En diciembre habrá otro aumento del 40% en el transporte público. El ministro de Transporte, el massista Alexis Guerrera, anunció que la suba se dará en los servicios de la denominada “área metropolitana” de Buenos Aires (Amba) y en los transportes federales. Si se pondera que el aumento se calcula sobre los montos vigentes desde agosto, cuando se había aplicado ya una primera suba del 40%, trenes y autobuses del Amba habrán aumentado al concluir el año casi un 100% real en cuatro meses.

En lo que respecta al transporte motorizado, las distintas líneas pasarán a un boleto mínimo de $35, en tanto el boleto máximo escalará a $45. A la par, el boleto ferroviario mínimo de las líneas Mitre, Sarmiento y San Martín pasaría de los $17 actuales a $24, mientras que el de la línea Urquiza, actualmente en $11, se iría a casi $16.

La medida se anuncia mientras transcurre el reclamo por el cumplimiento de las negociaciones paritarias de la UTA, donde el gremio irá a un paro de 48 horas en un cuadro de descontento por los salarios pidiendo cobrar el acuerdo firmado. La notable coincidencia pone de relieve el aspecto fundamental del problema: el evidente atraso salarial frente a todo el terreno de tarifazos, desde el transporte a los servicios, y frente a la inflación de todos los días.

De este modo, un trabajador que necesite un boleto mínimo de tren y un subte para llegar a su puesto laboral, pasará a gastar, contemplando el 50% de descuento automático de la tarjeta Sube sobre el segundo viaje, y suponiendo que trabaja de lunes a viernes, arriba de los $2.000 al mes en transporte público. Aquellos trabajadores que necesiten además un colectivo, siempre calculando con el boleto mínimo de cada servicio y contemplando en este caso hipotético un tercer viaje con el descuento automático del 75%, pasarán a destinar $2.500 mensuales a viajar.

A la par, el salario mínimo no alcanzará en diciembre siquiera los $60.000, cuando ya la línea de pobreza se situó en casi $120.000 en agosto. Esto es importante porque, a su vez, el aumento de transporte incidirá también sobre el proceso inflacionario, según destacó Santiago Manoukian, economista de Ecolatina. El tarifazo hará que el IPC del Indec sea un 0,5% más alto en diciembre, postuló. De este modo se corrobora cómo el gobierno termina siendo por todas las vías el primer responsable de la inflación y el encarecimiento del costo de vida.

Es urgente detener este tarifazo y la apertura de los libros de todas las empresas del transporte. El aumento de tarifas se da en un cuadro donde estas últimas no pueden probar qué hicieron con años de subsidios millonarios, con flota en mal estado, servicios colapsados, mala frecuencia en los recorridos y trabajadores con sus salarios postergados.

Por sobre todas las cosas, el encarecimiento generalizado de la vida aporta luces sobre un hecho que está hoy en el centro de la escena: el atraso de los salarios frente a los aumentos permanentes gracias a las sucesivas negociaciones paritarias a la baja. El anuncio de Guerrera suma motivos para pelear por un paro nacional y por un plan de lucha en defensa del bolsillo de los trabajadores frente al ajuste y la carestía.

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