Políticas

5/1/2006|930

El gobierno de la extorsión permanente


Carrió, es un acto mayúsculo de impostura política. Los mismos que apoyan el congelamiento de los salarios, el pago al FMI, el régimen de necesidad y urgencia, la preservación de los responsables políticos de la masacre de Cromañón, la presencia de las tropas de Haití —reafirmada por la “progresista” Garré como columna vertebral de la política de Defensa—, posan para la foto como los “guardianes de la democracia”. Luego de haber consumado las mayores fechorías, en el cierre del año corren presurosos hacia una conferencia de prensa invocando un atropello a las “instituciones”. Un acto desvergonzado que retrata la hipocresía política.


 


Lista única


 


Con el mismo método extorsivo el gobierno se ha lanzado a la “normalización” del PJ. “Recibió a Juan Carlos Romero, el gobernador de Salta, y dialogó con él sobre la reorganización del PJ”, a partir de lo cual “no habría que descartar que Kirchner lo sume a una dirección colegiada”. En la misma sintonía actuaría Rodríguez Saá, quien “ya responde a los intereses de la Casa Rosada. ¿O el diputado Hugo Franco, su representante en la Cámara, no pactó con el oficialismo el otorgamiento del quórum en las recientes votaciones?” (Ambito, 28/12/05). El acuerdo entre Kirchner y Romero demuestra que los punteros de Barrios de Pie, que operan en los barrios de Salta contra el Partido Obrero, son agentes disfrazados del propio gobierno de la provincia. Para asegurar el apoyo de los hermanos Saá, Kirchner se valió del método clásico de pagar en dólares la deuda con la provincia de San Luis pendiente desde la devaluación.


 


Por fuera de esta convocatoria, el gobierno apuesta a mantener en el Frente para la Victoria al resto de los cooptados y cooptables, incluyendo a la fracción oficialista de la UCR y al propio socialismo. Sugestivamente, el gobierno ha anunciado la reconstitución de la Liga de Intendentes en Santa Fe, como un emprendimiento político “independiente” de Reutemann y Obeid. Finalmente, Binner (PS) ha salido a “explicar” su voto de oposición a la reforma al Consejo de la Magistratura, planteando que “no queremos conformar una máquina de impedir” y que el límite es no ir a una “fragmentación” como la de Venezuela, porque ese sería “el peor de los escenarios que nos puede tocar” (DyN, 30/12/05).


 


Este conjunto de maniobras no puede ocultar que el gobierno Kirchner ha reforzado su método de camarilla, mientras el proyecto de “transversalidad” es sustituido por la compra indiscriminada de “aliados”.


 


Los límites


 


El pago del FMI ha sido un manotazo político y financiero para mantener los generosos subsidios oficiales a la nueva patria kirchnerista de empresas privatizadas, banqueros y monopolios de exportación. Para mantener estas subvenciones, el Banco Central ha acumulado una deuda de 10.000 millones de dólares con los bancos privados, a los cuales les vende títulos y bonos para absorber la moneda que emite para que no caiga la cotización del dólar.


 


La política de la extorsión permanente no es propia de un gobierno fuerte sino de un gobierno débil —de un gobierno asediado por contradicciones sociales formidables. Para imponer una autoridad personal sobre las clases sociales y los conflictos entre ellas se requiere más que tres votaciones fraudulentas en el Congreso. El movimiento obrero viene logrando victorias importantes como consecuencia de luchas enérgicas, e incluso la masa del pueblo en general no vacila en bloquear fronteras internacionales, como ante las papeleras que contaminan el río Uruguay, o en armar un piquete en las vías del tren para reenganchar una locomotora y poder proseguir su viaje a Mar del Plata.


 


Justamente estas luchas están indicando que el gobierno se encuentra obligado, por sus intereses de clase y sus contradicciones, a reforzar la presión contra los reclamos y la movilización por el salario. El gobierno cuenta, para esta faena, con la CGT y la CTA, pero su solidez se irá poniendo a prueba. Los activistas debemos ahondar nuestro trabajo de organización y explicar la orientación antiobrera y proimperialista del gobierno K.