Políticas

2/5/2022

El gobierno neuquino y las petroleras impulsan la desescolarización

El Programa de Formación en Oficios no es escolarización, es la generación de mano de obra descalificada.

El Ministro de Educación (Osvaldo Llacanfilo) y la Fundación de Pampa Energía.

Diversos organismos estatales de la provincia como el ministerio de la Adolescencia y Juventud, junto a las patronales que dirigen el Centro PYME-Adeneu, Macher (empresa de inteligencia y tecnología) y el financiamiento de la petrolera Pan American Energy, llevan adelante un denominado “Programa de Formación en Oficios Plan 10 Mil”, destinado a jóvenes de 18 a 35 años para que puedan “insertarse en el mercado laboral”. Esa cantidad significa un 20% de la matrícula de las escuelas Medias, y es una cantidad similar a todas/os las y los estudiantes de las escuelas Técnicas.

El programa en cuestión, no les ofrece un trabajo que demande conocimientos tecnológicos, sino aquellos que corresponden a los sectores más flexibilizados y con salarios de pobreza como mucama/o de hotel o mozo/a o camarera/o. En la industria petrolera ofrece puestos de ayudante.

Como el mismo “Programa” lo dice, oficios son “aquellas actividades laborales habituales, especialmente las que requieren habilidad manual o esfuerzo físico; carpintería, electricidad, plomería, cocina, albañilería, peluquería, jardinería, etc”.

Está claro que sin un programa real de becas en las escuelas medias y técnicas de la provincia que permita a las familias de menores recursos sostener un estudio, para nada gratuito, este “Programa” oficial es un impulso a la desescolarización, que se complementa con las “prácticas profesionalizantes” de quienes sí cursan en una escuela.
Bajo la presión de una salida laboral temprana que aporte un recurso extra a familias que padecen hambre y condiciones pésimas de vida, miles de jóvenes ven este “Programa” como una salida.

El capital provoca la miseria y luego usa esa miseria en función de sus propios intereses. El denominador común es ofrecer mano de obra barata a las empresas petroleras y de servicios, éstas últimas en gran medida en mano de Pymes, por eso el Centro Pyme-Adeneu es parte de este “Programa”. Para las petroleras es como cuestión derivada, una rebaja de sus costos por los servicios que deben subcontratar como gamelas, hoteles, etc. Y por supuesto es un canto al oído de las supernegreras patronales del negocio turístico de la provincia.

Las petroleras y las escuelas

Ya con destino que la juventud que estudia en las escuelas, la fundación de la petrolera Pampa Energía, suscribió un convenio con el Ministerio de Educación de la provincia para “becar” a casi 400 estudiantes, la mitad de ellos de nivel Medio, bajo la implementación de un programa de “prácticas profesionales para más de 50 estudiantes del último año de la secundaria técnica” (Diario Río Negro, 25/4/2022).
La petrolera privada sigue el rumbo de la fundación de YPF quien, el año pasado, a través de su programa de becas con el apoyo del Ministerio de Educación de la Nación, llevó “200 becarios a Neuquén para visitar el Yacimiento Loma Campana y la Refinería de Plaza Huincul y compartir una experiencia formativa junto a especialistas de YPF”. (sitio oficial de YPF).

El Estado nacional y el de Neuquén, se colocan así a la cabeza de la capacitación y formación de lo que luego será la mano de obra tecnificada o manual del capital. Como esta actividad se hace a través de las fundaciones, para las empresas dichas becas las deducen luego de los pocos impuestos que deban pagar. Y en el caso de los oficios que cubre el Estado, son directamente un subsidio al capital.

Estamos ante un gran negocio con fondos estatales para un capitalismo en plena huelga de inversiones. Es decir, estamos ante el intento de superación de la crisis del mercado mundial de capitales por la vía de recursos estatales que se retacean a la ayuda social, los presupuestos de salud y educación, pero que terminan en los bolsillos empresarios.

La unidad de educación, trabajo y práctica laboral debe darse bajo otras premisas, en primer lugar esas “prácticas” deben ser bajo convenio del sector, con obligación de inserción laboral para los “practicantes” con todas las condiciones convencionales. Y bajo la estricta supervisión de la docencia y los sindicatos del sector, como parte del proceso de la currícula de cada asignatura.