Políticas

3/1/2024

El fin del pague sin IVA: otro ajuste al bolsillo de las familias trabajadoras

Más impuestos para los laburantes.

"Comprá sin IVA".

A las cero horas del 1ro de enero de 2024 terminó el programa “Compre sin IVA”, el cual le devolvía a los consumidores -que usaran tarjeta de débito y cumplieran con los requisitos- el 21% correspondiente al Impuesto al Valor Agregado (IVA) en productos que integran la canasta básica. En el marco de una inflación imparable, donde los alimentos de la canasta básica subieron un 62,8% solo en el cuatrimestre que duró el programa, ganándole por lejos a cualquier renovación o acuerdo paritario. El gobierno, que supuestamente venía a terminar con la inflación y los impuestos, no hizo más que echarle nafta al fuego inflacionario y reponer la carga fiscal sobre las espaldas de los laburantes.

Dicho programa fue llevado al Congreso Nacional y obtuvo la aprobación en la Cámara de Diputados, incluidos los parlamentarios del frente La Libertad Avanza (LLA), integrado por el actual presidente, Javier Milei. Pero quedó cajoneado en el Senado hasta su vencimiento, facilitando la reposición de uno de los impuestos más regresivos del país, en tanto recae mayormente sobre las espaldas de quienes viven de su salario.

La quita del “Compre sin IVA” va de la mano de un generalizado aumento de los valores de la canasta básica que sigue el ritmo del aumento del dólar del 118% aplicada por Caputo y el costo de los combustibles, los cuales en las últimas horas subieron un 27%. Esto acrecentará el costo de los fletes y se volcará de forma automática en las góndolas. A esto se suma la desregulación del mercado que promueve el DNU de Milei y la Ley Ómnibus presentada por el Ejecutivo en el Congreso, que habilitan el empalme de los precios del mercado interno con los precios internacionales de exportación, lo cual impactará de lleno no solo en los combustible sino también en los alimentos. Todo aumenta, menos los ingresos.

El Impuesto al Valor Agregado es un gravamen al consumo que afecta a los sectores más populares. Todo lo que se consume, todo lo que se compra, tiene un 21% en el valor, que va de forma directa a las arcas del Estado y que constituye el principal ingreso fiscal. Quiere decir que la mayor parte de la carga tributaria del país recae sobre los trabajadores, los jubilados y los más pobres. Demostrado está que el presidente, que sostenía que antes de aumentar un impuesto se cortaba un brazo, no hablaba de las mayorías trabajadoras que financian al fisco, a esos les repone la carga fiscal. El presidente hablaba de los capitalistas, a los que ahora les otorga mayores prebendas impositivas.

Este ajuste además está acompañado con despidos, suspensiones, congelamientos presupuestarios y privatizaciones, anticipadas tanto por el decretazo como por el paquete de leyes presentado por Milei. El silencio de la oposición peronista termina jugando un papel de semicomplicidad. Más si se toman en cuenta las declaraciones de Gabriel Rubistein, exviceministro de la cartera económica massista, quien entrevistado en una radio, referido al DNU, afirmó: “todas las medidas de ajuste son impositivas, de baja de subsidios y jubilaciones. Finalmente, eso lo paga la gente. Y no digo que esté mal, si hablas de ajuste era lógico que mucho iba a recaer en la población, especialmente, la clase trabajadora”. Rubinstein justifica que el gobierno descargue la crisis sobre el pueblo laburante.

Es hora de ganar las calles con piquete y cacerola, contra el ajuste y los tarifazos. Es necesario que los trabajadores tomemos en nuestras manos el paro convocado por la CGT para el 24 de enero para garantizar una movilización histórica que derrote este plan de guerra del gobierno contra la población. Que la crisis la paguen los capitalistas.

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