes se paró, cuando no lo habían hecho el viernes. Algunos sectores del movimiento sindical, como los bancarios, los colectiveros y los empleados de comercio, adhirieron en forma parcial al paro.

Las conclusiones que ha sacado la burguesía ante la envergadura del paro ha sido muy rápida: hay que consumar de una vez el pacto Alfonsín-Angeloz-Menem-Cafiero para poner en vereda a los trabajadores.

La consecuencia entonces es que ha desatado una reacción derechista contra los explotados.