Políticas

12/6/2023

El gobierno envía al Congreso el proyecto de blanqueo para los evasores

La burguesía, una clase parasitaria que ni paga impuestos.

Un blanqueo no evita la evasión, la institucionaliza.

El gobierno envió al parlamento una iniciativa de ley titulada “Exteriorización del ahorro argentino”, que se enmarca en el acuerdo entre el ministro de Economía, Sergio Massa, y el embajador de Estados Unidos, Marc Stanley.

El proyecto enviado beneficia a quienes adhieran mediante el pago de una alícuota de 5%, que los habilitará a blanquear fondos en moneda nacional o extranjera en el país o en el exterior, activos financieros, bienes muebles e inmuebles.

Los gobiernos de Raúl Alfonsín (1987), Carlos Menem (1992), Cristina Kirchner (2008-2013) y Mauricio Macri (2016) ya han realizado blanqueos que permiten a los evasores impositivos ingresar el dinero negro al círculo legal  y evitar las leyes penales tributarias.

De esta manera pueden reingresar al sistema de dinero “blanco” sin pagar los impuestos que evadieron, pagando una pequeña fracción de los impuestos no pagados y el evasor evitar ser reprimido por la Ley Penal Tributaria que incluye prisión de dos (2) a seis (6) años al que realice declaraciones engañosas, ocultaciones maliciosas o cualquier otro ardid o engaño para evadir total o parcialmente el pago de tributos al fisco nacional, al fisco provincial o a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Ley 24.769)

Esta realidad indica que los capitales que explotan la fuerza de trabajo engrosan sus ganancias al evadir los impuestos, y luego los gobiernos les permiten “blanquear” por una pequeña parte de lo evadido y evitar ser reprimidos por esa evasión, el negocio cierra para asegurar superbeneficios e impunidad.

Una parte del dinero evadido no se blanquea y se envía al exterior, son los “dólares fugados”, los que se encuentran en cuentas en el exterior y diversos cálculos estiman que alcanzan entre 300 y 400 mil millones de dólares.

La evasión impositiva es la base del déficit fiscal y del endeudamiento

Esa evasión es una de las causas del déficit fiscal, que es la diferencia entre lo que el Estado recibe como ingresos (impuestos) y lo que gasta cada año. Cuando los ingresos no son suficientes, debido a una menor recaudación, se genera una diferencia que es el déficit fiscal, que es cubierto con endeudamiento.

Es el mismo mecanismo que tiene cualquier familia cuando sus ingresos no alcanzan para llegar a fin de mes y recurre a un préstamo para cubrir el pago de las cuentas.

Argentina tiene un déficit crónico que se repite año tras año, engrosando el endeudamiento. Aunque la diferencia es en pesos el aumento de la deuda en dólares se produce al ser rechazado por los acreedores el peso como moneda de contratación por su permanente devaluación y los capitales extranjeros (y de argentinos que fugaron sus dólares) prestan en dólares.

El superávit del comercio exterior de los últimos cuatro años fue superior a los 50 mil millones de dólares

El comercio exterior es una fuente de ingreso de dólares, que en los últimos cuatro años dio un resultado positivo de mas de 50 mil millones de dólares (6.923 en 2022; 14.750 en 2021; 12.529 en 2020; 15.991 en 2019), según cifras del Indec.

El superávit del comercio exterior es absorbido por los pagos al exterior de la deuda del Estado y de las empresas, consumiendo el superávit del comercio exterior.

También según el Indec, el balance final del comercio exterior y los pagos financieros resulta -la cuenta corriente- es positivo, “durante el cuarto trimestre de 2022, la cuenta corriente arrojó un superávit de US$ 1.732 millones”. Sin embargo, aún así no hay dólares.

La evasión de los productores agropecuarios

Las empresas tienen diversos mecanismos para evadir y fugar dólares al exterior. Mediante sobrefacturación de compras al exterior, autopréstamos con empresas de paraísos fiscales y bancos que lo facilitan. Y la subfacturación de las exportaciones para que una parte sea en negro.

Otra fuente inagotable de la economía negra es el contrabando que potencia sus ganancias debido a la brecha cambiaria entre el dólar oficial ($250) y el dólar “blue” ($490), en el contrabando se recibe el “blue” y sin pagar las retenciones. El contrabando hacia Brasil, Paraguay y Bolivia es una actividad a gran escala.

“Están pasando más de 3.000 camiones por mes por la frontera”, sostuvo el presidente de la Cámara Aceitera hace casi un año (Página 12, 19/6/22). En un solo un operativo fueron incautadas alrededor de 21.500 bolsas que contenían granos de diversos tipos: soja, soja partida, maíz, maíz partido, maíz molido y trigo. Asimismo, también secuestraron camiones cargados con granos que aguardaban ser descargados. Así, el total de granos confiscados asciende a aproximadamente 1.075 toneladas, lo que equivale a más de un millón de kilos (El Cronista, 14/12/22).

El agotamiento del dólar “soja”, de escasos resultados, es también costoso para el Estado, que les paga un valor por dólar a los exportadores superior al que luego facilita a los importadores de insumos que el campo utiliza, generando una pérdida para el Estado.

Los trabajadores sostienen al Estado con impuestos al consumo, la burguesía evade con el trabajo en “negro”

La pandemia dio una cruda visión de la magnitud de la porción del trabajo en negro: la mitad es trabajo no registrado fiscalmente. Cuando se implementó el Ingreso Familiar de Emergencia, en abril de 2020, fue solicitado por 11.382.417 personas, igual cantidad que los trabajadores registrados.

El FMI calcula que la porción de la economía que no paga impuestos supera la tercera parte (34%), la realidad revela que es mucho mayor y puede alcanzar la mitad de la economía. De allí la continua producción de dinero “negro” que las empresas no tienen declarado ni bancarizado. Esto ayuda a explicar la insuficiencia de los ingresos fiscales.

Mientras los trabajadores pagan los impuestos con el consumo (IVA, combustibles, Ingresos Brutos, en los servicios públicos), las empresas tienen la posibilidad de evadirlos. Al ser agentes de retención, los recaudan y luego con diversos ardides no los entregan al Estado, y luego cancelan sus deudas con créditos fiscales o en larguísimas cuotas.

Luego el parlamento vota “blanqueos” que impulsa cada gobierno como perdones fiscales, y con una pequeña suma de lo evadido reingresan el dinero al circuito “blanco”.

Los Panama Papers y el blanqueo que impulsó Mauricio Macri

Apenas asumió en 2015 Mauricio Macri envió un proyecto de blanqueo. Las presentaciones superaron todas las expectativas, la adhesión logró US$ 116.800 millones y colocó a Argentina en “el primer puesto del ranking global de blanqueos con relación a su recaudación fiscal y producto bruto interno” (La Nación, 5/4/2017).

Panama Papers se denominó a la filtración informativa de documentos confidenciales de la desaparecida firma de abogados panameña Mossack Fonseca, que creaba compañías inscritas en un paraíso fiscal de tal modo que «oculten la identidad de los propietarios».

Entre las sociedades conocidas en los Panama Papers, BF Corporation tenía depósitos en el banco UBS de Alemania, banco que al tomar conocimiento público solicitó a Mossak Fonseca información de los beneficiarios finales, pero no fue respondida. Los titulares eran Gianfranco y Mariano Macri, hermanos del presidente.

La ley original de blanqueo de Mauricio Macri no incluía familiares de funcionarios públicos, pero luego de haber sido votada en el Congreso la modificó para permitir su ingreso. Así, “Gianfranco Macri, hermano del entonces presidente, se presentó a blanquear más de $63,5 millones, según declaró ante la AFIP” (La Nación, 15/7/2020). Con el blanqueo evitaron ser imputados en delitos penales tributarios, ya que Mauricio Macri y varios funcionarios de su gobierno tenían dinero no declarado en el exterior (El País, 13/6/2016).

La estructura impositiva de Argentina en beneficio de los capitalistas

La evasión impositiva de la burguesía es constitutiva de su sistema de gobierno, por eso sin distinción entre peronistas, liberales o kirchneristas defienden este estado de cosas. Con los “perdones fiscales” o “blanqueos” que benefician a los evasores no solo reducen las obligaciones impositivas, también actúan como una amnistía ante el delito. Un blanqueo no evita la evasión, la institucionaliza.

La burguesía busca con un próximo gobierno una reducción impositiva, es lo que dicen a gritos sus candidatos. Reducir el impuesto a bienes personales (a la riqueza), eliminar los aranceles a la exportación, un perdón fiscal, y un gran ajuste a los trabajadores para compensarlo.

El ajuste no significa el paso necesario para la estabilidad. Si logran imponerlo, será un nuevo escalón de mayor explotación y saqueo a los trabajadores y las riquezas naturales del país.

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