Políticas

9/6/1988|229

El frente de Molinas- Etchegaray-Zamora

Patricio Etchegaray, secretario general adjunto del partido comunista, acaba de proclamar a Ricardo Molinas, el actual Fiscal del gobierno alfonsinista, nada menos que como “la figura aglutinante*’ de un “frente de izquierda” para las elecciones de 1989. Es “un candidato de lujo extrapartidario”, creyó necesario agregar. (Crónica, 6/6/88).

Este planteamiento de Etchegaray no caracteriza adecuadamente al doctor Molinas, pero sirve maravillosamente para caracterizar la política del stalinismo criollo. Hace dos años la conducción del PC encabezada por Etchegaray prometía una “renovación histórica” del partido de las traiciones históricas. pero ahora resulta que nos ofrece la vieja política de los Codovilla y de los Iscaro. Lo cual prueba que no hay nada más anticuado que la pretensión modernizante.

Identikit de una política

Si el doctor Molinas es una “figura aglutinante”, ello significa que representa una política. Etchegaray pretende definir a Molinas sin percibir que lo que hace es definir la política del PC.

¿Qué política representa el doctor Molinas?

Desde la lucha política derechista de la “democracia progresista” contra Yrigoyen, pasando luego por el apoyo al golpe del 30, a la Unión Democrática del 45, al golpe del 55 y al golpe del 76, el partido al que el doctor Molinas ha pertenecido durante medio siglo se ha revelado como el partido pro- oligárquico y proimperialista de la pequeña, mediana y gran burguesía de una región del país. Cuando una figura integrada a semejante trayectoria política resulta un factor de cohesión frentista, lo único que pone en claro es el carácter proimperialista de tal frente.

Es indudable que Etchegaray, muy a pesar suyo por supuesto, ha producido una clarísima definición política. El doctor Molinas es’ un puente que tiende el partido comunista a la sociedad burguesa y al imperialismo los cuales lo aprecian en tanta mayor medida cuanto que lleva la etiqueta de producto de “lujo”, naturalmente inaccesible a los bolsillos de los trabajadores argentinos.

El “marxista” que pretende ser Etchegaray, no ha sido capaz de producir una caracterización de clase del doctor Molinas, o quizás se sienta eximido de hacerlo por tratarse de una ”personalidad independiente”. Pero esto no es más que una débil coartada para que los trabajadores no pregunten sobre la trayectoria de su “factor aglutinante”. es decir, sobre sus Innumerables delitos políticos contra la clase obrera y la independencia nacional.

Lo que Etchegaray seguramente debe valorar por sobre todo en la figura del doctor Molinas es ta capacidad que ha tenido éste para mantenerse como funcionario del régimen alfonsinista y del Estado patronal sin verse obligado a ejecutar él directamente los principales ataques contra el movimiento obrero, la independencia nacional y la democracia. Es decir que, al Igual que Alfonsín. Etchegaray aprecia al fiscal por su carácter encubridor. El frente en torno a esta “figura aglutinante” no es entonces otra cosa que el frente del encubrimiento politice del presente régimen seudodemocrático y seudo-constitucional de la burguesía proimperialista.

Los pronunciamientos de Etchegaray tienen el valor de una definición política, que es lo que importa, sin que interese entonces si luego Molinas acepta o no la candidatura o si las otras “personalidades independientes” tienen o no exactamente la misma trayectoria de Molinas.

Manipulación burocrática           

Es indudable que ningún partido puede poner una cruz definitiva sobre una persona, a partir de una caracterización de su trayectoria. No se le puede rehusar a nadie un puesto de soldado; pero poner a un representante histórico de la burguesía como general en jefe no solamente define políticas: reproduce casi mecánicamente el orden jerárquico de la sociedad burguesa en el frente de “izquierda”. ¡El primer acto del frente de “liberación nacional y social” de Etchegaray es ratificar y perpetuar la explotación política de los de abajo por los de arriba!

Existe una perfidia política muy especial en este llamado a las “personalidades independientes”, llamado que es presentado como una “apertura” de los partidos, una renuncia a la “soberbia”, y hasta una igualdad de trato entre la “izquierda independiente” y la “izquierda orgánica”. Es que lamentablemente para los impostores, la unción de Molinas y de los “independientes” como candidatos es un acabado producto de Ja digitación, no ya de los partidos del Fral sino de uno de ellos en particular, y ni siquiera de éste como tal sino de su restringida cúpula dirigente. Como consecuencia de esto la “apertura democrática” hacia la “izquierda independiente” no es más que un acto arbitrario y despótico de un cenáculo que se ha arrogado el poder para designar quienes son o no “independientes”, es decir para fabricar sus propios “independientes”.

En 1985, cuando un conjunto de verdaderos independientes, integrantes de la UOCRA de Neuquén, fueron nominados candidatos del frente de trabajadores por una asamblea de verdaderos independientes (más de cien activistas de la construcción), el PC y el Mas los desconocieron olímpicamente porque aquéllos representaban una política independiente de la burguesía y pequeña burguesía democratizantes.

En todo esto no hay un ápice de “apertura” ni de “independencia”, pues se trata de la “apertura“ y de los “independientes” establecidos unilateralmente por el PC.

Si se quiere un planteo amplio, aperturista, aglutinador de los independientes, llamemos a un Congreso de bases de los trabajadores y de la izquierda.

¿“Nacional y social”?

Etchegaray afirma sin sonrojarse que todo este planteamiento responde a una concepción estratégica de “frente de liberación nacional y social”. ¿Pero cómo podría Molinas, o quienquiera que lo apoye políticamente, ser un representante de la “liberación”, sea para el caso “nacional” o “social”? Más acertado hubiera estado Etchegaray si hubiera dicho que su planteo responde al frente del “estrangulamiento” social y nacional. Los hombres del golpe del 30, de la Unión Democrática, de la fusila- dora, de Frondizi, de Alfonsín; los enemigos explícitos de la revolución, sea nacional o social; los defensores del Estado burgués en sus diversas variantes, incluso contrarrevolucionarias; ¿cómo pueden encabezar un movimiento de liberación nacional y social?

Etchegaray ha mamado en la escuela de Stalin y Codovilla, y esto sólo se puede superar con operaciones de trasplante. A los Stalin y a los Codovilla les importaba un cuerno la liberación de cualquier tipo que fuere; bajo la rúbrica’ “nacional” o “democrática” encubrían la alianza política bajo la dirección de la burguesía nacional. Como burócratas todopoderosos, confiaban en que serían capaces de manipular a las débiles organizaciones de las burguesías nativas y llegar imperceptiblemente y por sobre todo burocráticamente al poder. Este rabioso oportunismo condujo a las más grandes derrotas del movimiento obrero mundial, pero en particular en las colonias y semicolonias. Esta política barrió a los PP.CC. en América Latina.

Gorbachov en Buenos Aires

Etchegaray propone el estrangulamiento burgués del frente de izquierda, o como dice ¡Molinas! transformarlo en frente de “centro-izquierda”. Esto se adapta a las mil maravillas a la política internacional de Gorbachov, que consiste en pactar con el imperialismo la “solución de los conflictos regionales”, es decir reventar en forma conjunta las luchas y revoluciones nacionales, sea mediante la presión diplomática o mediante la coerción y el boicot políticos y económicos.

El frente derechista al que convoca Etchegaray supera, por, sobre todo, la situación de conflicto de Alfonsín con el partido comunista, pues para Alfonsín los Molinas son toda una garantía política, y esto mismo contribuye a superar un superficial escollo político en la política exterior de la burocracia rusa que apoya a Alfonsín y a la “democracia argentina”.

Dentro de poco Gorbachov deberá retribuir la visita que Alfonsín hizo a Moscú, donde pudo comprobar personalmente los “tranquilizadores” objetivos de la política exterior (¡e interior!) de la burocracia rusa.

La apelación del partido comunista a un hombre del PDP es todo un símbolo por muchos y significativos motivos. Existe un cordón umbilical histórico entre la democracia progresista y el stalinismo. en yunta en el 30 en el 45 y en el 55. y también en 1976. En una mesa redonda realizada en el Club Armenio, en octubre de 1985, Martínez Raymonda creyó necesario reivindicar el rol principal del partido comunista en las gestiones del PDP por conformar un “gobierno cívico-militar”.

El Partido Demócrata Progresista y su líder histórico Lisandro De la Torre, tienen el enorme “mérito”, para el stalinismo, de haber defendido en forma brutal los “procesos de Moscú” y de haber hecho el elogio vehemente de la ejecución de Bujarin, Zinoviev, Kamenev, etc. La “democracia progresista” ha sido una sostenedora activa del terror staliniano.

El doctor Molinas, así como el partido comunista, el Fral. y antes el Frepu, se oponen. y esto en nombre de la “liberación nacional y social” a la ruptura con el FMI  un aspecto sagrado para los “hijos de Codovilla” desde el momento que el FMI “monitores” a Hungría, Polonia y Yugoslavia, y que se anuncia el próximo Ingreso de la URSS. El programa de Etchegaray sacrifica la reivindicación N° 1 de la independencia nacional y de la democracia, pero con imperturbabilidad goebeliana se proclama artífice del frente de liberación nacional y social.

El trabajo de confusión política del stalinismo vernáculo es tan premeditado que de un lado llama a los Molinas al frente y del otro define a éste en términos de emancipación social. Así tendríamos que los hombres de la burguesía serian partidarios del socialismo. ¡Eso si —coinciden “comunistas” y capitalistas— pero sin gobiernos de trabajadores!

El oportunismo político del partido comunista es de baja estofa o. como dicen los franceses, “tout court” liso y llano. En 1986 el ala “peronista” del PC le ganó al ala “gorila” la dirección del partido al menos así lo presentaban los círculos partidarios. Luego el Frepu se empeñó en llevar candidatos peronistas. Ahora proponen a Molinas y a otros, que son “gorilas” repitentes.

El Mas con los pies adentro

La dirección del Mas, ombligo de la revolución mundial, no ha creído necesario denunciar este monstruoso engendro político antinacional, ni la pérfida maniobra que orquesta el PC para estrangular el frente de izquierda. El “internacionalismo” del Mas no le alcanza para delimitarse políticamente de un clarísimo planteo contrarrevolucionario, confeccionado de una sola pieza por el aparato exterior de la burocracia rusa.

Al revés, el Mas considera “positivo” un frente de izquierda sin hacer ninguna clase de crítica al planteo stalinista; esto delata que lo considera una base de acuerdo. Para mejorar las posibilidades de esta entente, el Mas ha retirado la consigna de las elecciones democráticas para elegir los candidatos -algo que de todos modos siempre fue un bluff de baja calidad, como se demostró cuando no aceptó las resoluciones de la Asamblea de trabajadores de Neuquén, en 1985. reclamada por el Mas mismo.

Tenemos entonces que una dirección que montó en el pasado una campaña contra el frente revolucionario antimperialista. y que siempre caracterizó como equivocadas a las tesis sobre el frente antimperialista del 4° Congreso de la III° Internacional y que encima defiende la táctica del frente exclusivamente “proletario” en las naciones oprimidas; esta dirección acepta sin mosquearse el planteo stalinista de un “frente democrático” que medre en los marcos del Estado burgués.

Las cartas de invitación reciproca del PC al Mas y del Mas al PC. con el antecedente de la escisión del FP porque el PC no aceptaba la candidatura de Zamora al primer puesto de la lista bonaerense, significan que la cuestión Zamora fue allanaba, a condición por supuesto de que el Mas acepte a Molinas y una campana electora! conforme a las características políticas de esta candidatura.

Sobre esta base, el partido que firmó el “acta democrática” de Semana Santa y el partido que dice que no firmó, se proponen establecer un acuerdo de principios…. los principios del seguidismo a los pequeños y grandes explotadores democratizantes.

Abajo el frente derechista

Es evidente de todo esto que sin una clara delimitación política con relación a este frente contrarrevolucionario no es posible un reagrupamiento revolucionario de izquierda. La burocracia del partido comunista está tratando, desesperadamente, de escapar al destino de la implacable desintegración del stalinismo mundial. No hay que ayudarla en esta labor contrarrevolucionaria. a la cual si se prestan la burguesía y el Mas.

Los militantes y activistas de izquierda tienen hoy un imperativo, no dejarse usar. No servir al plato recalentado de tantas traiciones y derrotas.

Organicemos un congreso de activistas obreros y de la juventud y de militantes y organizaciones de izquierda, para poner en pie un frente revolucionario antimperialista. un frente de trabajadores y de izquierda, que desenvuelva la lucha de clases en forma consecuente para arribar al derrocamiento de la burguesía, la expulsión del imperialismo. un gobierno de trabajadores y la unidad socialista de América Latina.