Políticas

8/7/1987|189

El Frente del pacifismo y del democratismo imperialista

No deja de ser llamativo que un frente que se denomina de “liberación” haga lo imposible para atenuar su crítica al imperialismo. Nos referimos al Fral, quien en su programa plantea la “ruptura de los vínculos que nos atan a la POLITICA AGRESIVA del imperialismo, EN PARTICULAR al TIAR, Junta Interamericana de Defensa, los operativos conjuntos y otras expresiones similares” (las mayúsculas son nuestras).

Este planteo no caracteriza al imperialismo como un sistema de explotación económica y de dominación política, que debería ser barrido de raíz, es decir, de un modo revolucionario. Lo presenta como un fenómeno con dos caras, una agresiva y la otra no. Lo que se desprende de aquí no es solo la necesidad de “romper vínculos con la política agresiva” sino de anudar los vínculos con la tendencia pacífica y contemporizadora del imperialismo. Pero en este encubrimiento del pacifismo imperialista y del democratismo imperialista consiste, precisamente, la capitulación frente al imperialismo. El Fral no quiere algunas “consecuencias” del imperialismo, por ejemplo, el TIAR, pero nada dice de otras “consecuencias”, por ejemplo, del FMI y del Banco Mundial (con quienes no reclama romper) y cuando se refiere al no pago de la deuda externa no pasa de la cómoda reivindicación parlamentaria que en nada lo compromete. Esto último está demostrado por los apoyos de los integrantes del Fral a todas las maniobras demagógicas con la deuda, como los casos de Sarney, Ubaldini, Alan García o Siles Suazo (un “gobierno Fral” con participación del PC, que aceptó los planes del FMI).

La política pacifista y democrática del imperialismo no deja de ser política imperialista, como cuando brinda su apoyo a Alfonsín, Sanguinetti, "Cory” Aquino o Namphy (de Haití). El Fral denuncia la "agresividad” del imperialismo para mejor capitular ante el imperialismo “democratizante”. Esta es la base teórica de la presencia de Echegaray y Gildred en la Casa Rosada en Semana Santa, algo que ya había ocurrido con sus abuelos —Braden y Rodolfo Ghioldi.

El imperialismo es una superestructura del capitalismo que aparece en su fase histórica de maduración y agonía. No es una “política" que sería propia de tal o cual gobierno, sino un estadio de la explotación económica capitalista, en especial referida a las naciones atrasadas y dependientes. Un programa antiimperialista sólo es tal cuando plantea erradicar esta situación, confiscar al imperialismo y llevar la lucha al plano internacional junto a la clase obrera de las naciones imperialistas y de los Estados obreros.

Es falso que el Frente de Trabajadores que plantea el PO sea clasista y el Fral “sólo” antiimperialista. El Fral no es antimperialista, capitula ante el imperialismo. El Frente antimperialista o nacional está planteado por el FT de un modo revolucionario —de aquí se desprende su conclusión de desplazar a la burguesía del poder y luchar por un gobierno de trabajadores.