Políticas

6/1/2022

El gobierno deja sin trenes a los usuarios del Sarmiento

Los ferroviarios exigen medidas de prevención.

El pasado 5 de enero, se interrumpió el servicio del ferrocarril Sarmiento por lo que, erróneamente, los medios informaron como un paro del personal.

Lo que ocurrió, en realidad, es que los guardatrenes se negaron a realizarse los controles habituales de alcoholemia que se llevan adelante con instrumental propenso a propagar contagios. Como Trenes Argentinos niega la posibilidad de cumplir funciones a quienes no se han realizado los controles, la misma empresa procedió a cancelar servicios dejando a miles de usuarios a pie o hacinados en el transporte automotor al que debieron recurrir como alternativa.

Este conflicto dio pie al cuerpo de delegados que lidera Rubén Sobrero para denunciar que Trenes Argentinos no adoptó medida alguna para resguardar del creciente contagio con las nuevas cepas del virus a los ferroviarios ni a los usuarios: sigue sin proveer alcohol en gel, no realiza desinfección de las formaciones en cabeceras, no ha retornado a la modalidad de trabajo en burbujas, ni ha adoptado protocolo alguno.

En el ferrocarril Roca, la empresa también está cancelando numerosos servicios… ¡por falta de personal! La negativa a reconocer categorías de conductores que hicieron relevos durante la pandemia provocó que decenas de trabajadores volvieran a su anterior función de ayudantes lo que redujo el plantel de conducción y sumado a que también faltan guardatrenes, el personal disponible no alcanza para garantizar el itinerario del servicio.

Tanto el ahorro de medidas de prevención como el pretendido ahorro de personal apuntan a reducir gastos del presupuesto de Transporte a costa de afectar la prestación del servicio y provocar el hacinamiento de quienes viajan y trabajan en el transporte público, en el marco de un crecimiento de los contagios que, por el contrario, exigiría la ampliación del servicio para permitir el mayor distanciamiento posible dentro de cada formación.

La reducción del gasto de Transporte es parte del presupuesto de ajuste que el gobierno no pudo hacer aprobar en el Congreso pero se apresta a ejecutar de todos modos. Para disimular, los Fernández hacen como el tero, ponen el grito contra el FMI en un lado y las medidas de ajuste contra los trabajadores (los huevos) en el otro.