Políticas
12/12/2017
El Frente de Izquierda en el Congreso de la Nación
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Suponemos que muchos compañeros de la izquierda y del movimiento obrero deben haber recibido con sorpresa la exhortación de Nicolás del Caño y Natalia González Seligra al conjunto de los diputados nacionales para que rechacen la reforma confiscatoria del macrismo contra los jubilados (Izquierda Diario, 4.12). En su condición de militantes y diputados del PTS-FIT, los firmantes están perfectamente informados de que la mayoría de los destinatarios de su convocatoria han pactado esa expropiación de ingresos de los trabajadores retirados con el gobierno nacional. El PTS y ellos mismos tienen una trayectoria suficiente como para saber que la tarea de los parlamentarios socialistas no es abrir una expectativa positiva en los partidos patronales sino, al revés, advertir a los trabajadores acerca de las maniobras conspirativas de estos partidos contra el pueblo. La contrarreforma jubilatoria fue pactada por el macrismo y el gobierno con los gobernadores y la burocracia de los sindicatos – que ya se manifestó en el Senado, como esos mismos compañeros señalan.
Podríamos atribuir la confusión del PTS a las informaciones que deslizaban una discrepancia de Carrió con el nuevo índice de ajuste que establece la contrarreforma y, eventualmente, una oposición de otros pejotistas, como consecuencia del ‘desconcierto’ que habría provocado en el Justicialismo la prisión preventiva y el desafuero que dictó ‘servilleta’ Bonadío contra Cristina de Kirchner. La exhortación no distingue entre oficialistas y opositores. Pichetto mismo habría amenazado con echarse atrás si el macrismo no votaba la contrarreforma de modo unánime. Semejante ilusión en la posibilidad de que una mayoría patronal desbarate el proyecto se disipó en menos de lo que canta un gallo: los principales interesados en votar en perjuicio de los jubilados son, más que nadie, los destinatarios de la exhortación de Del Caño y González, porque lo que se les quita a los llamados 'abuelos' va la Tesorería de los gobernadores. La misma referencia a los 'abuelos' está fuera de lugar, porque los jubilados son y pueden convertirse en luchadores por sus derechos, en especial cuando vienen de la tradición sesentista. El voto negativo del bloque de Massa se explica sencillamente porque no altera el resultado final.
La exhortación de los diputados del PTS a todos 'sus pares' tiene su lado curioso, porque aplicada en las Legislaturas, contra los ajustes del oficialismo, implicaría llamar a resistirlos, en unos casos a los macristas, en otro a los peronistas, según el color político del oficialismo y la oposición.
Traemos al debate este asunto no solamente por la importancia que tiene en si mismo, a saber, que una organización del FIT trabaje sobre la hipótesis de una oposición al ajuste por parte de los partidos que han colaborado con la ‘gobernabilidad’ macrista, y permitido con ello la victoria del gobierno en octubre pasado. Ya llegará el momento en que ‘opositores’ (e incluso oficialistas) voten contra el gobierno de turno, apenas se manifieste la crisis de la política en curso y la necesidad de un recambio frente a la bancarrota que se diseña para un futuro cercano. Ya ocurrió en 1989, con Menem contra Alfonsín, y en 2001, con Duhalde y Alfonsín contra De la Rúa-Cavallo. Pero en ese caso apoyaríamos aún menos a los ‘opositores’, que entregan el collar para salvar al perro. Traemos al debate esta convocatoria, porque tiene que ver, en última instancia, con la agenda del conjunto del FIT, en el nuevo escenario parlamentario y político.
El contenido fundamental de esa agenda debe ser la delimitación política más clara y contundente con relación a los partidos patronales, es decir capitalistas, en función de la única estrategia que merece el nombre de socialista, que es desarrollar la capacitación creciente de la clase obrera y la pelea por la dirección de sus organizaciones de masas, para luchar por un gobierno de trabajadores. La derrota del macrismo y de la burguesía en su conjunto depende de una acción de masa, de conjunto de la clase obrera. Es esto lo que es necesario tener en cuenta cuando el conjunto de la economía y la política mundiales atraviesa un desequilibrio histórico irrecuperable, que convierte a la cuestión del poder en el eje de todo tipo de crisis políticas e internacionales. Lo testimonia el crecimiento de las guerras imperialistas (continuidad de la política por otros medios) y la inestabilidad política creciente, incluso en los estados más desarrollados. Es necesario trazar fronteras de clase con un vigor cada vez mayor, en especial en el campo opaco del parlamentarismo.
Por mi parte, exhorto a que se lea el resumen de la intervención de nuestra diputada flamante, Romina del Plá, sobre esta contrarreforma jubilatoria, en la Comisión de Presupuesto – en este mismo face.
Publicado en https://www.facebook.com/jorge.altamira.ok/